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Assassin's Creed, la sensibilidad americana y la tendencia al drama

¿Hasta dónde se atreverán a mostrar?
Por Víctor Junquera

La propuesta de la saga Assassin's Creed de aprovechar los vacíos de la historia real para meter una batalla fantasiosa entre asesinos y templarios nos ha dado más de una sorpresa, y de paso, nos ha dado un poco más de cultura, siempre y cuando sepamos diferenciar realidad de ficción. Pero claro, hasta ahora nos movíamos por una Tierra Santa del Siglo XII o por una Italia renacentista, y no por una época que la gente siente tan a flor de piel.

 

El problema, como siempre, nos lo darán los americanos, que para la corta historia que tienen bien que la explotan. Y sin ánimo de despreciar a ningún tipo de colectivo, no hay duda de que son quienes más quebraderos de cabeza han dado con patriotismos y censuras, y como les cuesta diferenciar realidad y ficción, seguramente darán muchos problemas cuando Assassin's Creed III esté entre nosotros y hagamos rodar cabezas virtuales de soldados americanos.

 

El primer paso está en el último tráiler del juego. En nuestra versión, conocemos a Connor, el nuevo asesino protagonista al que acompañaremos desde sus inicios en la orden, y del que siempre se ha dejado claro que no pertenece a ninguna facción de la guerra, sino que sólo persigue a los templarios, sean británicos o americanos.

 

 

Hasta aquí, nada raro. El problema viene con la versión americana del tráiler. Para evitar dramas yankis del estilo a: ¿Cómo se atreven estos canadienses a poner en tal situación de desventaja al todopoderoso ejército liberador de la patria? en Ubisoft decidieron brindarles una versión light, en la que ningún soldado norteamericano muere.

 

¿Qué pasará cuando el juego completo esté en las tiendas de todo el mundo y jóvenes y adultos norteamericanos se vean obligados a diezmar a las tropas virtuales (volvemos a recalcarlo) de George Washington y compañía? Ya sabemos cómo funciona esto, todo lo que sea matar rusos e iraquíes en shooters bélicos está bien, pero con esto pondrán el grito en el cielo, y nos extraña que no lo hayan hecho ya.

 

La verdad es que de momento no ha habido reacciones como las que aquí estamos imaginando, pero nos podemos esperar lo peor. En ese aspecto, los europeos nos tomamos mucho mejor las cosas, como si no hubiese sido divertido acabar con un Papa con una sed de poder desorbitada en anteriores Assassin's Creed, o yendo más allá, recordando lo bien que nos lo pasamos masacrando a esos "españoles" de Resident Evil 4.

 

Claro que todo esto quizás nos importe menos porque no nos toca tan de cerca. Quién sabe, si en un futuro Assassin's Creed decide volver a saltar de continente y se atreve a meterse en la Segunda Guerra Mundial y un asesino ha de enfrentarse al auge de las dictaduras, incluyendo la que nos tocó, seguramente pediríamos a Ubisoft que cogiese el asunto con pinzas y que tuviese el máximo cuidado posible para no herir sensibilidades. ¿Dónde estará el límite?

 

Assassin's Creed III servirá de experiencia piloto para la saga, que se adentrará en un terreno mucho mayor a juzgar por todo lo que hemos ido viendo hasta ahora. Y faltan sólo veinte días para que lleguen a las tiendas, tanto con la trama de Connor como con la historia de Aveline en Assassin's Creed III: Liberation para PS Vita, que también estrena un interesante nuevo material aunque sin polémica.

 

 

Americanos, británicos, turcos, italianos o españoles, la saga sigue teniendo gancho, y a medida que se acerca el 31 de octubre las ganas de continuar con la historia de Desmond Miles y sus ancestros asesinos aumentan. Recordad, como también deberían recordar aquellos con tendencia a una sensibilidad patriótica herida: "Nada es verdad, todo está permitido." Sobre todo, porque es un videojuego.


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