Necesitamos más juegos como The Witcher 3
El otro día me dio por echar un ojo al tiempo jugado en The Witcher 3. Además de terminar con los ojos como platos al comprobar que esas tres cifras tenían un dos delante, me preocupé. Me preocupé porque en Blood and Wine apenas me he centrado en la historia principal y porque me da miedo volver a Velen, Novigrad i Skellige, donde la lista de misiones pendientes y lugares por explorar sigue siendo mayor que lo visitado. Malditos polacos. Dos años después, llevarse las manos a la cabeza por el trabajo de CD Projekt RED sigue teniendo todo el sentido del mundo. Basta con recordar el apoyo post lanzamiento (actualizaciones constantes, nuevas misiones, más contenido), las dos expansiones que, juntas, superan las horas de juego de The Witcher 2, o el detalle en cada pequeña localidad que en muchos otros títulos sería poco más que decorado. Sé que es un juego que no terminaré y, al mismo tiempo, una obra que siempre me ofrecerá algo bueno cuando me ponga a jugarla.
Me cuesta encontrar obras que consigan lo mismo. Las alternativas evidentes podrían ser Skyrim o Fallout 4, pero no cuentan con la personalidad de un brujo que, por mucho que haga y se esfuerce, es poco más que un antiplagas ambulante para el pueblo llano. En los otros juegos puedes ser el Jarl, el líder de una comunidad, ser respetado y tomar parte en el juicio por tus acciones, pero como Geralt te toca montar en Sardinilla con una mochila un poco más cargada de recuerdos no siempre buenos.
Lo que intento decir es que, por su extensión y detalle, siempre cuento con una vía de escape para perderme en un mundo medieval de personajes bien escritos, magia y criaturas perturbadoras. Habrá quienes hayan exprimido todo el juego, pero yo me veo dentro de dos años en mi actual situación, incluso aunque el contador de horas cuente con varias decenas más de las -muchas- que ya tiene. Para mí es un juego que no acaba y que mantiene el estándar de calidad, ojalá no fuese el único así.
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