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MGRetro | California Games retro

Sábado 12 de Septiembre de 2015 por Rafa del Río

Corría el año 1987, el sueño americano estaba presente y los Beach Boys pegaban fuerte con sus canciones surferas. Superdetective en Hollywood nos mostraba cómo podía ser la vida y en el terreno literario Alfred Hitchcock nos presentaba a tres investigadores que vivían cerca de Venice Beach. Queríamos ser californianos, queríamos chicas en bikini, camisetas feas y holgadas, música estridente y gafas de sol cantosas. Epyx nos dio eso y mucho más. 

 

Siguiendo la estela de los juegos deportivos. 

Los juegos deportivos habían estado muy de moda en los ochenta: Decathlon, Track and Field e incluso los Summer y Winter Games de la propia compañía nos invitaban a aporrear las teclas cargándonos la sensible pastilla de goma de nuestros teclados o los botones de los mandos de las primeras NES. Todo por ver correr a nuestro muñequito antes de pulsar determinado tiempo un botón hasta que el medidor llegara a la mitad. Eran juegos en los que poco tenía que ver la acción con la mecánica, y Epyx pareció darse cuenta de esto al lanzar al mercado California Games, un título que rompió y supuso, una vez más, todo un hito. 

 

 

California Games salió al mercado en 1987 para Apple II y Commodore 64. Pronto quedó claro que el título estaba siendo un superventas y sus responsables en Epyx Games no tardaron en lanzarlo para otras plataformas, desde Amiga a Atari ST pasando por ZX Spectrum, Amstrad CPC, MSX y Atari 2600. Posteriormente también vería la luz en Nintendo Entertainment System, Sega Master System y Sega Megadrive. En la actualidad hay varias versiones para iOS y dispositivos Android

 

Un poco de historia

Para comprender el éxito de California Games hay que comprender el momento en el que fue lanzado y el mercado que lo amparaba. Como decíamos, los juegos deportivos tenían un éxito más que aceptable en la época. Nada que ver con la realidad actual, en la que pasan sin pena ni gloria por las estanterías de las tiendas de videojuegos y son carne de compra de abuelos y tíos segundos que quieren regalarle a los peques de la casa un juego no violento -venga, va, todos estáis pensando en el BoneStorm de los Simpsons-.

 

En los ochenta, los juegos deportivos tenían aceptación porque sus mecánicas, aunque repetititvas, eran apropiadas al momento en el que las vivíamos. Los gráficos eran grandes, la jugabilidad era variada y... bueno, no teníamos demasiado criterio en esa época, la verdad. Afortunadamente California Games rompió un poco con esto. ¿Sus bazas? Seis actividades diferentes, mecánicas más fluidas y, sobre todo, ¡Estaba ambientado en California, tíos!

 


 

Kowabunga!

Como decíamos, el juego incluía seis actividades diferentes a realizar por todo California, a cual más típica y descriptiva del arquetipo: patinar por el paseo marítimo de Venice Beach, hacer bmx por una pista de barro, marcarte unos ollies en el half pipe con tu skate, un juego de acrobacias con una pequeña pelotita, lanzamiento de freesbee y, por supuesto, la actividad estrella. El surf. 

 

El título era muy variado, y aunque en el caso del BMX y los patines la cosa repetía patrones con la necesidad de machacar botones, al menos traía novedades como el salto y las acrobacias. En el caso del patinaje, teníamos que esquivar varios obstáculos y saltar las grietas del suelo de un paseo marítimo más estropeado que la cara de Carmen de Mairena. El Skate era muy sencillo, al limitarse todo a una U, pero tenía su gracia en cuanto le pillábas la mecánica al minijuego. Algo parecido sucedía con el footbag, la dichosa pelotita que podíamos golpear con los pies, los hombros y la cabeza, y que aportaba puntos si durante el juego cambiábamos de posición, saltábamos o rotábamos sobre nosotros mismos. Muy adictivo. El freesbee no tenía mucha ciencia, pero el surf...

 

Ay, el surf

Cabalgar la gran ola de izquierdas que nos planteaba el juego era la caña. No había una gran locura de movimientos y acrobacias, apenas podíamos zigzagear la pared alejándonos del buttom y subir a la cresta mientras la rompiente se acercaba peligrosamente hacia nosotros. Realizar un floater -surfear la cresta- daba puntos, así como realizar 360º, hacer un carve -giro cerrado- y marcarse un stall -decelerar- para esperar el tubo y permanecer un buen rato bajo la cresta. 

 

El juego tambén nos invitaba a saltar, aunque había que tener cuidado para no hacer un drop off y salirse de la ola, y como añadido había un tiburón dispuesto a ayudarnos a servirle de almuerzo. Sin duda un minijuego tontorrón que, sin embargo, enganchaba muchísimo y fue el prehistórico abuelito de titulos como Kelly Slater Pro Surf.

 

California Games II y sus genialidades

 

Como curiosidades, la cinta de cassette incluía varias canciones para escuchar mientras jugábamos, y en su segunda parte los accidentes eran premiados con una imagen de game over en la que nuestros amigos y competidores enterraban nuestros restos. Toma ya. 

 

¿Puedo jugar?
A dia de hoy es sencillísimo encontrar alguna de sus veriones por la red y los más puristas podéis haceros con una copia de este remoto pasado en sus versiones para móviles. Es un título interesante que rompió el clásico de su propia compañía, y una alternativa divertida a los rigores del verano. Take on your wave, bro!

 

¡Nos leemos! 


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