Blackout puede competir de tú a tú con Fortnite y sobre todo con PUBG

Reconozco que los Battle Royale siguen sin ser mis videojuegos predilectos, pero poco a poco he ido asimilando sus particularidades y he conseguido disfrutar de algunos de ellos. El primero fue Fortnite y ahora le ha tocado el turno a Blackout, el Battle Royale que llega debutando en Call of Duty Black Ops 4 y del que ya os hablé en el análisis completo del juego. Allí mencionaba que me parece una modalidad bastante interesante, aunque está lejos de ofrecer la misma calidad que el modo multijugador clásico. ¿Realmente podemos considerar a Blackout como uno de los mejores exponentes de este nuevo género?

 

Lo cierto es que sí, siendo totalmente sincero con vosotros. Aunque al principio me costó asimilar su dinámica y disfrutarla, e incluso cuando lo probé en la beta mis sensaciones no eran muy positivas, Call of Duty Black Ops 4 ha dado la vuelta a la tortilla. Blackout se parece más a PUBG que a Fortnite, y quizás siga siendo inferior en calidad general a este último (sobre todo en una pura cuestión de pulido general y personalidad) pero me atrevo a decir que se puede convertir en el Battle Royale por excelencia dentro de los modelos de pago, no en los free to play. 

 

 

Esto deja a PUBG en una mala situación y, de hecho, ya lo hemos visto en estos primeros días de vida de Call of Duty Black Ops 4 y su Blackout hundido en el pozo de la plataforma de Steam, demostrando que al menos el interés por la comunidad de jugadores ha sido muy grande y ha conseguido conectar con esta nueva propuesta. Grandes creadores de contenido en internet también han sabido valorar esta propuesta y el nuevo juego de Treyarch lleva desde su lanzamiento siendo el título más exitoso de la red a nivel de vídeos y visualizaciones en directo. Una batalla ganada que, por ejemplo, Call of Duty WW2 estuvo lejos de vencer el pasado año durante su estreno. 

 

Blackout me gusta más que PUBG, aunque mantienen muchos elementos similares. El principal y el que también lo diferencia de Fortnite es que trata de ser un poco más realista. No hay que construir, las armas pueden modificarse con accesorios, tenemos a nuestra disposición muchos artilugios y aporta su propia personalidad en forma de habilidades y perks. Blackout introduce armas especiales y estados alterados sacados directamente de los Especialistas del modo multijugador y también de otras entregas clásicas de la saga, dando variedad y personalidad al conjunto. No solo se trata de lanzarse al mapa y tratar de disparar a los demás jugadores, sino que existe la táctica y la continua gestión del inventario. 

 

 

Sabiendo que Treyarch se ha comprometido a introducir actualizaciones muy regularmente y a sorprendernos con novedades, parece que Blackout tiene mucho margen de mejora. Pero el primer paso, el más importante, lo ha conseguido dar en la dirección correcta: convenciendo a los jugadores habituales de Call of Duty que pensaban en esta modalidad con mucho recelo (como yo) y también a la comunidad amante de los Battle Royale, destronando en sus primeros momentos de vida a un portento como PUBG. Alcanzar a Fortnite se antoja imposible, pero al menos Blackout ha conseguido introducirse en esta ecuación de la mejor forma posible. 

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