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Analisis Swarm X360

Lunes 11 de Abril de 2011 por Enrique Luque de Gregorio
Swarm es un juego nuevo, desarrollado por HotHead Games, pero tiene también algo de conocido. Sus influencias están más claras que el agua. Si ni siquiera has echado un vistazo a ningún tráiler del juego (cosa rara en los tiempos que corren, pero bueno), te podrás hacer una idea rápida si nombramos Lemmings y Pikmin. El juego tiene mucho de los dos, aunque también un enfoque plataformero que puede recordar al portátil LocoRoco de Sony. El concepto es más o menos el mismo que en todos éstos: superar distintos niveles llenos de obstáculos utilizando la fuerza en grupo.

Para ello las criaturas protagonistas pueden valerse de sus habilidades colectivas, que pasan por impulsarse para saltar precipicios, destruir obstáculos o formar una columna para llegar a lugares altos. Con esto también te hemos dicho de qué se componen más o menos los niveles. El grupo se controla de forma directa, en general bastante bien, aunque los swarmites (que así se llaman) tienden a esparcirse, lo cual complica un poco pasar por lugares estrechos y cosas así.

Como suele ocurrir en este tipo de juegos, el sacrificio forma una parte importantísima del desarrollo. Dicho de otra forma, no sólo es frecuente avanzar por los niveles perdiendo miembros del grupo, sino necesario. Por ejemplo, para superar un acantilado unos bichos tienen que impulsar a otros, por lo que los de abajo tienen que morir sí o sí. En realidad da igual, lo importante es conseguir el máximo de puntos posibles y llegar al final del nivel, sea con el número de criaturas que sea, pero con la cifra exigida de puntos.

Teniendo en cuenta que los puntos recogidos (mediante orbes) y los potenciadores que se ven reuniendo para multiplicarlos se pierden si mueren todos los miembros del grupo, es imprescindible encontrar un equilibrio entre las criaturas que sacrificamos y las que deben de quedar con vida. Ese es el fin último del juego, el equilibrio. O lo que es lo mismo, Swarm es un juego de habilidad que realmente hace honor a su género. No es especialmente difícil, pero requiere concentración y esfuerzo. Y también paciencia para repetir más de una vez ese nivel que se resiste. Si eres un jugador que busca plataformas rápidas, te confundes de título.

Si aceptas y piensas que puedes disfrutar de todo lo anterior, Swarm es una propuesta adictiva y un reto. No por difícil, insistimos, pero sí por resultar algo puñetero. Al margen de lo ya comentado de los puntos, para superar los dos enemigos finales que hay en el juego, es necesario recolectar un alto número de secuencias de ADN que se hayan repartidas por los escenarios, y que muchas veces no son fáciles de encontrar o de recoger. Vamos, que el juego sustituye una duración mayor (no es especialmente largo) por un ?completismo? obligado. Incluso en esto es tan a la antigua usanza.

Y es que Swarm es un juego con mucho de clásico. Con más de clásico que de original o innovador. Al principio puede parecerlo, pero cualquier jugador veterano se dará cuenta enseguida del espejismo. En conjunto no es nada del otro mundo, pero te mentiríamos si te dijéramos que no hemos disfrutado con él, que no nos ha picado lo suyo o que no nos ha generado una placentera sensación nostálgica. Y en MundoGamers podemos ser muchas cosas, pero no mentirosos.

NOTA FINAL: 7
7

/ 10


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