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Analisis Crash Bandicoot 4: It's About Time ,PS4,XONE

Casi todo en-caja
Viernes 09 de Octubre de 2020 por Adrián Suárez Mouriño

Crash Bandicoot 4: It's about time es un videojuego muy, muy divertido. Es un plataformas largo, con contenido y repleto de retos enrevesados. El regreso de Crash ha sabido recoger muy bien todas las características de la serie original, adaptándolas a las nuevas máquinas para darle al jugador exactamente lo que espera. Crash 4 es un videojuego que no va solo de llegar hasta el final, sino de regresar continuamente a las mismas fases para destrozar todas las cajas, encontrar todos los secretos, desbloquear todos los aspectos y alcanzar un difícil 100%.

 

Llegarás al final del título en menos de 7 horas, pero desbloquearlo todo te llevará mucho tiempo. Y esa es su gran virtud, ese pique, ese desafío mayúsculo que logra que muchos de los defectos del juego se difuminen; si es que podemos llamarlos defectos.

 

Crash 4 es un plataformas que sabe a nuevos comienzos

 

Este Crash Bandicoot 4: It's about time hereda no solo los aciertos de los primeros juegos, también sus problemas. Mario y Sonic tuvieron que evolucionar y adaptarse a los tiempos futuros para moverse y verse mejor en su mundo de juego. De las dos dimensiones pasaron a las tres con más y menos fortuna. Evolucionaron; pero Crash no. Quizás es porque él ya nació en un entorno tridimensional; y no solo eso, sino que nació en uno concretísimo. Porque sí, se mueve en todas las direcciones del espacio, pero, en realidad, siempre lo hace en dos: hacia arriba y hacia abajo o hacia la izquierda y la derecha.

 

Este juego no se atreve a hacer una relectura de la esencia del personaje, solo lo trae a la actualidad y se hace preguntas que intenta contestar con la jugabilidad y su propuesta. Es decir, ¿qué problemas tiene Crash a día de hoy con la cámara? ¿Su salto es lo suficientemente preciso? ¿Sí o no? ¿Qué podemos hacer con ello? ¿Hay otras formas de sacarle partido a estos escenarios tan limitados? Que, por otra parte no es buena idea cambiarlos porque son parte de la esencia de la fórmula.

 

Todas esas preguntas están en el juego. Crash falla muchos saltos en las fases que son hacia el fondo de la pantalla o hacia ella porque el ángulo de la cámara no es eficiente. Si una caja oculta un foso, no lo ves y te matan. Y esto ocurre muchísimas veces. El ángulo de visión o el diseño de escenarios no siempre es lo suficientemente hábil para advertirte de que hay un peligro más adelante, y te lo comes, y mueres. Tampoco ayuda el exceso de cosas que hay en cada escenario, porque confunden un montón. En su intentona de conseguir que los escenarios den más de sí, se introducen personajes nuevos que no acaban de funcionar porque tienen habilidades que solo aportan grasa a la receta. De hecho, cuando mejor funciona Crash 4 es cuando se desnuda hasta solo quedar Crash, cajas en las que rebotar y un espacio vacío por suelo.

 

Crash 4 nos devuelve a los mejores momentos de los originales con ideas nuevas. Algunas son buenas y otras no

 

Tenemos poderes. Habilidades que activamos y desactivamos para alterar nuestra acción sobre el escenario y, aunque son ingeniosas, también le aportan mucha suciedad al manejo del personaje. Hay muchos botones que pulsar y es fácil equivocarse, lo que se suma a esas caídas por culpa de la cámara o a la aparición de secundarios que no funcionan tan bien como Crash. No es un juego que quiera ser fino en su ejecución mecánica.

 

Con todo que os estoy contando, entenderéis que mi primera impresión con Crash Bandicoot 4: It's about time fuese regulera, pero, a medida que vas jugando y jugando, y dejas de querer llegar al final de la pantalla para preferir buscar todas y cada una de las cajas, todos estos defectos pasan a ser, simplemente, características del juego. El exceso de elementos en pantalla funciona para esconder las cajas, las caídas sirven para castigar al explorador incauto y la cámara lo que hace es complicarte las cosas al saltar y al aterrizar, pero haciéndolo divertido a la vez. Es decir, las torpezas que Crash arrastra de sus primeros episodios, se acaban convirtiendo en parte más de la experiencia.

 

Y es de esta forma cómo este juego responde a todas las preguntas que se le han planteado a la desarrolladora. La fórmula de Crash tiene problemas con la cámara y la precisión de los saltos; ok, pero podemos usarlo a nuestro favor ocultando cajas, haciendo que todo sea más difícil, consiguiendo una mayor diferenciación entre el avance en 2D y el que es más 3D, y también usando el poder de las máscaras; de hecho, uno de estos es, precisamente, que desaparezcan algunas cajas y podamos ver ese hueco que a veces queda oculto.

 

La desarrolladora ha sido muy hábil convirtiendo los problemas de la serie en características de juego

 

Pero pese a este talento y buen hacer, pese a ser un Crash notable, no llega a ser sobresaliente. Pese a que su suciedad es bien absorbida por el propio juego, a su salto le sigue faltando algo de precisión, las fases controlando a otros personajes no funcionan y hay demasiado ensayo y error en las primeras partidas. Hay mundos de juego muy interesantes y que consiguen llevarte a esa catarsis plataformera mecánica fabulosa que se espera de estos juegos, pero otras se hacen sosas y largas.

 

Con todo lo mucho bueno y lo poco malo, me lo he pasado como un enano. Los jefes finales podrían estar mejor, claro; también se le podría dar otra vuelta a su cámara... pero, ¿qué más da? Porque Crash Bandicoot 4: It's about time es un juego divertidísimo. Tiene sabor a nuevos comienzos, a experimentar sin querer perder sus raíces, a probar si funciona mejor como juego excesivo o crudo. No quiere revolucionar nada, solo pretende ser una cosa entretenidísima hecha para que el equipo de desarrollo se haga con este complicado personaje, se pregunte cosas sobre él y las responda con soltura. Y oye, ni tan mal le ha salido la jugada.

8

/ 10


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