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Nintendo y los matrimonios gays

Sin malas ideas, pero lioso de explicar
Por Víctor Junquera

La semana pasada nos hacíamos eco del próximo lanzamiento de Tomodachi Collection en territorio occidental bajo el nombre de Tomodachi Life. El juego, que se ha definido como una mezcla de Animal Crossing Sim, aunque también le pegarían nombres como Bobobo y demás locuras japonesas, nos anima a interactuar con nuestros contactos y amigos y vivir en un universo maravilloso que puede ser todo lo que nosotros queramos y más...

 

...Bueno, no tanto

La polémica saltó cuando se hizo público que el matrimonio gay que habíamos visto en la versión japonesa en multitud de capturas iba a ser suprimido al cruzar las fronteras del país nipón. Las voces no tardaron en oirse. En los últimos días, foros, publicaciones y twiters se han visto desbordados de argumentos a favor, en contra y defases varios contra los que de poco o nada han servido las declaraciones de la propia Nintendo tratando de explicar el asunto.  

 

Afortunadamente Nintendo no ha dicho nada de peras y manzanas. Esto es una orgía a lo Botella.

 

Según un representante de la compañía japonesa, el matrimonio entre personas de mismo sexo nunca ha sido una opción en Tomodachi CollectionLas imágenes que parecían pertenecer a matrimonios homosexuales eran, en realidad, un bug que permitía que se caracterizara a los personajes femeninos como si fueran masculinos, pero se trataba de un matrimonio entre hombre y mujer, no de dos personas de género masculino, como atestigua el que luego uno de ellos se quedara embarazado. 

 

La idea de Nintendo con Tomodachi Collection era la de emular la situación real y jurídica de un país en el que el matrimonio NO es ilegal tal y como han publicado muchos medios, sino alegal o no legalizado, que no es lo mismo. ¿Qué significa esto? Que un matrimonio homosexual celebrado en el extranjero por personas con nacionalidad que contemple la legalidad de dicho matrimonio es justo de pleno derecho en Japón, pero que, por ahora, sus leyes no permiten la celebración de tal matrimonio entre nipones del mismo género. 

 

A Batman se le ve molesto con el tema.

 

Un poco de historia

Como hemos dicho al principio, el matrimonio homosexual no está legalizado como tal en Japón, pero tampoco está castigada la homosexualidad ni tipificada como conducta delictiva, falta ni acto antisocial. Suena bruto, pero lamentablemente esa situación sí que se da en muchos paides. En el territorio nipón, por el contrario, la homosexualidad se contempla tradicionalmente desde la propia edad media y jamás ha sido vista como delito -excepto durante siete años por culpa del maldito periodo Meiji, pero de eso hablamos luego-. Ni el budismo ni el shintoismo han tachado jamás la homosexualidad de 'pecado', ni se ha visto trabada esta opción sexual por la etiqueta de lacra social que incluso a día de hoy perdura entre personas de pensamiento pobre y ética cuestionable en nuestra sociedad.

 

La homosexualidad está contemplada en Japón desde hace siglos, de forma social y cultural, y la falta de reconocimiento del matrimonio gay no conlleva, como ha podido pasar tristemente en nuestra cultura, la existencia de un grupo o grupos de presión que contemplen la libertad sexual como una indecencia o abominación. Los que os sentáis ofendidos podéis echarle una lectura rápida al libro de Tsuneo Watanabe y Junichi Iwata El amor del samurai: Cien años de homosexualidad en Japón, echarle un ojo a la antología de José Cabezón Budismo, Sexualidad y Género y, ya de paso, conocer el movimiento yaoi manga de obras como ZetsuaiKimi Note o Boys Next Door.

 

Tratar de entender esto con nuestra mentalidad occiental es complicado. Por culpa de la presión religiosa, social y política de hasta hace poco, los occidentales otorgamos una dimensión de identidad a la concepción de homosexualidad que nunca tuvo su visión japonesa. Para que nos entendamos, la homosexualidad en occidente es, en ocasiones, una cuestión de identidad que trata de ir más allá de la mera opción sexual. Se habla de colectivo LGBT y se trata al individuo como parte de un grupo que comparte intereses e incluso gustos. La concepción de la homosexualidad tradicional japonesa no cuenta con esta dimensión de 'modo de vida', sino que se trata tan sólo de una cuestión de placer y de compartir un momento de goce, perdurable o no, al margen de la atracción que pueda existir o no entre sus actores.

