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Discotecas en videojuegos

Sábado 17 de Marzo de 2012 por Ra?l F. Rosso
La cosa está regular, y cada vez se hace más cuesta arriba eso de darse una alegría al cuerpo tomándose unas copillas por ahí. Que si te prohíben fumar dentro, que si te sablan 8? por un whiskete aguado, que si el sábado se curra con turno de mañana... Pues claro, a uno se le cruzan los cables y la única canita al aire que se puede pegar es la que le permite su consola al cobijo de cervecillas y patatuelas. Esta es una guía de marcha para el inquieto y moderno adolescente cierrabares. Una ruta del bakalao digital con la que consolarse en esas noches de guateque obligado. ¡Para usted, videojugador de secano!

El Ragna Rock de Max Payne


Una macrodiscoteca multisala con su puntito de satanismo y demonología. Todos hemos acabado entrando a un sitio así engañados por ese amigacho que insiste en que ?este sitio está petado de tías, ya verás que locurón. Luego entras y te encuentras con el lugar desierto, música techno machacona de fondo y un señor al que le falta un brazo bailando en el centro de la pista con una pareja imaginaria. Pues algo así le pasó a Max Payne, que entró pensando que lo iba a petar y acabó emprendiéndola a tiros. El tiempo bala no es cosa suya, cualquiera que abuse del garrafón puede alcanzar ese modo sin problema.


Los clubes de streptease en Duke Nukem


Que Duke es putero es tan cierto como su record Guiness por contagio simultáneo de enfermedades venéreas. Es como cuando te enteras de que un amigo estuvo la otra noche en un club de alterne perdido en algún polígono de las afueras y se excusa diciendo que había ido porque estaba todo cerrado y las copas eran baratas. Claro, y yo a veces voy a un Sex Shop para comprar Juanolas. El héroe americano lleva visitando estos locales desde su primera aventura en el 96, y desde entonces todos hemos tenido el sueño húmedo de tirarle billetes a una showgirl, que nos enseñe las domingas y luego darle una patada para que explote en pedazos. Ah, que a ustedes no le pasa lo mismo? Bueno, prosigamos.


The Hive en Deus Ex: Human Revolution


Esta gente hace trampa. ¡Tócate las narices, si yo tuviera implantado un riñón biomecánico ya verías tú como me ponía tieso de absenta y ni pestañeaba! Claro, así va Adam Jensen a este club de Shangai y está la gente tan de bajona. Industrias Sarif debería plantearse comercializar pirulas de colores para animar al personal. Ya lo dice tu tía la del pueblo: ?yo para pasármelo bien tengo que coger el puntillo. Lo que no recuerda luego es cuando la tuvisteis que bajar de aquel camión cisterna y quitarle el disfraz de avestruz.


El local de Tony Prince en GTA: The Ballad of Gay Tony


El bueno de Luis Fernando tiene que desfogarse de alguna forma con tanto trajín que le manda su patrón Tony Prince. GTA IV es tan minucioso en los detalles que sabe rescatar con estilo el más primitivo pajareo y rascamiento al género en la pista. Acercarse a traición a una muchacha que está dándolo todo con su baile y empezar a restregarle la cebolleta. Sin mediar palabra, al son de la música, así como muy pegados. Entonces es cuando te despiertas y compruebas que nunca es tarde para vivir una polución nocturna. Te levantas de la cama, enciendes la consola y te pones el GTA IV. Así sucesivamente. Discotequeption.


El Club Afterlife del asteroide Omega en Mass Effect 2


Yo lo tengo claro, si por mí fuera me tomaría siempre la última en el Afterlife. Sheppard lo dice, ?el mejor antro a este lado del relé de Omega?. Entre las calenturientas Asari soltando feromonas por ahí y el progressive machacón extraterrestre, sería uno de mis preferidos. Eso sí, al estar en un barrio chungo y petarlo como after, lo más normal es que acabes con gente rara. Ya saben cómo están los Krogan con esto de que sus hembras están casi extintas, muy irascibles ellos. Y ni hablemos de los salarianos. Imaginen a Mordin Solus comiéndoles la oreja toda la noche, contándoles cosas sobre enfermedades y problemas de trabajo. El típico amigacho con el que acabas a solas a las tantas tras haberse largado el resto de tus colegas por el bajón que suscita tal individuo. Pues eso.


The Asylum en Vampire: The Masquerade Bloodlines


Bueno, y si te pones a hablar de vampiros, la analogía está servida. Todos tenemos un compañero de juergas Malkavian que se acaba subiendo a las farolas por las noches y haciéndose un esguince al tropezar con un buzón. O un conocido Tremere de esos estirados que te obliga a entrar en un club pijorro de los que te cobran 4? por una Fanta. Pues ahora júntenlos a todos en un mismo sitio, y aparte de una marimorena considerable, les saldrá algo parecido al The Asylum, con los ghouls ahí bailoteando con los ojos vueltos en la pista de baile como si estuvieran en un concierto de Los planetas. Vampiros fans de la música indie. Terrorífico.


La discoteca de Heavy Rain


A muchos les pasa como a Madison, que sale de juerga por obligación y al final aprovecha el tirón y se lo pasa teta. Y también se le ven, pero eso ya es otro tema. La discoteca de Heavy Rain, con sus proxenetas, sus tarimas para perrear y su gente muy bien vestida pero con tabique de titanio reforzado. Un sitio de esos que huele a Baron Dandy, vómito reciente y máquina de aire acondicionado con moho. Esa sensación de ?qué cojones hago en un sitio así si encima mañana trabajo?. ¡Ay, Madison, en menudos sitios te nos metes!


La discoteca de Kane & Lynch: Dead Men


Si en una discoteca se apagan las luces de pronto y solo se ven destellos pueden suceder dos cosas, o que vayan a poner Smack My Bitch Up de Prodigy o que Kane y Lynch hayan montado algún cirio de los suyos. Estos Pajares y Esteso de la ley callejera tienen un pequeño altercado durante la primera entrega en una discoteca donde acaban para variar a tiros. Y claro, la gente se vuelve loca pero en vez de salir por algún sitio empiezan a dar vueltas en círculos y a chocar unos con otros en una sudorosa orgía de terror y pinball orgánico. Si, he encontrado una gran definición a mis experiencias nocturnas. Corro a registrarla.


El nightclub de Barcelona en Goldeneye 007 Reloaded


Pierce Brosnan no estaba en la onda, pero Daniel Craig sabe perfectamente que las más gordas se pillan en España, signifique lo que signifique eso. Por eso, en la nueva edición del clásico Goldeneye ambientaron una de las misiones en una discoteca en la Ciudad Condal, con catalanes hablando con acento sudamericano y eso. Como lo de las fallas y la Semana Santa en Misión Imposible 2. De hecho, me extraña que no hayan puesto que con tu copazo te ponen un pincho de tortilla y una cazuelita de paella. ¡Hey, eso también sería patentable! Bond, sabes como hacerme sentir mujer.



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