Dicen que el diablo está en los detalles. En el caso de The Saboteur es cierto. A lo largo de todo el tiempo que hemos pasado con Sean y su acento irlandés, hemos sentido verdadera lástima de que la última obra de Pandemic no haya sido mejor, como si, de alguna manera, los desarrolladores se hubieran encontrado con algo tan bueno entre las manos que no fueran capaces de procesarlo.
vEl problema principal de The Saboteur es claro: está roto. Ninguna de las mecánicas que contiene funcionan a un nivel que ralle lo mínimo de diversión. Siempre que uno se sienta delante del juego y se propone hacer una misión que en su planteamiento parece interesante termina desbancado por la incapacidad de cumplir los objetivos de una manera, digamos, correcta. Siempre habrá algo que entorpezca la experiencia, a saber: que la Inteligencia Artificial enemiga se quede atascada, con nazis que parecen querer que les mates; que el sigilo sea una función totalmente inútil y prácticamente inservible en cualquiera de las misiones del juego; que los peatones salten hacia tu dirección mientras conduces, los objetos atraviesen el suelo (el más sangrante, el caso del zeppelin) o te maten por realizar una acción no indicada.
Una de las señales que hacen percatarse de ello al jugador es cuando éste se sale del papel del protagonista para interpretar el de juez, como en una mala película de la que, dicen, se aprende más, porque te saca del contexto. Cuando juegas a The Saboteur, esta sensación no te abandona. En cada parte del juego se te ocurren miles de formas de haber mejorado la experiencia y casi le dan ganas a uno de enviar un formulario relleno a modo de feedback.
La música, por el contrario, permanece impertérrita, y guía más al jugador hacia la atmósfera que cualquiera de los coches de época o la arquitectura de París.
Si The Saboteur fuera un juego del que te esperaras una situación similar, no pasaría nada. Lo abandonarías en su caja y ya está, pero
la Francia monocroma termina adentrándose en tu cabeza de una manera especial, como si te pidiera más tiempo para solucionar las cosas? y lo intenta. Las misiones de la mitad del juego hacia delante toman un cariz distinto, donde se te plantean situaciones más desafiantes e interesantes, pero termina cayendo en el mismo abismo que actúa como cielo e infierno de los sandbox actuales: los detalles. Cada vez que comiences una nueva misión o la termines, el juego parece reiniciarse, como una comedia de situación, pero a diferencia de ella, evolucionando poco a sus personajes por el camino.
Y es que está claro que en el desarrollo de esta producción ha habido prisas, fallos en el planteamiento y falta de tiempo para depurarlo todo. Sean, pese a su historia pasada, no parece demostrar ningún deseo a parte de su venganza personal, ni siquiera con sus compañeros de la resistencia. Los personajes secundarios parecen actuar igual, con objetivos muy claros y simples, a excepción de unos cuantos momentos que podrían haberse desarrollado más. El único de ellos al que se le ha conseguido dotar de algo más de personalidad es Skylar, agente británica y todo un encanto, categorizada por algunos miembros de nuestra redacción como una de las GOTY (Girl of the Year).
A parte de eso tenemos varios sistemas de juego, metidos a presión en un tarro muy pequeño y sin etiquetar. Escalar, una de las principales, no termina de tener sentido en toda la aventura, con una mecánica tosca y mal implementada. Las escenas de conducción a bordo de vehículos tampoco termina de funcionar, puesto que todos ellos parecen una versión capada y reducida del Aurora, el mejor de todos ellos. La última, el sistema de combate con cobertura, funciona igual de mal, cubriéndose defectuosamente y sin posibilidad de apuntar de modo correcto.
Con todo, no podemos concluir diciendo que The Saboteur debería caer en el olvido.
El planteamiento base y sobre papel resulta tan atractivo que, una vez concluida la aventura y, pese a como hemos dicho antes, sentir frustración en cada misión del juego, termina y en cierto modo lo echas de menos, no tanto por lo que es como por lo que podía haber sido; una obra inacabada. Una marisposa sin alas. Y una muestra de que la inspiración en otros juegos y la mezcla de ellos no siempre resulta ser la fórmula ganadora, sobre todo, cuando los antepones a lo que quieres contar.
The Saboteur es como una novia ?extranjera (el juego viene inexplicablemente en inglés, francés, alemán, italiano, polaco y ruso [parece haberse traducido únicamente a los idiomas más afectados directamente por la Segunda Guerra Mundial]). Una novia bonita con la que la cosa no funciona. Y tu quieres que funcione, y por eso lo intentas una y otra vez, pero, por mucho que se esfuerza por que vaya a mejor, al final, el resultado es el mismo: una obra con un gran diseño, fácilmente aprovechable, pero incapaz de cumplir su objetivo como videojuego por falta de ese know-how del que siempre hablamos, por ejemplo, cuando hablamos de Rockstar. Concluyendo Grand Theft Auto IV, recordamos una misión, de esas que fácilmente podrías acabar en diez minutos, como I?ll Take Her, en la que tenemos que secuestrar a la hija de un mafioso. Esta sencilla misión viene acompasada por miles de detalles: la conversación que te acompaña en cada momento, los momentos en que la chica intenta desviar tu coche, grita a la policía que la están secuestrando o, cuando está inconsciente, la física de su cuerpo acompañando cada frenada, acelerón o giro del coche.
Es esa chispa divina guiada por la mano del desarrollador la que hace que un mundo carismático no esté exento de alma. Y sin esa chispa, el resultado es una pandemia de buenas intenciones.
Este juego ha sido analizado en su versión para
PlayStation 3. Para el análisis, el juego ha sido
completado, con una duración aproximada de
10-11 horas, más
dos horas adicionales en sus
misiones secundarias (sin finalizar). El título está calificado +16 según el PEGI y viene completamente en
inglés, tanto textos como voces, con posibilidad de otros idiomas (español no incluido). El juego posee
contenido descargable gratuito, a través de un código dentro de la caja del juego, o de pago vía
Xbox Live o
PSNetwork.
NOTA FINAL: 6.5
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