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Avance [Gamefest 11] Neverdead PS1

Sábado 01 de Octubre de 2011 por Víctor Junquera


En un acto inexplicable, pero por el que estamos eternamente agradecidos, Konami ha traído a España una versión muy previa, cogida con pinzas, pero jugable, de Neverdead, ese extrañísimo título de acción en el que controlamos a un inmortal que puede remendarse extremidades por arte de magia tras haber sido amputadas por los feroces demonios a combatir.

Y una propuesta tan sencilla como alocada, se convertirá en un juego de esos que no es apto para todos los públicos, algo con un humor similar a Shadows of the DAMNED, todo muy demoníaco y oscuro, haciendo gala de un pulp cutre que encandila a quienes no busquen esos guiones de superproducción, sino a quienes sepan apreciar la grandeza de lo sucio y lo feo.

Neverdead nos pone en la piel de un hombre inmortal, que blande una gran espada mágica y dos pistolas, pero que, por blandir, podría zarandear un brazo y azotar a sus enemigos con él. Porque lo que distingue a Neverdead de cualquier otro juego de acción en tercera persona es que los enemigos dañarán de verdad al protagonista, no en una barra de vida o en un aura roja en los marcos de la pantalla. Más al estilo de Tao Feng, que si allí se rompían huesos, aquí directamente vuelan las extremidades, con todo el juego que ello puede dar.

Un perro diabólico te arranca una pierna, no pasa nada, sigues disparando saltando a la pata coja. ¿Que te arrancan un brazo? Te queda otra pistola y puedes blandir una espada, ¿qué puede salir mal? Mal podría salir a nivel de desarrollo, que las posibilidades se escapen de las manos teniendo en cuenta que nuestro prota puede hacer exactamente lo mismo, le falte lo que le falte, y sin repercusiones serias.

Lo cierto es que aunque el juego tiene un aspecto general muy feo y una física a la que nos va a costar acostumbrarnos, el modelado y las animaciones del protagonista parecen hechos por un estudio distinto. Saltar, rodar, disparar o dar mandobles, poco más hemos podido hacer en esta versión previa, pero el control, por el momento, convence precisamente por alejarse de convencionalidades y convertir algo tan bizarro en un sistema muy cómodo.

Disparamos, cómo no, con los gatillos, pero pulsando un botón pasamos a empuñar la espada. Para blandirla hay que pulsar un gatillo para ponerse en guardia, y hacer combinaciones en la dirección deseada con el joystick derecho. Así leído, es raro, pero luego se convierte en algo intuitivo. Como intuitivo es también arrancarse un brazo, lanzarlo cuan granada y que dispare allá donde aterrice. Divertidísimo es poco.

Por el momento, nos apena haber visto tan poco y tan verde, pero promete convertirse en uno de esos títulos que recordar siempre, con momentos tan grotescos como graciosos, y si además ofrece un sistema de control relativamente novedoso, y funciona, mucho mejor. Aunque a la larga será sólo un juego en el que avanzar entre estancias, limpiarlas de enemigos y buscar el camino a la siguiente, si la idea es bien aprovechada, puede haber variedad incluso para que puzles y combates tengan ese toque de Skyward Sword en los que la dirección del espadazo influya, y desde luego, pasar el cuerpo por partes bajo recovecos se convertirá en el pan de cada día.

No es el que mejor luce, ni será el de la campaña más épica, pero son los juegos que nos hacen reír pero que se toman así de en serio, que divierten, los que más falta hacen hoy en día. Por el momento, Neverdead tiene el ?Bulletstorm Seal of Approval?.

Neverdead

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