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Analisis Shift 2: Unleashed PS1

Miercoles 27 de Abril de 2011 por Pepe Rodríguez
La saga Shift ya tiene su propio nombre. Quién nos iba a decir que prescindir del clásico Need for speed sería visto como un buen movimiento comercial. EA ha podido hacer esto, o se ha atrevido a hacerlo más bien, debido a las grandes críticas que obtuvo el primer Shift y a una trabajada fama conseguida vuelta a vuelta entre la comunidad que juega simuladores de conducción en consola que, como el lector de Mundogamers sabe, no tiene nada que ver con simuladores de verdad (como el agotador R Factor, de PC). Ese escalón superado, el meterse en un género bastante cerrado, es el que ha permitido a la saga perder su título primigenio y quedarse con el apellido como seña de identidad. Shift 2. Debería ser una declaración de intenciones, la muestra de que esta saga es especial.

Y no. Y lo sentimos. De verdad que lo hacemos, nos encantaría que alguien entrase como un elefante en una cacharrería en el género y lo pusiese patas arriba. Shift 2 no lo ha conseguido, y teníamos mucha fe en que lo consiguiese.

El principal problema que le achacamos es que es un juego que, como tantos otros, se empeña en tratarnos como adolescentes. Es angustioso cuando te sientas a jugar un racer nuevo, ilusionado y empiezan a contarte cuentos sobre historias, carreras, personajes que quieren crecer en las competiciones callejeras, estética y música underground (...), un de aquí para allá hasta que, por fin, parece que te dejan correr o algo parecido. Para eso está Need for Speed.

Esto deriva en otra cortina de humo para más escenas, más personajes, más diálogos enfermizamente a los y más atentados a la integridad intelectual del jugador. Señores programadores de videojuegos, señores directores de producto, directivos de empresas: déjennos jugar en paz. Propongo que se creen dos vertientes, una en el que diseñen ese juego 'súper que te pasas', con sus historias, sus secuencias, sus mil pruebas diferentes y al lado, aunque sea en pequeñito, que exista una opción de juego para adultos, con todo desbloqueado de inicio, sin escenas y... sin historias. Que cada uno pueda elegir. No queremos jugar con coches malos, en carreras poco interesantes solo para poder aspirar a mejores posiciones. De eso ya se encarga la vida, por favor, existe un sector de jugadores que queremos que se nos trate con respeto.

Por supuesto, no es eso lo que menos nos gusta del juego, pues es algo que hemos tolerado, históricamente, y a lo que estamos tristemente acostumbrados. Lo que más nos ha decepcionado es la conducción. El híbrido entre una conducción exigente y puramente seria con unos derrapes propios de un Ridge Racer puede tener su gracia en algunos momentos, como en el propio predecesor de este juego o en casos como los racers de Codemasters, expertos en esta mezcla que es más compleja de lo que parece. Los coches en Shift 2 pecan de demasiada inestabilidad, de no mucho peso y de una tendencia a que la tracción trasera domine cada aspecto de las carreras. Ello permite hacer cosas como las carreras de derrapes más entretenidas, sin duda pero, a la larga, se vuelve contra el juego porque en vez de correr parece que te limitas a llevar el coche por el asfalto lo mejor que puedes. Ni es un juego para ir fijándote en las revoluciones, marchas, trazadas ni, tampoco, es un juego en el que puedas ir a saco sintiendo la sensación de velocidad extrema y de conducción al límite de los grandes arcades. El híbrido, en este caso, se queda a medias en ambas facetas y, al poco de jugar, ya se le han visto los hilos al sistema y no fuerza a que perfecciones tu conducción, como si lo hacen los buenos racers de cualquiera de las dos barricadas.

Uno de los avances que se nos vendió fue el de la cámara de casco, que es una cámara en primera persona que, en lugar de ser fija como en todos los juegos hasta la fecha, simula moverse igual que lo hace la cabeza del piloto. La sensación, en un principio, es muy refrescante y novedosa pero, al cabo de jugar un rato, no deja de ser una curiosidad puntual que no aporta verdadero valor al juego en sí.

No se puede decir lo mismo del apartado técnico, pues el nivel visual es excelente, más allá de un poco de popping. En especial las colisiones, y el motor que las genera, son totalmente alucinantes. en esto si que están por encima de cualquier competencia. Y tiene mérito porque el número de coches es elevado y las situaciones en las que puedes verte involucrado numerosas, por lo que las deformaciones no son siempre las mismas. Realmente bonito y espectacular el juego en este apartado.

La conclusión no puede ser otra que la decepción. En parte porque las expectativas eran realmente altas, y en parte porque el juego, la saga, no acaba de dar el salto definitivo hacia ningún lado. Ni en conducción ni en planteamiento deja de ser un híbrido que nos pone entre la espada y la pared. Los amantes de los simuladores, y los de los arcades, pondrán pegas por todos lados. Los que quieren juegos puros y duros, así como los que quieren envoltorios más sofisticados, tendrán cosas que no les parezcan bien. Quizás es eso lo que se busca, un término medio que contente a una amplia masa que no está tan definida en sus gustos. Puede ser, pero el que esto firma tiene muy claro lo que le gusta y lo que no, y Shift 2 pertenece al segundo grupo.

NOTA FINAL: 6.5
6.5

/ 10


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