1. Mundogamers
  2. Noticias
  3. PS4

Capcom busca nuevas licencias ¿Por qué cuidar a los hijos cuando puedes tener más?

El absurdo como meta de la industria
Por Rafa del Río

Es curioso, pero leer la palabra Capcom es sinónimo de viejos tiempos aporreando botones en un arcade a grito de hadouken, de carreras entre zombies por los pasillos de una vieja mansión, caer con estilo disparando a bichos raros vestidos con un abrigo rojo o disparar bolitas robóticas con nuestro brazo biónico azul. 

 

Sin embargo, la realidad actuasl es bien distinta, y si bien siguen manteniendo todas las franquicias que un día hicieron grande a Capcom, muchas son las IPs que se le han ido de las manos con la marcha de sus padres y creadores.

 

Keiji Inafune, padre de Megaman, decidió hacer su propio clon de Astroboy -sin casinos ni putas, eso sí-, y  ahora pide dinero por las esquinas a los transeuntes para cambiar de ropita a su Tetsuwan Atom de corte indie. Shinji Mikami pasó del Mal Residente al Mal Interior -no se partió mucho la cabeza, no- y salió al paso con un juego que es a la vez guiño y homenaje a la historia del videojuego y corte de mangas a Capcom, con escena del zombie y mansión incluidas.

 

De Devil May Cry mejor ni hablamos. Que sí, que estuvo chulo el dmc de Ninja Theory porque estos mamoncetes saben ser majetes y tener gracia, pero fue una forma absurda de desarrollar en las colonias lo que debía haberse hecho en casa.

 

 

Los datos sobre la mesa

Ahora Capcom, que si ha demostrado algo es que se le da fatal aprender de sus errores, habla en su informe financiero de 'crear nuevas licencias artísticas' -sacar nuevos juegos, para los que odien las pamplinas- con el fin de llevar a la compañía más allá. Según los padres de Ryu y Ken, la pareja platónica pasivo-agresiva más famosa del mundo del entretenimiento, esa labor creadora es una prioridad en la compañía, y están dedicando el 20 % del presupuesto a ello:

 

Crear nuevas licencias creativas es una de nuestras prioridades. Dedicamos cerca de un 20 por ciento de nuestro presupuesto anual a esta tarea y constantemente trabajamos en nuevas propiedades (...) Conseguir un éxito inmediato con una nueva propiedad intelectual no es nuestro objetivo, queremos construir una licencia creativa por etapas mientras incorporamos el feedback y los deseos de nuestros seguidores"

 

Unas palabras que en otra compañía no tendrían más importancia, pero que viniendo de Capcom dan que pensar, y mucho. En primer lugar por ese supuesto 20% de recursos que al parecer no está siendo suficiente para traer de una vez el prometido Deep Down a Playstation 4. Título que ha pasado de sorprendente a esperado, y de esperado a exasperante y a ocupar el cajón del 'bah, ya saldrá el f2p ese de la Play'. En segundo lugar, porque es un eco de la maniobra que llevó a desarrollar dmc fuera de casa, lo que no es ninguna novedad. Y en tercero, porque van a volver a 'escuchar los deseos de sus seguidores'. Mal.

 

 

Tengamos un hijo, Cari

Tener hijos para solucionar un problema nunca ha sido una buena idea, como tampoco es mandarlos a estudiar al extranjero ni obligarlos a ser aquello que nosotros deseamos que sean y va en contra de su personalidad.

 

En los últimos años Capcom no ha estado muy fina con algunos de sus hijos: enviándolos a estudiar fuera para que hicieran de ellos unos hombrecitos de provecho, obligándolos a ser lo que nunca habían sido en forma de taradura mental llamada Resident Evil 6, u olvidándolos y obligando a Inafune a montarse el circo por su cuenta -aunque tranquis, que ahora hay imagen real y todo-. 

 

Ahora hablan de tener chicuelos nuevos que llenen la casa de alegría y candor infantil, y visto cómo van las cosas con Deep Down no parece que lo estén petando precisamente. Ojo, es lógico que quieran traer nuevas criaturas al mundo, y lo cierto es que no lo hicieron nada mal hace unos añitos con Dragon Dogma, por poner un ejemplo. Pero eso de esperar a que maceren, a que haya feedback y escuchar los deseos del público, me da mala espina. 

 

 

A veces hay que dejar que los hijos sean. No hay más que ver cómo Capcom se sienta frente al juego a mirar las viejas fotos del album de recuerdos de cuando Resident Evil era un recién nacido para ver que la cosa iba bien encaminada desde el principio. ¿Entonces? ¿Por qué cambiar algo que funciona por algo que canta -léase RE5- y después ahondar aún más en todo lo que no acabó de funcionar con un RE6 que fue toda una declaración de intenciones?

 

Como decía al principio del anterior párrafo, a veces hay que dejar que los hijos sean. Que sean ellos mismos, que evolucionen por su cuenta y crezcan como hasta convertirse en lo que ya son. Hay que hacer oídos sordos a esa vecina del quinto que nos dice que menuda pintas lleva el niño, que parece un delincuente, y no darle mayor importancia a la profesora fracasada de latín y griego que no sabe valorar al chiquillo porque lo suyo son las lenguas vivas. Capcom se ha empeñado en hacer caso a las habladurías, y pretende retorcer a sus criaturas para que gusten a todos. Y eso es imposible. Tal vez por eso quiera tener hijos nuevos, licencias nuevas en las que el público no pueda influir, pero si desde ya están dispuestos a escuchar las vocces del usuario y a plegarlos a sus deseos, entonces la cosa no va a ir bien.

Seguro.

 

¡Nos leemos!   


<< Anterior Siguiente >>