Toukiden Kiwami. Agarradme esos monstruos

Toukiden Kiwami se muestra en un nuevo vídeo. El título llegará a PS4 y PSVita el 27 de marzo y en él se nos muestran nuevas armas y la reacción de los enemigos ante nuestros impactos; vamos, lo que viene siendo el combate en sí.

 

Ya en esta santa casa he hablado y alabado lo bien que se mueven las criaturas del título de Monster Hunter, que nadan, huyen, gritan, protestan y se revuelven ante nuestros golpes. Viendo la evolución del videojuego de Capcom me cuesta un montón entender cómo es posible que ni Toukiden ni Soul Sacrifice o Freedom Wars ni ningún otro mata monstruos sea capaz de aportar algo a los movimientos de los engendros gigantes.

 

 

Ya no es solo por Toukiden, que no discuto que no será divertido, largo y completo, sino por todos los ya mencionados. Hay una máxima que prima en estos títulos: enemigo gigante al que golpear mucho, mucho, mucho para que luego él nos dé un golpe fuerte, nos quite media barra de vida y vuelta a empezar.

 

Pero esto, por el amor de una madre, ya no debería valer. Los monstruos a derrotar son los protagonistas del videojuego y estos son como estatuas, con unos movimientos muy concretos y que habitan en unos rings cerrados que mandan al traste toda la narrativa posible que puede tener el juego. Estos demonios tan ortopédicos no consiguen meterte en situación y acaban siendo personajes sin personalidad. Si nos fijamos en el título de Capcom, muchos de los mosntruos que capturamos son reconocidos y tienen fama entre sus usuarios, ¡ay esos Tigrex de mis amores! Mientras que los de otros videojuegos similares pues no. Los artbook de Monster Hunter desarrollan y detallan un trabajo formidable al trasladar los cadáveres capturados a las armaduras de nuestros héroes, y suma y sigue. Los Monster Hunter son vivos, sus seres sufren, respiran, se revuelven y huyen y eso nunca, todavía, lo he visto en ningún otro título.

 

A los videojuegos de cazamonstruos no les da la gana de evolucionar, solo de poner más colores y cositas aquí y allá. Soul Sacrifice o Freedom Wars introdujeron mejoras narrativas y variaciones en el combate, pero en la parte en la que deberían profundizar, en esas criaturas, es como si no les diera la gana. Conste que tengo ganas de jugarlo, que estas cosas me enamoran, pero eso no es excusa.

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