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Analisis Tropico 3 PC

Martes 01 de Diciembre de 2009 por Alejandro Pascual
No hay género que haya cambiado tanto y tan poco como la estrategia. Nos guste o no, todos los géneros han terminado por ?casualizarse? más o menos. En los juegos de acción fueron los puntos de guardado, en los de rol, menos pausa y más movimiento, en las aventuras gráficas? en fin. Los adictos a la estrategia habrá comprobado como la nueva vertiente comercial intenta dominar el mercado ocultando todos su entramados de la vista del jugador. Se intenta que la gestión sea cada vez menos manejar números y más dar órdenes directas.

Bajo esta sencilla regla de evolución es donde se mueve Tropico 3. Si lo comparas con sus anteriores entregas (la original y su olvidadiza secuela), la diferencia más notoria radica en su capacidad para ocultar al jugador toda operación matemática que pueda producirle cansancio mental. ¿Es esto bueno?

Depende del estratega que seas o quieras ser. Un jugador de Civilization no dejaría que nadie tocara ninguno de los sistemas que gesta, pero Tropico 3, con su ?familiar? ayudante del presidente, parece querer decir que te relajes en tu cómodo sofá, des unas órdenes sencillas que él se ocupará de los pormenores. Esto da como resultado un juego mucho más relajado, pero también menos profundo en sus raíces. Que están, pero no tienen nada que ver contigo.

Un jugador de la estrategia reciente no entenderá, quizá, a qué nos referimos. Es cómodo, y divertido, sentarte en tu sillón y fumarte un habano, configurar tu avatar presidencial y dar unas cuantas órdenes con un pequeño ademán. No hay que preocuparse por los pequeños detalles y eso hace ganar un ritmo al juego que, de otra forma, generaría dolores de cabeza.

Para ello se ha utilizado un sistema donde cada construcción de nuestro escenario tiene una vertiente que tiende a la extorsión y otra que tiende al beneficio del destinatario, creando la eterna dicotomía entre el capitalismo o el comunismo con el que al título de Kalypso tanto le gusta jugar.

Por supuesto, no faltarán las situaciones dantescas (como los tornados y las tormentas tropicales), los primeros escarceos amorosos con la bomba atómica, las rebeliones del pueblo o los ataques por parte de los Estados Unidos, por ejemplo, en un descuidado y satírico intento enmascarado de reflejar a la sociedad cubana. Cualquier situación es bienvenida para ser superada y, si es posible, sacar provecho de ella.

Tropico 3, entonces, es ese salto de caballo a la matemática. Ordena decretos y observa las consecuencias. Construye edificios, y elige sólo el tipo de renta que quieres cobrar. Y existen multitud de edificios, ya que la variedad de elecciones es siempre proporcional a lo vistoso, mientras que sus engranajes quedan por dentro computando una serie de variables que se traducen en un solo número final: el dinero del que dispones para seguir construyendo más y más tu hegemonía capitalista o comunista.

Si, como el propio presidente de esta república bananera que eres, prefieres disfrutar de la creación de un imperio levantado por tus súbditos mientras tu disfrutas del paisaje y de tu cuenta bancaria en un banco suizo, Tropico 3 es perfecto. No te preocupes por la dificultad, cuanto más grande sea tu isla más elementos tendrás a tu disposición y más difícil será la gestión de sus elementos, a lo largo de un periodo histórico de 50 años con sus cambios y sus tensiones políticas.

Se echa de menos el ensayo-error. Eso que no sabes muy bien qué es y qué va a producir y si lo tocas termina arruinándote, intentando recuperarte y, al fin y al cabo, aprendiendo a jugar. Por el contrario, Kalypso parece haber tendido más al virtuosismo gráfico y a llevar la cámara hasta el mismísimo suelo, para que puedas disfrutar a vista de habitante de lo construido, pero por el camino, ha olvidado que un buen estratega busca un desafío que le haga considerar las consecuencias de sus acciones y no el perdón de los pecados, porque la construcción de todo imperio, aun éste tan liviano y caribesco, merece de toda la atención por parte de su gobernante.

NOTA FINAL: 7
7

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