Con el paso de los años, la WWE no sólo ha logrado ir renovando su enorme éxito, sino también ir forjando su propia mitología. Estos singulares y musculosos superhéroes, híbridos entre deportistas, actores y estrellas de rock, se reúnen ahora en un juego que bien puede servir como desenfadado homenaje a su propia historia.
El caso es que THQ ha aprovechado sus licencias para reunir en un solo título a viejas glorias de la talla de Hulk Hogan, el Último Guerrero o Randy Savage con luchadores actuales, como John Cena o Triple H. Y en eso radica uno de los principales atractivos del título.
¿Qué aficionado a la lucha libre americana no ha soñado alguna vez con ver una pelea entre Andre the Giant y Randy Orton? En WWE All Stars es posible. Un cruce de generaciones que, en lenguaje futbolero, significaría algo así como ver a Maradona medirse con Messi, pero sin que uno tuviera edad para ser el padre del otro. La idea de THQ ha sido, ya decimos, acertada y bastante lógica.
El enfoque del juego ha cambiado con respecto a lo acostumbrado en la exitosa saga Smackdown vs. Raw.
En lugar de apostar por el realismo, en WWE All Star Legends se ha optado por realizar un juego más arcade, exagerado y accesible. Esto se traduce en una jugabilidad rápida y un control fácil de manejar. No obstante, el juego también esconde cierta complejidad, para quien la quiera.
Hay un elevado número de llaves y golpes que lleva bastante tiempo aprender a dominar del todo. Cada personaje, por ejemplo, incluye ataques especiales tan poderosos que pueden definir un combate y que se realizan tras rellenar la típica barra de energía.
La jugabilidad encaja con la propia estética del lanzamiento.
Los personajes tienen un look cartoon más propio de un cómic que de las retransmisiones televisivas. Todos están incluso más musculosos que en la vida real, que ya es decir. En cualquier caso, son perfectamente reconocibles, tanto por sus facciones como por sus movimientos característicos. Además,
el juego cuenta con toda la parafernalia clásica de la WWE: fuegos artificiales, comentaristas al borde del éxtasis, pintorescas entradas en el ring, etc. Claros indicios de lo que es en realidad la lucha libre americana: un espectáculo puro y duro. De llaves, patadas y puñetazos, sí, pero espectáculo al fin y al cabo. En el juego lo mismo: prima la vistosidad, más aún debido a su ya citada estética de dibujos animados.
Con respecto a sus modalidades, una de cal y otra de arena. Éstas destacan por su gran variedad, pero incluso en un título de estas características se hecha en falta algo más de profundidad. Además de todas las opciones convencionales de combate (que se pueden configurar al antojo del jugador)
existen dos modos destacables: Fantasy Warfare y Path of Champions. En el primero puedes encadenar combates entre leyendas y luchadores actuales, todos adornados con imágenes de archivo y vídeos antes de las peleas; y en el segundo disputar diez combates hasta enfrentarte a algún peso pesado como el Enterrador. Lo dicho,
se echa en falta un modo historia algo más complejo y profundo, pero existen muchas opciones distintas, a las que hay que sumar el juego online y un correcto editor de personajes. Sin resultar nada del otro mundo, WWE All Stars puede llegar a ser un juego interesante para los aficionados al wrestling, especialmente para los más veteranos. Teniendo en cuenta que si se busca realismo ya se puede encontrar anualmente la serie Smackdown vs. Raw,
este título se alza como una alternativa distinta, que tiene en su jugabildiad arcade y mezcla de generaciones sus mayores atractivos. Enfrentar a Rey Misterio con Macho Man tiene su punto, claro que sí. NOTA FINAL: 7
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