Analisis Lollipop Chainsaw ,PS3,X360

Lollipop Chainsaw es un juego cuyo desarrollo llegaba precedido por cierta fama transgresora e innovadora. Pero a la hora de la verdad se trata de todo lo contrario. El nuevo trabajo de Suda 51 no deja de ser un beat em up de corte clásico, disfrazado de típica parodia de zombis. Algo así como si mezcláramos en un mismo título La Noche de los Muertos Vivientes, Devil May Cry y Buffy Cazavampiros. 

 

 

Pero si algo tiene bueno Lollipop Chainsaw es que en ningún momento se toma en serio a sí mismo. Su protagonista es una animadora adolescente que en sus ratos libres caza zombis; el malo de turno un gótico sospechosamente parecido a Marilyn Manson que quiere destruir el instituto (y el mundo, ya de paso); y los principales enemigos son burlas zombis de diferentes estilos de rock: un punki desfasado, un guerrero vikingo, un Elvis en horas bajas y hasta una hippy alucinógena.

 

 

El argumento, por supuesto, tampoco tiene ni pies ni cabeza, ni lo pretende. En lugar de eso basa su atractivo en un predecible humor adolescente, a veces divertido y hasta ingenioso, pero que en otras roza incluso lo ñoño. Todo narrado a ritmo de anime japonés y con un estilo visual muy trepidante y excesivo, en el que no cesan las coreografías imposibles, las poses estrambóticas y los saltos kilométricos. Casi como si se tratara de un Dante con pompones.

 

Es más, Lollipop Chainsaw podría definirse como una alternativa juvenil y colorida a juegos como Devil May Cry o Ninja Gaiden. La base viene a ser la misma: escenarios repletos de enemigos, jefes finales, mucha sangre, un cierto componente progresivo y un control basado en combos y variedad de golpes. 

 

 

En este sentido, el juego no brilla especialmente, aunque con el paso de las horas podemos aprender nuevos golpes, técnicas especiales y hasta transformar la sierra de Julliet en una especie de bazuca. Igualmente esconde material extra en forma de vestidos para la protagonista, canciones para su Mp3 o ilustraciones originales. Y también se pueden medir nuestras puntuaciones con las de otros usuarios a través de Internet. Alicientes que, no obstante, no compensan el hecho de que el juego no sea lo que se dice largo. Lo podeos concluir tranquilamente en unas seis horas. 

 

Con el paso del tiempo, Lollipop Chainsaw termina haciéndose algo repetitivo, pero es cierto que ese es un mal que siempre ha ido unido a su género, desde los tiempos de los salones recreativos. Pese a ello tiene una jugabilidad que intenta ser más variada de lo que puede parecer en un principio. Aunque la tónica dominante es siempre eliminar zombis, lo podemos hacer simulando diferentes deportes (baloncesto zombi, beisbol zombi), despedazándolos con una segadora gigante, embistiéndoles a toda velocidad al más puro estilo Sonic e incluso pateándolos con baile incluido girando en una barra americana. Todo ello mientras escuchamos los graciosillos comentarios del novio de Julliet, Nick, que nos acompaña durante todo el juego en forma de cabeza decapitada/ llavero. En algunos momentos Nick protagoniza Quick Time Events y algún que otro minijuego. Los desarrolladores del juego, además, se atreven incluso con un nivel que parodia y homenajea los videojuegos clásicos a ritmo de funk, con niveles inspirados en mitos como Pac-Man. 

 

 

La cuidada producción del juego, con unos diseños muy de cómic (el menú es un conjunto de viñetas) solo se ve empañada por unos escenarios poco ingeniosos y algún que otro bug. Pero lo demás, se nota que el juego ha sido creado para entrar por los ojos, para hacer gracia y para pasar un rato entretenido sin pensar demasiado.

 

Lollipop Chainsaw no es lo que esperábamos de él. Suda 51 no ha logrado firmar un juego innovador ni ingenioso. En lugar de eso encontramos una aventura de acción sólida, tanto a nivel visual como jugable, pero llena de tópicos. Quienes se sientan atraídos con su estética de cómic, las posturitas de su protagonista y su humor adolescente, lo disfrutarán. Para los demás, simplemente será un título graciosillo, orgullosamente inmaduro y muy poco innovador dentro del género de los beat ‘em up.  

 

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