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Analisis Two Worlds II PS1

Jueves 16 de Diciembre de 2010 por Álvaro Ondina
Parece que, a falta del puñetazo sobre la mesa del rol más americano (que bien podría venir con ese anuncio de The Elder Scrolls V: Skyrim, por parte de Bethesda), el rol centroeuropeo es el que está dando de qué hablar. Hasta podríamos concretar en un país, Polonia, que con Reality Pump y CD Projekt parecen estar dando en el clavo con el gusto continental. Dicen que segundas partes nunca fueron buenas, pero, con la multiplataformidad total de Two Worlds II es muy probable que, para muchos, éste sea el primero de su estirpe, como puede ocurrir con The Witcher II. Como ya es frecuente en títulos de este género nos encontramos ante una historia que, en la actualidad, no nos coge por sorpresa. Ya llevamos viéndolo en juegos como The Elder Scrolls o en el primer Two Worlds (la precuela). Esta vez, volvemos a situarnos en un mundo de fantasía medieval en el que deberemos salvar al mundo de un tirano con ansias de poder y de destrucción. Para lograrlo, deberemos desarrollar diferentes aptitudes y habilidades en según qué ámbito, ya que la capacidad de elección será completamente nuestra.

Volvemos a encontrarnos presos en un castillo (¿alguien dijo Oblivion?), de dónde somos rescatados y presentados como elegidos para arreglar el desaguisado. Por tanto podríamos decir que volvemos a encontrarnos un protagonista que desea recuperar el orden en una tierra devastada y por qué no, salvar a la chica. En este caso, su hermana. La trama comienza bien, una serie de videos que nos describen como se encuentra la situación en Antaloor tras la llegada de nuestro antagonista al trono y una breve presentación de los personajes.

A pesar de que el comienzo es muy lineal, guiado por nuestros compañeros en el tutorial, nos vemos bastante enganchados por el nivel de acción y velocidad en el transcurso de los acontecimientos. Al finalizar el mismo nos encontramos, nuevamente, con una aventura en solitario en un mundo abierto y apreciamos un descenso del ritmo del juego. El hecho de que todo el mundo sea continuo es una gran idea, ya que nos ahorra tiempos de carga y espera al pasar de una zona a otra. Lamentable, y comprensiblemente, notamos un resentimiento en la carga de las zonas ya que, no hay pantalla de carga, pero de vez en cuando se producen pequeños atascos algo molestos e injustificables. El hecho de que todos los territorios estén conectados no implica que los enemigos nos persigan sin fin, si no que tienen un radio del que, si te alejas, vuelven a su lugar de origen.

No vamos a engañar a nadie, Two Worlds II es complicado, ya que su manejo es algo diferente (sobre todo para plataformas Xbox360 y PS3). En un mando de consola, con los botones, activamos o desactivamos el mapa y las tácticas, mientras que la estrategia (magia, armas a distancia o perfil de guerrero) se activa mediante el inventario. Es también complicada la administración de la magia ya que nos propone un sistema de cartas que debemos montar en un amuleto para permitirnos invocar el poder.

Algo bastante chocante será que, al salir del tutorial, podríamos disfrutar de un maravilloso mundo con atardeceres y un colorido excepcional, si no fuera porque debemos centrar nuestra atención en el aturdidor enjambre de enemigos y criaturas que nos acechan tras los muros de cada pueblo. Tenemos hormigas gigantes, monos babuinos, rinocerontes, avestruces... aparte de los seres fantásticos que forman las razas de esta tierra. Otro aspecto que llama bastante la atención es que, a pesar de haber logrado un nivel gráficamente muy exacto en cuanto a movimientos y detalles al montar a caballo, esto se vuelve lento y algo torpe. Notaremos al hacerlo, que mantener la velocidad del caballo sin que nos tire es pesado, ya que, si presionamos demasiadas veces la tecla de esprintar, el caballo se cabrea y nos tira. Cuando nos caemos, subir requiere una exactitud de colocación casi milimétrica, por no hablar de cuando corremos al caballo perseguidos por enemigos (una hazaña digna de un acróbata). Tomando la configuración de controles por defecto, por ejemplo; en la que la tecla de saltar y montar sobre el caballo es la misma. Cuando somos tirados en medio del campo por el animal, nos encontramos desconcertados, rodeados por criaturas deseando atacarnos (y lo harán), saltando como ranas del Misisipi e intentando acertar a subirnos de nuevo a nuestra montura. Imaginad un motorista que cae en medio de la carretera y que, en mitad del trafico, da saltitos junto a la moto para subirse sin acertar? Vaya cabreo el de los conductores parados.

En general, el nivel de dificultad es bastante alto desde el principio y requiere mucha paciencia e ir poco a poco, atacar a dos enemigos a la vez suele convertirse en un suicidio. Todos los que conocemos este tipo de juegos sabemos que requiere tiempo ir completando las misiones secundarias, siguiendo los pasos para terminar la misión principal, subiendo de nivel las características y habilidades que tenemos y por supuesto mejorando y obteniendo nuevas y mejores armas.

Algo que debemos reconocer, es que el juego nos ofrece, sin duda alguna, un pionero y ejemplar sistema de combinar, evolucionar y fabricar nuestros propios hechizos, armas, pociones? A nivel gráfico, para los amantes de los detalles, rallará un nivel altísimo con unos movimientos de los personajes que constan de un realismo magnífico. Hasta el punto de que, cuando subimos por una colina o somos empujados o golpeados por un enemigo, notamos el esfuerzo que nuestro personaje hace para mantenerse, recuperarse y hasta contraatacar. Podemos hasta sentir el golpe de la espada contra la pared y la pérdida de fuerza que nos supone. Los detalles del entorno son maravillosos. Podemos subirnos a un risco, observar el horizonte y ver un atardecer sobrecogedor o mirar el agua de un río o cascada y desear acercarnos a meternos en remojo?

Conclusión


Quizá, aunque Two Worlds II sea un juego bello en cuanto a nivel gráfico, movimiento del entorno y seres que lo gobiernan, y que se ha atrevido a innovar un sistema diferente y original que permite al jugador crear y aprender con sus propios medios y recursos que vaya obteniendo; el argumento y el desarrollo del juego ofrece una barrera demasiada lenta y difícil de superar como para que un usuario, incluso aficionado al género, goce del camino que, en el fondo, es lo importante. Requiere de cierto nivel de perseverancia, como en todos los juegos de rol, pero no posee esa magia y ese toque de majestuosidad que recompensa nuestra paciencia. El camino, sin embargo, es el adecuado. Adelante.

NOTA FINAL: 6,5
9

/ 10


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