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Avance Little Big Planet PS3

Viernes 31 de Octubre de 2008 por Víctor Moyano

Lanzamiento: 5 de noviembre de 2008


Que los videojuegos a día de hoy los videojuegos forman parte de nuestra cultura no es ninguna novedad, gracias, en gran parte, a la expansión de mercado de Nintendo con su nueva mecánica de juego (Nintendo DS y Wii). Muchos son los que quieren convertirse en diseñadores de videojuegos, aportar a la industria su granito de arena, y no son pocos los que hacen sus pinitos con herramientas que podemos encontrar fácilmente por Internet.

Los ingeniosos de Media Molecule (encargados de Rag Doll Kung Fu, entre otras obras y ex trabajadores del estudio LionHead) han decidido traernos un título que mezcla la sencillez de las plataformas en dos dimensiones con un concepto nuevo de creación y distribución digital; estamos hablando de Little Big Planet, donde el límite de la creación está en la imaginación de cada uno.


Creando una fantasía

Tomando la base de los antepasados

La nueva propuesta de Media Molecule podría parecer, a ojos del desinteresado, un juego más de plataformas para la actual generación: una aventura donde la finalidad es avanzar superando los distintos obstáculos que aparecen en pantalla hasta llegar al final del nivel. Simple. Por suerte, la cosa no queda ahí. Recientemente Mundo Gamers ha podido disfrutar de la beta privada de Little Big Planet, y las impresiones no podrían ser mejores.

Para empezar explicaremos qué ofrece Little Big Planet y porqué se desmarca tanto de la competencia. A simple vista, la obra de Media Molecule parece un calco a la premisa del conocido Super Mario Bros: un mundo en dos dimensiones, donde tendremos que ir recorriendo el mapa de izquierda a derecha saltando de plataforma en plataforma, en definitiva, la fórmula del plataformeo de antaño. Sin embargo, la realidad es completamente diferente, la compañía inglesa ha dotado a los personajes de su historia un carisma inigualable, así como conseguir reinventar un género que, a día de hoy, parecía que estaba completamente en decadencia. Así pues, en Little Big Planet encontraremos dos modos de juego completamente diferenciados, el modo juego y el modo creación.

Viviendo una nueva aventura

Nada más comenzar el juego en su modo aventura tendremos que crear un Sackboy con las pocas opciones que a priori se nos presentan: color de tejido (piel), algún que otro complemento, etcétera. Acto seguido tendremos que adentrarnos en el maravilloso mundo de Little Big Planet. Cada mundo está creado por un personaje; por ejemplo, los niveles que pudimos probar en la beta estaban hechos por el Rey de Little Big Planet, dividido perfectamente en escenarios separados. Así, cada mundo tendrá varias fases, tal y como ocurre en Super Mario.

Dentro de cada fase iremos comprobando lo maravilloso que puede ser conseguir el cien por cien en un videojuego. Nuestro pequeño protagonista irá encontrando, a medida que recorra la pantalla, nuevos complementos para su cuerpo y cara, así como nuevos objetos, pintura y plantillas que darán vida al potente editor que presenta el juego y que explicaremos un poco más adelante. Además de los objetos, también encontraremos, como es evidente, puntos repartidos por todo el escenario, siendo éstos realmente útiles a la hora de evaluarnos en el modo competitivo multijugador.


Dibujando la vegetación

La segunda parte diferencial del juego -y aquí es donde reside precisamente la magia que emana el juego- es el modo creación, donde podremos dar rienda suelta a nuestra imaginación y deleitar a todos los jugadores del mundo con nuestras obras, que estarán plasmadas en el juego en forma de nivel. Para crear nuestros niveles contamos con todos los objetos, pinturas y etiquetas que hayamos recogido previamente en el modo historia (de ahí viene precisamente lo importante que es conseguir el cien por cien de las fases), siendo nuestra imaginación y paciencia el límite de este modo.

Nuestros diseños estarán guardadas en una luna, pudiendo crear mundos enteros con varias fases o escenarios sueltos para probar nuestras creaciones. El juego presenta un modo de creación de lo más sencillo e intuitivo y lo suficientemente denso como para poder crear obras de gran calidad que dejarán boquiabierto a más de uno (solo hace falta ver las perfectas recreaciones de Green Hill de Sonic The Hedgehog o el pueblo de Sillent Hill para darse cuenta de las opciones que ofrece el título).

Un factor importante a tener en cuenta a la hora de hacer nuestros pinitos en el mundo de la creación es el termómetro de la pantalla, que mide cuantos objetos y plataformas hemos colocado en el escenario. Quizá éste era uno de los temores más reconocidos por los seguidores del título, aunque tal y como hemos comprobado con la beta, el termómetro da para fases largas, y, para tranquilizar a todos aquellos quienes aún alberguen dudas en su cerebro, hay que decir que todas las fases que vienen de serie con el juego están creadas con el editor del juego.


