Llevábamos bastante tiempo siguiendo con minuciosa atención la evolución y el desarrollo de
League of Legends, un título de fantasía y estrategia en tiempo real enfocado al multijugador. Ahora al fin tenemos aquí su versión definitiva, que muestra las virtudes del juego pero también sus excluyentes pretensiones. Bienvenidos a otra experiencia épica destinada al sector más élfico de usuarios de
PC.
League of Legends se ambienta en Runaterra, un mundo fantástico donde la existencia gira en torno a la magia. Ésta, que en el juego se entiende como una materia pura y accesible, es el bien más preciado que se puede obtener, pero también la fuente de todas las amenazas de quienes atentan contra la paz y el equilibrio. Para luchar contra esta situación de incertidumbre nació la Liga de las Leyendas, una organización destinada a la resolución ordenada de los problemas surgidos en Valoran (el continente central y más rico de Runaterra).
Simplemente con presentar un poco el argumento como lo hemos hecho, queda claro que no se trata de un juego lo que se dice casual, sino una alternativa seria a
Warcraft. En
League of Legends se empieza por elegir a un héroe entre un elevado número de personajes con posibilidades y aspectos diferentes. El amplio catálogo de campeones a nuestra disposición es destacable, no sólo por su elevado número (30), sino por el acertado diseño de cada uno de ellos, que huye de los clichés típicos de este tipo de géneros y tampoco cae en conformismos propios. Un detalle más que muestra el esfuerzo con el que
Riot Games han desarrollado el juego.
Una vez seleccionado el personaje, con él hay que eliminar a todos los enemigos con ayuda de un pequeño ejército de criaturas (súbditos) originadas y controladas por la propia máquina. Estos no resultan especialmente inteligentes, pero su presencia es clave en la batallas, sobre todo a la hora de protegernos de las fuerzas rivales. Por suerte por muchos de ellos que sean destruidos, siempre vuelven a aparecer a nuestro lado. Parte de la vertiente estratégica del juego se basa en ellos.
Durante cada partida es posible mejorar a nuestro personaje ganando experiencia y dinero. Al subir de nivel se eligen los atributos que queremos potenciar, como en tantos otros juegos de rol. Y para conseguir dinero, simplemente hay que destruir enemigos. Después podemos gastar lo ganado comprando mejoras de equipamiento o útiles ítems en la tienda. Y, creednos, obtener bastantes de ambos es esencial para inclinar las luchas a nuestro favor.
Es importante dejar claro, no obstante, que toda esta evolución del personaje sólo se mantiene durante cada partida. O, lo que es lo mismo, al terminar la batalla se vuelve a partir desde el origen, quedando únicamente reflejada nuestra experiencia en el perfil de cada jugador. Pero aún así, esto último resulta imprescindible (o al menos muy beneficioso) ya que permite desbloquear runas y habilidades para los combates. Además sirve para aumentar el interés del título al transformarlo en una experiencia más profunda y progresiva, no simplemente esporádica.
El objetivo final del juego consiste en atacar una serie de torres enemigas para poder ganar. Pero, aunque el título resulta rápido y cómodo de jugar (gracias también a un interfaz eficiente), lo cierto es que la estrategia está muy presente en cada disputa, sobre todo al formar equipos con otros usuarios. Esto logra generar una cuidada sensación de equilibrio real que potencia la jugabilidad del lanzamiento.
También os agradará saber que
League of Legends no os obligará a pagar subscripciones o cuotas mensuales para poder disfrutar de él, resulta gratuito. El único gasto -opcional- es el de comprar runas, personajes y otros complementos en la tienda del juego. Pero es algo completamente prescindible.
Poco hay que comentar en lo relacionado con el apartado técnico del juego. Los diseños artísticos de personajes y escenarios son notables, con un colorido y un aspecto formidables, pero los gráficos en sí mismos no son nada del otro mundo. Tanto estos como la música cumplen de forma modesta y eficiente, sin destacar por buenos ni por malos.
En resumidas cuentas,
League of Legends es un título capaz de satisfacer las ansias guerreras de aquellos jugadores que más simpaticen con la fantasía épica. Un juego cuidado pero sin grandes pretensiones que ofrece partidas rápidas (teniendo en cuenta el juego al que pertenece) y una lograda unión de géneros (estrategia y rol).
NOTA FINAL: 7
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