 

Nanshoku: Lo que pasa en la Batcueva se queda en la Batcueva.

 

En la era Tokugawa (1600 a 1867) el 'nanshoku' o 'danshoku', 'erotismo masculino', hacía alusión a las relaciones entre compañeros que decidían compartir determinadas prácticas sexuales, elaborándose un extenso catálogo de terminos según relación, posición social, grado de cercanía etc -ya sabéis cómo son estos japos- para definir los miembros de la pareja -o grupo-. Con la llegada de la maldita era Meiji, la cultura occidental invadió todos los aspectos de la sociedad nipona, modificando este concepto de la sexualidad y tratando de occidentalizarlo. Incluso se trató de prohibir durante unos años, pero esa ley fue derogada con bastante rapidez. 

 

Bonita forma de meter la pata

Pero volvamos a la actualidad, que esta semana tengo el Delorean que echa chispas. La situación se ha salido de madre y varias voces alteradas y amarillistas han acusado a Nintendo de 'considerar el matrimonio homosexual un error (o un bug)'. Casi sin comerlo ni beberlo la compañía japonesa se han encontrado con un marrón de los gordos, una de esas meteduras de pata que pueden cargarse el título que iba a revalorizarlos más allá de sus fronteras

 

Maldita sea... ¡Vamos a vender las 3DS!

 

Es más que obvio que, con Tomodachi Collection, lo único que Nintendo intentó fue crear un juego divertido acorde a la realidad jurídica y social de su país. Seguramente ni se les pasó por la cabeza la posiblidad de que quitar algo que realmente no era más que un fallo de programación supusiera un problema al cruzar fronteras. Que sí, que se podían haber estado quietecitos, pero a tiempo pasado es fácil prever que los accidentes ocurren, y como suele decirse en estos casos: '¡Ay, si lo hubiera sabido antes!'

 

Y sin embargo...

Y sin embargo es cierto que han metido la pata. La respuesta más sencilla por parte de Nintendo sería dejarse de pamplinas y modificar la programación para permitir el matrimonio gay allende fronteras, al menos en su Tomodachi Life, que traducido al español como 'Vida de Amigos' daría bastante juego al chistecito fácil. Sin embargo hay que entender que esto significaría una serie de consecuencias accesorias que se nos escapan. En primer lugar, sería tomar una opción política importante dentro de sus fronteras que se traducirían en un 'Nintendo aboga por el matrimonio homosexual' en la primera página del Tokyo News -o como se llame el periódico gordo de Japón, que me da pereza tirar de wiki-. En segundo lugar le supondría el veto en varios países mucho menos modernos que los nuestros -lo que hay que escribir-, y en tercer lugar tampoco nos contentaría a todos, puesto que siempre podríamos buscar una pega con la que sentirnos ofendidos. 

 

¡Frodo, espabila! Que lo mismo sale un parche y eso.

 

No suelo hacer mucho caso a las críticas de turno de los colectivos de 'ponga aquí su palabro'. Tienden a ser una sarta de quejica con demasiado tiempo libre y, en ocasiones, ni siquiera pertenecen al colectivo que representan. Tampoco tengo problemas en pasarme lo políticamente correcto por el forro de los huevos, y no entiendo por qué hay que tener tanto cuidadito ni andarse con mil miramientos y tratar con algodones a alguien sólo por el hecho de que le guste acostarse con hombres, mujeres y/o viceversa. Sin embargo he de reconocer que en esta ocasión comprendo, en parte, las quejas. Es comprensible que muchos usuarios vean una traba en el no poder casarse en el juego con quien ya es su pareja en el mundo real, o con un amigo, un vecino o incluso sus primos, que total, problemas de hijos no van a tener, y menos en digital. Por otro lado también comprendo a Nintendo, que nos venía con un jueguecito para echar unas risas y ahora lee que la gente les va a hacer boicot por 'chungos'. 

 

¿Y entonces qué hacemos? Pues yo creo que empezar por tranquilizarnos no estaría del todo mal. Esperemos a ver qué pasa al fin con este Tomodachi Life y disfrutemos con todo lo que tiene que ofrecernos. ¿Qué demonios? Lo mismo en breve nos vienen con un parche para casarnos con quien nos salga de las narices. Si esto es así, nota para Nintendo: Echo de menos a mi labrador de Nintendogs

 

¡Nos leemos!


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