Construye en compañía

Es increíble ver el talento que tienen los jugadores a la hora de plasmar un nivel en Little Big Planet; la beta tenía la posibilidad de crear un escenario y subirlo, y hemos tenido el placer de jugar a varios escenarios creados por aficionados que, sin duda, podrían perfectamente venir en el modo historia de lo completos que son; por lo que podemos decir sin ningún pudor que el juego puede ser uno de los títulos más largos que jamás haya pisado el mercado del sector. Además, el modo de creación es tan profundo que no es descabellado pensar en plasmar distintos videojuegos adaptándolos en el universo de esta pequeña maravilla. Media Molecule ha firmado un juego grande, un juego donde precisamente quiere hacer sentir al jugador que tiene el poder de cambiar el mundo, de modificarlo a su manera, y eso realmente es muy difícil, y más si contamos con que Little Big Planet es el primer juego que producen.

Técnicamente puntero Otro de los puntos a favor del título es la belleza con la que los creadores han decidido dotar al juego. El modelado de los objetos, plataformas y personajes están perfectamente realizados, diferenciando perfectamente los distintos materiales con los que nos encontraremos -plataformas de madera, piedras enormes, bigas de hierro, etcétera-. La física, que juega un papel fundamental en el título, también está correctamente calibrada, sin desvaríos ni eventos ilógicos que descoloquen el juego más allá de algún error que pudimos ver en la beta.

Pocas fueron las pistas de audio que pudimos escuchar en la demo que jugamos, pero visto lo visto podemos afirmar rotundamente que la calidad sonora del título no se quedará atrás, ni en pistas de audio ni en efectos sonoros. Las pocas melodías que pudimos escuchar son perfectas para el título, e inevitablemente las estaremos tarareando sin darnos cuenta mientas estamos jugando.


¿Dentro de qué animal estamos?

Debido a las posibilidades del editor es posible que en algunos casos nuestro personaje se quede atrapado entre dos plataformas debido a una explosión, o simplemente que se quede en el lugar equivocado en el momento inapropiado. Para evitar esto, Media Molecule ha provisto al jugador de un botón de autodestrucción que nos teletransportará al check point más cercano, perfecto para no frustrar al jugador obligándole a reiniciar el nivel completo.

Una jugabilidad exquisita A la hora de manejar a nuestro protagonista nos olvidaremos de controles complejos y movimientos prefijados, aquí solo vale una cosa: avanzar, ya sea corriendo sin parar, saltando a cualquier plataforma volante o agarrándose a cualquier ser vivo o no vivo, hay que avanzar como sea.

Sackboy es muy sencillo de controlar a la par que intuitivo, tan solo necesitaremos un par de consejos para profundizar en el sistema de sensibilidad que incluye el juego, que no es más que mostrar caras sonrientes y alegres pulsando arriba en el botón direccional o caras tristes pulsando abajo. Habrá que hacer uso de cualquier objeto que veamos en el escenario, ya sea una plataforma a la que tendremos que agarrarnos o palancas a las que agarrarnos cuando un automóvil (o animal, o cosa) nos lleve por el mapeado. Podremos mover los brazos de nuestro héroe -detalle cogido de Rag Doll Kung Fu- para ?comunicarnos? con nuestros amigos, así como escribir en divertidos bocadillos al más puro estilo cómic.

Bastará con pulsar un botón para abrir el menú interactivo del juego. En él podremos acceder a la mayoría de opciones que Media Molecule ha colocado para nosotros, desde abrir ventanas de diálogo para hablar con nuestros compañeros, pasando por colocarnos vestidos o accesorios en tiempo real, y acabando haciendo pintadas en los decorados a modo de grafiti. Si todo es posible en Little Big Planet es gracias a este menú, que además, será imprescindible a la hora de realizar nuestras propias creaciones.


Un juego único para disfrutar en compañía

Lamentablemente no existen palabras para definir lo completo que puede llegar a ser Little Big Planet a manos de los nuevos jugadores, así como aquellos quienes realmente disfrutan enseñando a los demás sus ideas más creativas. Media Molecule ha creado un juego que realmente pasará a formar parte de la historia del videojuego gracias a su sistema de juego y su concepto de comunidad, algo realmente espectacular teniendo en cuenta que el juego ha sido concebido en una consola de sobremesa y no en un compatible, siendo éstos los preferidos a la hora de recibir juegos con contenido multijugador online de este tipo. La compañía ha decidido dejar una huella en la industria y lo ha conseguido, ahora sólo falta que el lanzamiento del juego y los jugadores apoyen a esta obra como es debido y Media Molecule nos sorprenda con más y mejores juegos a lo largo y ancho de generación, que todavía queda.
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