Avance Mafia II PS1

Martes 23 de Marzo de 2010 por Omar Álvarez

2K Czech no es un estudio corriente. Los antiguamente conocidos como Illusion Softworks y artífices del primer Mafia, dejaron muy claras las pautas para el futuro sobre por dónde se debía cimentar un sandbox: apostar por la experiencia y las situaciones en vez del volumen y la expansión territorial abrupta.

Nuestros primeros pasos por Empire Bay (una fusión idealizada de Chicago, San Francisco y Nueva York, si esto es posible de alguna manera) no consiguen el efecto sobrecogedor del primer contacto con Liberty City, pero porque 2K Czech busca sorprender, como en el caso de Shenmue, mediante el detalle enfermizo y la experiencia total de viaje en Mafia II.

En esta ocasión jugaremos como Vito, un soldado condecorado que aterriza de la segunda guerra mundial a una EEUU aún en depresión y con problemas económicos en su entorno. Aunque es un hombre honesto y familiar (nada que ver con tu compañero de fatigas, Joe, un vividor de malas compañías) se verá inmerso en una caída piramidal hacia la perdición y la mafia, pasando claro, por momentos álgidos de solvencia económica y dilemas morales relacionados con el poder.

Esta es la trayectoria que quiere presentar Mafia II, el recorrido de los jugadores, sus impresiones y una panorámica de EEUU durante las dos décadas que abarca el desarrollo del juego, los fríos y grises años 40 y la ilustre década de los 50. 2K Czech ha realizado un trabajo soberbio de ambientación, dotando a cada año de un aspecto diferente, ya sea a través de la cartelería, los vehículos o incluso la ropa que luzcan los ciudadanos. Aspectos meramente artísticos como la luz o la temperatura se han perfilado para crear un mayor contraste durante este periodo en el que se forjó definitivamente la américa actual.

El confeso empeño del estudio por crear un ambiente se encuentra en cada rincón. No sólo podremos vestir como consideremos o llevar el coche de nuestros sueños, en cierta manera 2K Chzech limita el sandbox para crear una experiencia de juego más asistida, pero también cuidada y planificada. El estudio se asegura así una determinada luz, un paisaje estudiado y unos personajes concretos en los momentos adecuados, única forma de controlar el entorno y no estropear el clima. La BSO (con canciones originales de la época y piezas orquestadas compuestas para el juego) junto al polivalente motor Ilusion Engine son lo suficientemente atractivos como para conformar un aura de juego único, necesario para reincidir en el cuidado y detallismo (incluso sorprendernos, a estas alturas, con el comportamiento de la física al destruir los entornos).

Nuestra evolución durante estas dos décadas abordará desde lo meramente económico (un mejor domicilio, armas, dinero, vehículos etc.) hasta nuestro poder e influencia en la ciudad. El dinero es habitualmente la medida de nuestro día a día en un sandbox pero en Mafia II tiene una importancia especial a la hora de sobornar a los policías o poder realizar actos criminales. No existe ese libertinaje criminal idílica de GTA en la que puedes pasear por la calle con un bazooka. Si cometemos una falta, aunque sólo sea entrar a un establecimiento público con un arma, la policía intentará darnos caza por lo que tendremos que borrar nuestro currículum delictivo, incluido cambiar la matrícula de nuestro coche.

Esta es otra de las grandes diferencias en Mafia II respecto a un sandbox común. Los vehículos de los ciudadanos podrán ser robados por supuesto, pero tendremos un especial amor por nuestro coche: lo llevaremos al taller, eligiremos el pantón adecuado para su chapa e incluso la matrícula con el estado adecuado. Todos sabemos que no es lo mismo conducir un coche cualquiera que nuestro viejo Pontiac turquesa.

Los momentos de acción no difieren ni presentan grandes novedades respecto al resto de sandbox de la actual generación. 2K Czech no esconden que han tenido más empeño en preparar más escenas cinematográficas que la búsqueda de combates estructurados donde pandilleros y calaña se esconden entre verjas y agujeros recónditos o crean emboscadas inesperadas. El sistema de impactos y apuntado no resulta inovador o espectacular, recurriendo a las coberturas y la paciencia, siguiendo sin mucho riesgo la propuesta de Uncharted o un Gears of War genérico, pero no hay nada que temer. Veremos si un desarrollo variado y una conducción tan equilibrada como la del primer Mafia equilibran la balanza, pero es imposible no dejarse impresionar por el trabajo artístico y su sofisticada planificación.

Falta menos para el juego de acción más elegante de los últimos tiempos. Hartos de mundos abiertos sin alma y títulos que se conforman con contar historias sin ecualizar el ritmo, sin fotografiar los momentos, necesitamos un juego como Mafia II para desconectar. Esperamos que los años de desarrollo no pasen factura y podamos encerrar en el tiempo, en un lugar privilegiado de nuestro recuerdo, otro título para disfrutar mientras bebemos whisky de centeno.