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Avance [Especial CAPCOM] Dragon's Dogma PS1

Jueves 21 de Julio de 2011 por Alejandro Pascual


Esta vez Capcom se ha superado. Es curioso, porque por mucho que la compañía de Osaka haya tenido tropiezos a la hora de presentar franquicias nuevas o rescatar algunas del pasado (y que a su vez sus licencias de toda la vida sigan funcionando mejor que bien) no dejan de intentarlo una y otra vez, hasta dar con la fórmula correcta. Y después de ponernos a los mandos del juego, creemos que Dragon's Dogma es el elixir que renovará a Capcom durante unos cuantos años más. Un juego arriesgado, profundo, indómito e inteligente, que sabe mezclar con sapiencia algunas de las mecánicas más novedosas de los últimos años sin que parezcan conocidas.

Dragon's Dogma presenta un sistema de jugabilidad tan profundo que en la propia demo no daba tiempo a probar todas sus opciones. Además, como juego en sí, es muy difícil de catalogar, ya que no puedes estar seguro si se trata de un juego de rol, de uno de acción, de aventuras. Es todo esto y algo más. En ocasiones crees que estás jugando a un Demon's Souls, por la manera de situar los ataques y enfrentarte a algunos enemigos; de repente se convierte en un Monster Hunter, donde cazar criaturas realmente grandes ayudándote de tus compañeros; otras veces, se antoja un Shadow of the Colossus, por el hecho de subirte a dichas criaturas e intentar no caerte; y todo en una mezcla cooperativa necesaria si quieres sobrevivir.

A día de hoy, parece casi confirmado que tus compañeros serán controlados por una IA y no podrán ser manejados, en cambio, por un amigo en un modo multijugador online o local. Esto, que parece un contratiempo importante, tiene en cierto modo bastante sentido cuando empiezas a jugar, ya que la variedad de clases es muy necesaria para poder acabar con las bestias, además de muchos momentos en que necesitaremos una asistencia más controlada si queremos derrotarlas, para que el juego se torne más espectacular. Quizá sea su aspecto más controvertido, pero es simplemente por el hecho de ver otros personajes en pantalla, pero si eres consciente de que la personalidad del juego está enfocada en el juego individual, no lo echarás de menos.

Aunque el mundo de Dragon's Dogma es abierto y consta de su propio ciclo de día y noche y sus diferentes misiones, nosotros pudimos probar dos de ellas lineales, en vez de campear libremente por su universo. En una, nos adentramos por una cueva en la que empezábamos a acostumbrarnos a sus menús, viendo el sistema de pociones y de objetos, como una lámpara que iluminaba el pasadizo. A través de la cueva fuimos eliminando a pequeños enemigos antes de enfrentarnos al verdadero jefe: una quimera. Un león cuya cola es una serpiente y con una cabeza de cabra al lomo.

Puede que esta nueva ola occidental haya hecho que Capcom haya apostado por un elenco de criaturas mitológicas, en vez de inventarse unos diseños algo más orientales y esperpénticos, pero sin duda la dirección ha sido acertada. La quimera se revuelve perfectamente y es un hueso duro de roer. Sus zarpas de león impiden el ataque frontal, su cola hace lo propio por la espalda, y la cabra lanza un grito que te deja inconsciente, haciéndola prácticamente invulnerable.

Aquí es donde comienza Dragon's Dogma, ya que estos enfrentamientos serán la sal y la pimienta del juego. Batallas de una dificultad invertida donde si queremos triunfar es necesario cooperar con nuestros compañeros y olvidar el ataque frontal, ya que todos los enemigos grandes del juego tienen su punto débil. No queremos contar paso a paso cómo acabar con esta criatura, pero valga decir en su lugar que muchos de los enfrentamientos pasan por conseguir subirse a la bestia a fin de poder infringir más daño. Cómo consigas subirte a ellas, mientras se retuercen como posesas, es, sin duda, una de las mayores diversiones del juego.

El siguiente enemigo era un grifo, un ave con cabeza y alas de águila y patas de león. Durante las dos misiones, comprobamos que el sistema de ataque es profundo como pocos, ya que además de los ataques normales podremos alternarlos con L1 y R1 para hacer ataques más poderosos con cada una de las armas del juego. El grifo era un enemigo aún más duro, ya que para atacarle, tenías que encontrar la manera de hacer que descendiera o, en su defecto, subirte tú en él. Este cúmulo de decisiones rápidas, donde tienes que planear una estrategia sin parar de moverte un segundo, es lo que más nos ha impresionado de Dragon's Dogma.

Aún queda por ver cómo se comporta el juego en una versión más acabada, pero por lo visto hasta ahora, lo único que hemos acusado es de una cámara a la que le costaba enfocar la acción todo el tiempo mientras nos agarrábamos a un enemigo y este no paraba de zarandearnos. También será de rigor despejar la duda acerca de nuestro personaje, ya que no sabemos si podremos personalizarlo. Algunos detalles que Capcom ha ofrecido, como que incluso la longitud de nuestras piernas influyen en la jugabilidad (además del peso del arma y armadura) nos hacen pensar que sí podremos. Lo que está confirmado que podremos elegir es la clase de nuestro personaje, que podrá especializarse en ser Luchador, Strider o Mago. Aun así, tal y como ya vimos en Demon's Souls, estas especializaciones podrán variarse para llegar a una híbrida o cambiar casi por completo.

Dragon's Dogma nos ha gustado. Y mucho. Tiene una dificultad bastante ajustada y un atractivo a medio camino de otros juegos, sin exigir tanto como ellos. Quizá es ahí donde radica su atractivo. Sea como sea, es uno de los títulos más originales y polivalentes que hemos visto en los últimos años. Ahí es nada.

Dragon's

Ficha técnica


Salida: Principios 2012

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