Assassin`s Creed: Origins se cuela en mis GotYs rozando fin de año
He tardado en catarlo, pero ahora que lo tengo en mis manos, Assassin's Creed: Origins se ha convertido en el plato principal de un menú navideño elaborado a base de videojuegos. Sus mejoras, su nuevo enfoque, su ambicioso escenario y unos protagonistas muy poco Assassins han hecho que, una vez elaborada mi lista de GotYs 2017, quiera gritar a los cuatro vientos que la última entrega de la longeva saga se merece, por méritos propios, ser juego del Año 2017. Un grito que cobra especial sentido tras leer el artículo de ayer del amigo Julián y su sabiduría condensada en esta frase: "Nuestro querido Rafa le está dando finalmente a Assassin’s Creed Origins y yo me estoy poniendo al día con Mario + Rabbids: Kingdom Battley Life is Strange: Before the Storm, e imagino que ambos saldremos con una lista de los GOTY 2017 que apetecería revisar, pero ya está escrita"
Ningún momento como el ahora, coincidiendo con la lectura de las novelas del detective griego Diomedes de Joaquín Borrell, para disfrutar del Egipto de Cleopatra, Ptolomeo y las intrigas alejandrinas. Mientras paso las noches leyendo las aventuras de Baiasca la esclava cempsica y su protector, el exquiriente Diomedes, los días los protagoniza Bayek, el medjway, con su historia de justicia y venganza a partes iguales.
Un Prince of Persia moderno
Assassin's Creed: Origins podría haberse vendido perfectamente como un Prince of Persia moderno. Bebe poco, muy poco, de la saga de los asesinos, y mucho, pero mucho, de la del príncipe de Persia que ya fuera renovado con Las Arenas del Tiempo y que acabara por inspirar al nacimiento del bueno de Kratos de God of War. Los combates beben más de las aventuras del príncipe que de la del asesino, y lo mismo podemos decir del enfoque de los escenarios, el concepto de aventura, la ambientación y la puesta en escena. Origins es un juego que parece decidido a deshacerse de todo lo que había convertido a Assassin's Creed en una pesadilla para los jugadores.
El minimapa desaparece en pro de una brújula que es imposible no asociar con Fallout o The Elder Scrolls. El combate por comandeo, que parecía un QTE encubierto, da paso a un sistema de combate vivo y mucho más difícil y satisfactorio que quiere beber de The Witcher III e incluso de From Software en ocasiones. El juego en sí, su sistema de misiones y sub-historias, pone el ojo una vez más en el trabajo de CD Projekt RED y obvia el sistema de carreritas en busca de coleccionables cambiándolo por una serie de puzzles y objetivos mucho más consistentes y entretenidos.
Buen elenco
Pero lo que hace que Assassin's Creed: Origins funcione mejor que todas sus anteriores entregas es, sin duda, su elenco de personajes. Desde Bayeck a Aya pasando por Khemu y Apolodoro hasta los misteriosos objetivos que debemos localizar y eliminar, nos encontramos con unos actores muy conscientes de su papel que cumplen las líneas de diálogo a rajatabla sin salirse del guión y cumpliendo el no tan sencillo papel de dar forma al mundo en el que interpretan su obra.
Assassin's Creed: Origins tiene la gran suerte de resultar creible, de vender un cuento de pirámides y odaliscas que deseamos vivir desde hace años, y de hacernos sentir de primera mano un momento y un escenario de la historia de la humanidad que ha sido muy poco explotado en el mundo del videojuego. El uso del águila como dron o la desaparición de los ciudadanos comentaristas que nos decían que nos íbamos a caer en entregas anteriores molan, pero lo que de verdad le da el punto al juego es que además de aprender de sus errores, ha sabido envolver su cambio en un Egipto que nos podemos creer.
Toca volver a aplaudir el trabajo impecable de documentación histórica y artística del potente equipo de Ubisoft, así como el de un departamento artístico que incluye en cada elemento su toque especial y que decora con miles de pequeños elementos un mundo tan inmenso como delicioso de explorar. Si todavía no lo habéis jugado, os invito a que le déis una oportunidad. Assassin's Creed vuelve por la puerta grande con su última entrega, y es algo que tdos deberíamos de presenciar.
¡Nos leemos!
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