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Analisis Torment: Tides of Numenera ,PC

RPG clásico y mucha, mucha conversación. 
Miercoles 01 de Marzo de 2017 por Álex Pareja

Torment: Tides of Numenera es regresar al rol más clásico. Aquel en el que creamos a nuestro personaje a nuestro antojo, sobre todo en lo relativo a habilidades y personalidad propia. También es la manera de entender que la lectura puede ser un gran punto de partida para contar muchas historias sin necesidad de tener las mejores animaciones o ni siquiera tenerlas. Es un juego en el que puedes estar muchas horas dedicando tu tiempo a objetivos secundarios o simplemente a charlar con todo el mundo que encuentras, porque todos tienen algo que decir y no con pocas palabras que utilizar para ello.

 

El doblaje del juego, presente en ocasiones puntuales, se sustituye por una bella literatura que parece sacada de una novela de fantasía. Personajes y escenarios definidos hasta el extremo en todo momento, dando más importancia, al igual que antes, a la palabra por delante de todos los demás elementos mostrados en pantalla. Para disfrutar de Torment: Tides of Numenera tenemos que tener en cuenta estos factores: vamos a tener que leer muchísimo (está subtitulado en español latino, perfectamente comprensible salvo casos muy puntuales), vamos a tener que investigar y vagar por escenarios durante horas, pasar tiempo entre menús y combatiendo.

 

 

 

En mi estancia en la aventura, he llegado a pasar muchísimas horas hablando con otros personajes sin ni siquiera plantearme luchar. Insisto en ello porque es parte de la personalidad del título, y algo que debéis tener muy en cuenta. No creamos a un personaje o a un grupo para centrarnos en combatir, aunque eso también esté presente, sino que también lo hacemos para conversar y tratar de desarrollar nuestras habilidades que también se utilizan en esos diálogos. La experiencia no solo se obtiene por vencer a monstruos, sino que lo hacemos prácticamente al lograr cualquier cosa.

 

La libertad es amplia, no solo para decidir nuestros objetivos o para seleccionar opciones en las conversaciones, sino para todo lo que podáis llegar a imaginar, prácticamente. El juego lo deja claro casi desde el principio, cuando nos obliga a decidir entre un acompañante u otro de los que acabamos de conocer: en cualquier momento podemos pedir a nuestros compañeros de aventura, cada uno muy definido y con mucha personalidad, que nos abandonen. Al igual que también encontraremos nuevos personajes que se querrán unir a nuestro grupo. Habrá otros que simplemente nos pedirán que solo vayamos junto a ellos, variando casi por completo la experiencia del resto del juego y generando múltiples historias posibles y diferentes, ya que todos reaccionan a lo que ocurre y charlan con nosotros. 

 

 

 

Al principio, Torment: Tides of Numenera parece un juego colosal e inabarcable. Realmente lo es, ya que es literalmente imposible echar un vistazo a todas sus posibilidades en una primera partida, que ya os digo que puede llegar a ser extremadamente larga. El problema es que a veces es complicado saber qué punto es más interesante seguir y cuál no. ¿Hablo con absolutamente todo el mundo? ¿Me centro en algún objetivo principal? ¿Me estaré perdiendo algo interesante? Sumado a las veces en que quizás estemos cansados de hablar durante horas y queramos combatir un poco. Aunque el combate es otro tema.

 

Por turnos, en ocasiones, tendremos que enfrentarnos a enemigos de diversa índole. Cada personaje cuenta con sus propias habilidades, equipamiento, puntos fuertes y débiles. En un tablero de batalla, deberemos ir moviendo a nuestros personajes y decidiendo sus ataques como más nos convenga. No es un sistema novedoso, ni revolucionario, ni que funcione extremadamente bien, en realidad. De hecho, en muchas ocasiones es demasiado caótico y cuesta entender lo que ocurre o lo que nosotros podemos llegar a hacer.

 

 

 

Es igual de reiterativo que el sistema de muertes que ofrece el juego, genialmente aplicado en la propia historia del título, pero que a la larga termina cansando. Para que lo entendáis, nuestro personaje en Torment: Tides of Numenera muere pero se reencarna automáticamente, tras pasar por un mundo misterioso. También ocurre con la propia historia y las miles de conversaciones que podemos llegar a tener: sí, son largas y en ocasiones entretenidas, con un buen gusto en la escritura, pero no terminan de ser nada increíble. No es un mundo que haya llegado para marcar historia y, al final, son situaciones que ya hemos visto y en las que en ocasiones casi se agradecería una menor cantidad de información.

 

Torment: Tides of Numenera es para aquellos que quieran de ese RPG clásico, a los que les encante leer conversaciones e influir en una historia que puede ser casi tan larga como queramos, con mucha libertad. Pero debe comprometerse con un sistema de combate que solo es correcto y con la sensación general de que es una obra que podía haberse cuidado mucho más en todo lo que no son las propias palabras que expone.  

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