Cómo me pone la edición física de The Witcher 3: Wild Hunt

Ah... Por fin, tras una contrarreloj con la furgoneta de reparto, muchas coñas y alguna que otra parodia a GTA Puertollano, el martes, a las 17:44 hora peninsular, logré interceptar al vehículo de reparto y hacerme con mi copia de The Witcher 3: Wild Hunt -creedme, es una larga historia, pero lo he comprado legalmente-. Conseguí mi copia, abrí el paquete para echarle un ojo y, cuando a las 20.13 hora peninsular le daba de cenar a mi hija, todavía estaba flipando con su edición:

 

 

Qué bonito lo habéis hecho.

Ayer Mou nos hablaba de que se sentía un poco engañado por haberse hecho con el juego de forma digital, y la verdad es que, en este caso al menos, la copia física valía la pena. Una edición física que me pillé a 52 euros y poco en Amazon -lo reservé hace muuucho tiempo- y que incluye esa nota de agradecimiento de la que habla Mou, ese pulgar levantado a lo agente Cooper -o agente 'please call me Frank', si lo preferís-, y que por tonto que parezca sienta rematadamente bien cuando has invertido parte de ese dinero que tanto esfuerzo te cuesta ganar en el proyecto y los sueños de una desarrolladora.

 

Pero no sólo de notas vive el hombre, y a este respecto la edición física de The Witcher 3 es algo acojonante. ¿Recordáis cuando los juegos traían una cosa llamada manual y alguna que otra pamplina en vez de ese cacho de papel churretoso con publicidad del pase de temporada que hace que te entren ganas de escupirle en un ojo a Guillemot o al que sea? Pues los chicos de CD Projekt RED sí que se acuerdan, y la nueva entrega de la saga de Geralt trae un manual de juego, UN PUTO MANUAL DE JUEGO. Un elemento ideal para echarle un ojo cuando vas al baño, y no porque le vayas a dar el mismo uso que deberíamos darle a las publicidades churretosas, sino porque el juego carga tan rápido que no te da tiempo a disfrutarlo a conciencia.

 

No obstante, el manual es sólo la punta del iceberg, ya que junto a él y la nota de agradecimiento hay más cositas:

 

 

Hazme regalitos, CD Projekt

En primer lugar destaca un CD con la banda sonora del juego, un CD SERIGRAFIADO -ya es más que lo que te da Disney en sus Blu-Rays- con 31 pistas musicales y en un estuche de papel del bueno con una imagen del medallón de Witcher y el logo del juego. Por detrás, podemos ver la lista de canciones, 31 temas musicales con nombres tan evocadores como 'The Hunt is Coming', 'Drink up, there's More!' 'Eyes of the Wolf' o 'Kaer Morhen', y que suman en total más de una hora de metraje musical.  

 

Junto al detalle del CD y su estupendo estuche tipo sobre que está a años luz del clásico sobre de papel cutre, tenemos dos pegatinas con el lobo del medallón, también en papel de buena calidad, y un mapa bellamente ilustrado con el desgaste típico del estilo retro-decó y una coloración evocadora que representa el total de las tierras que visitaremos en nuestra aventura. Por el reverso, manchado artificialmente, podemos ver el sello de Oxenfurt y la firma de Fabio Sachs -suponemos que 'el joven'-. 

 

Finalmente, haciendo juego con la calidad del manual del juego y la nota de agradecimiento, tenemos El Compendio, un breve libreto en el que conoceremos el mundo que vamos a visitar, las órdenes de los brujos, algo sobre la población y la forma de combatir a los monstruos. 

 

 

CD Projekt RED nos manda un mensaje

Con todos estos 'regalitos' CD projekt RED nos manda un mensaje. Y es un mensaje cojonudo, porque todo lo que tenemos en las manos es superfluo e innecesario, pero no por ello ha dejado de encarecer la edición para CD projekt RED, y aún así, ahí lo tenemos. 

 

CD Projekt RED nos manda el mensaje de que en esta industria no tenemos por qué ser siempre los usuarios los que paguemos el pato, y al incluír en su edición todos estos extras que no les han salido gratis, nos demuestran que no les importa pagar y poner de su bolsillo a cambio de que recibamos el producto que nos merecemos por confiar en ellos.

 

CD projekt RED nos manda el mensaje de que todavía se puede recuperar esa antigua forma de hacer videojuegos en la que el usuario se sentía mimado sin tener que pagar más, y no sólo desde el mercado más alternativo, sino también desde las fábricas de los juegos triple A. Witcher 3 era el favorito de este año y habría vendido mucho de todas formas, pero en CD Projekt RED han querido que venda por eso y por más, y quieren que sepamos que no se olvidan de quienes son, en última instancia, los que les dan de comer.

 

Y qué queréis que os diga,pero a mí con eso ya me ponen palote.

 

¡Nos leemos! 

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