1. Mundogamers
  2. Noticias

Recordando Advance Wars

Descanse en paz, maestro
Por José Manuel Fernández "Spidey"

Ahora que ha salido para Wii U como descargable, ¿qué mejor momento para recordar uno de los mejores juego de Game Boy Advance? También es uno de los más originales: ¿quién iba a esperarse un juego de estrategia por turnos en GBA? Ok, teníamos Fire Emblem, ¿pero un juego bélico? ¿En Nintendo? En principio, no pega mucho, pero Advance Wars era diferente.

 

Era difernete, para empezar, porque era una monada. Nunca en la vida me habría imaginado sintiendo lástima por un tanque que estalla en mil pedazos, pero la dirección artística de este juego era algo genial: no solo caricaturizaba todo lo que tuviera que ver con la guerra, generales y soldados incluidos, sino que su 'violencia' no resultaba tal cosa. Es terrible que un juego no te haga sentir pena por un soldado abatido, ok, pero es que Advance Wars era muy gracioso.

 

Las montañas, ese gran enemigo

Sus protagonistas estaban llenos de carisma, además. Molaban porque tenían poderes absurdos, como poder reparar la vida de un ejército casi por completo y a distancia en un instante y porque se echaban discursitos la mar de inocentes para ser unos señores que jugaban a la guerra. Su inspiración, además, en cosas tan dispares como los samurais japoneses o Papá Noel le daba más encanto aún si cabe.

 

Pero hablemos de la guerra. Las unidades, los escenarios, los condicionantes de visibilidad y de movimiento, las bonificaciones por el general al mando... Advance Wars era todo un juego de estrategia escondido tras una capa de kawaii. Y era un juego bastante complicado durante las primeras partidas porque, aunque podías aprenderte cómo el rival iba a moverse; costaba mucho anticiparse a sus estrategias.

 

Aprender, con sangre, cómo cada tropa estaba jerarquizada y tenía debilidades y lados buenos que uno no se imagina en principio (matar un montón de infantería pesada con un antiaéreo era mi táctica favorita) era otro gran elemento del juego. Y es que cada tropa tenía algo propia, tenía cierta identidad y acababas creando preferencias por algunas de ellas, a veces con terribles resultados para tu ejército y tu economía.

 

Los bombarderos, esos pedazo de mamones

 

Toda la campaña, además, estaba construida magistralmente y sus escenarios eran un reto tras otro. Recuerdo perfecetamente un nivel donde tenías que resistir en dos puentes con tropas muy inferiores a las enemigas y conquistando poco a poco recursos para construir tanques más fuertes. Como el enemigo no podía construir nuevas tropas, la batalla se convertía en una prueba de aguante y movimientos de ajedrez que te hacía sentir como todo un estratega.

 

Parece mentir que, con lo que le cuesta a Nintendo hacer nuevas sagas, Advance Wars haya pasado a un segundo plano tan rápido. Las secuelas de DS quizá no fueron un éxito de ventas, pero Fire Emblem está ahí para demostrar que los nintenderos aún quieren juegos de estrategia. Además, estoy seguro de que los señores de Intelligent Systems se mueren de ganas de hacer otro Advance Wars. Venga, Ninti, sorpréndenos en el E3.


<< Anterior Siguiente >>