Analisis Inazuma Eleven GO Chrono Stones Llamarada | Trueno ,3DS

Inazuma Eleven GO Chrono Stones es una explosión shonen de alegría, entusiasmo y fantasía. En el título de Level 5 el aburrimiento no es existe, combinando un ritmo narrativo propio de serie anime, unos partidos que son unos combates locos y una trama descacharrante con viajes en el tiempo incluidos.

La premisa es tan sencilla como maravillosa: alguien le quiere robar el fútbol a Arion Sherwind y al mundo entero. Una maligna corporación del futuro llamada El Dorado y sus agentes, El Protocolo Omega, transforman ese instante en el que uno se enamora del fútbol (cuando el Depor ganó la liga, que sucedió de verdad) en un trauma, consiguiendo que el deporte se acabe odiando. Del amor al odio hay un paso, y al olvido tan solo un par de capítulos. Menos mal que el amor de Arion por el fútbol es tal que no hay quién se lo saque de la cabeza (seguro que es del Barça, y claro, como gana más ligas es más difícil olvidar a su enamorado).

Arion Sherwind conoce a Fey, que llega también del futuro. Juntos, se embarcan en una epopeya por el tiempo y el espacio para devolverle al fútbol al lugar que le corresponde. Inazuma Eleven GO Chrono Stones consigue en todo momento plantear situaciones absolutamente estúpidas pero que acaban siendo coherentes dentro del videojuego. ¿Unos robots guardianes que nos pillan infiltrándonos en un museo y que nos desafían a un partido de fútbol en lugar de detenernos? Es tal el entusiasmo, la alegría y la pasión que destila el juego que te lo crees, te vale, y lo disfrutas.

Esto es gracias a la capacidad de Inazuma Eleven GO Chrono Stones de homenajear todo lo bueno del shonen de los años 80 y 90. Aquí están los stands de JoJo Bizarre Adventures, los tiros a puerta locos de Captain Tsubasa, las magias geniales de Bola de Dragón y las Armaduras de los Caballeros del Zodiaco.

Esta es la gran novedad que nos trae Inazuma Eleven GO Chrono Stones y que ocupa gran parte de la trama: las armaduras. El Protocolo Omega está compuesto por unos futbolistas increíbles (quieren hacernos olvidar el fútbol haciéndonos perder jugando al fútbol, ¡es genial!) y la única manera de poder plantarles cara es invocar a nuestros espíritus guerreros y conseguir que se transformen en armaduras que nos envuelvan y nos hagan más fuertes. Sí, armaduras de fénix, de pegaso y de mucho más que ya descubriréis. ¿Cómo conseguirlas? Entrenando duro y siendo todavía más shonen de lo que eras al empezar el videojuego. ¡Viva el fútbol!

En lo jugable, además de las armaduras, tenemos las combinaciones MixiMax, que nos permiten fusionarnos (Hola, Gogeta) con otros personajes del videojuego y adquirir nuevos poderes. En Inazuma Eleven GO Chrono Stones tenemos más personajes para fichar y los partidos cuentan con más estadísticas visibles en relación al poder de nuestros tiros (Hola, Scouter) y embistes. En lo demás sigue igual a anteriores entregas: sin online y con una IA regulera. Yo sé que perseguir el balón es importante, pero quizás un delantero tendría que intentar internarse en el área contraria en lugar de pretender bajar tanto a defender.

Técnicamente el título es chulísimo. Los modelados de los personajes son grandes, bonitos y bien definidos. Se mueven cuando desarrollan la novela visual que es la narrativa del título, intercalan sus charlas con situacions ingame y escenas de anime, todo para que nunca pases demasiado tiempo viendo lo mismo en la pantalla y dando una lección magistrarl de ritmo a la hora de narrar en un videojuego japonés.

Por supuesto, todo llega doblado y subtitulado en un español perfecto. Las voces le meten mucha energía al videojuego y solo echo en falta que cada vez que se hace una supertécnica no griten hasta desgañitarse el nombre de la misma. Pero bueno, ya la grito yo. ¡Porque nadie podrá jamás arrebatarnos nuestra pasión por el fútbol!

Inazuma Eleven GO Chrono Stones tiene un ritmo es sensacional de anime capitular, aburrirse con el juego es dificilísimo, la historia fluye a toda leche y siendo capaz de plantear todo tipo de situaciones tan rocambolescas como adorables. Los partidos son muy entretenidos y la gestión de todo lo que los rodea funciona muy bien.

Le pediría tener opción de echar pachangas online, poder controlar el carácter en el partido de los jugadores y que el stylus fuera más fino. Es habitual querer hacer que un personaje corra en una dirección y que en lugar de eso pase el balón, pero son problemillas que se vuelven menores cuando sabes que te lo estás pasando como un niño pequeño con el título, sintiendo la pasión de Arion como si fuera la tuya misma; y eso que a mí el fútbol me da igual.