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Conarium y otros juegos inspirados por H.P. Lovecraft

Invocando a Cthulhu
Por Laura Tejada

El terror de las historias de Lovecraft lleva décadas fascinando a millones de personas en todo el mundo y siendo una notable fuente de inspiración para la creación de todo tipo de contenido, y los videojuegos no son una excepción. Ya en 1992 nos encontrábamos con Alone in the Dark, aventura desarrollada por Infogrames y una de las primeras de terror poligonal en tercera persona. Aquí encarnamos a un detective enviado a investigar el suicidio de Jeremy Hartwood, o a la sobrina de este, y en ambos casos nos encontramos a punto de embarcarnos en una lucha por escapar de la mansión, en la que podemos encontrar referencias directas a los Mitos de Cthulhu como la aparición del Necronomicón

 

Alone in the dark

Alone in the dark (1992)

 

Un año después, también de manos de Infogrames, llegaba otro imprescindible entre los juegos lovecraftianos: Shadow of the Comet. Esta aventura gráfica nos situa en 1910 y nos pone a los controles de John T Carter, un astrónomo llegado al pueblo de Illsmouth (variación de Innsmouth) con la intención de capturar el paso del Cometa Halley y de investigar qué le sucedió a Lord Boleskine, un científico que se encontraba en el pueblo cuando el cometa pasó por última vez hace 76 años. Sin embargo algo pasó y Boleskine enloqueció, quedando encerrado de por vida en un hospital psiquiátrico. Rituales prohibidos, leyendas sobre una tierra gobernada por el terror y el resurgimiento de unos seres conocidos como Los Antiguos asientan las bases para todo un descenso a la locura. 

 

Y es que una de las claves en la obra del escritor de Providence es el miedo a lo desconocido, a un terror tan indescriptible que lleva a los protagonistas de estas historias a dudar de lo que le dictan sus sentidos, a rechazar la existencia de estos seres de otro mundo que ponen de manifiesto la insignificancia de toda la raza humana. Es al aceptar la realidad de semejantes criaturas cuando el individuo pierde la cordura, lo cual se convierte en un poderoso elemento a la hora de construir una atmósfera aterradora de la que muchos desarrolladores de videojuegos se han servido y siguen sirviéndose actualmente. 

 

Gran ejemplo de esto es Conarium (desarrollado por Zoetrope Interactive y editado por Iceberg Entertainment), título que sale mañana a la venta y que no sólo bebe directamente del horror cósmico, sino que plantea cómo serían los acontecimientos posteriores a lo sucedido en Las montañas de la locura, uno de los relatos más conocidos y aclamados de Lovecraft. 

 

Conarium

Conarium (2017)

 

En Conarium somos Frank Gilman y estamos en una base en el polo sur en la que algo no va nada bien. De alguna forma hemos muerto y vuelto a la vida al usar un extraño dispositivo, pero ya no somos el mismo de antes. Tendremos recuerdos inquietantes de lugares que nunca habíamos visto y Frank comenzará a cuestionarse su propia salud mental. Con esta premisa y unas localizaciones tan preciosas como escalofriantes (gracias al motor Unreal Engine 4), el terror lovecraftiano está más que asegurado.

 

Pero Conarium no es más que uno de los muchos juegos que han visto en la obra de Lovecraft un filón para hacer de su historia una experiencia aterradora. Desde los famosos Amnesia y SOMA, (Frictional Games) que en su momento marcaron un antes y un después haciendo de la primera persona la nueva y más usada perspectiva para los juegos de terror, pasando por algunas de las localizaciones y criaturas de Bloodborne hasta dar con títulos donde la presencia lovecraftiana es mucho más evidente, tal es el caso de Call of Cthulhu: Dark Corners of the Earth (Headfirst Productions, 2006). 

 

call of cthulhu

Call of Cthulhu (2006)

 

Inspirado en La sombra sobre Innsmouth, en esta historia somos Jack Walters, un detective que en 1922 es contratado para investigar una desaparición que ha tenido lugar en Innsmouth, un extraño pueblo completamente aislado del resto del país en el que encontraremos criaturas monstruosas y cultos secretos contra los que tendremos que luchar para seguir con vida.

 

También en 2006 llegaba Sherlock Holmes The Awakened (Frogwares), donde la famosa pareja de detectives tiene que hacer frente al mismísimo dios Cthulhu, mientras que entre los títulos más actuales encontramos algunos tan peculiares como Edge of Nowhere, (Insomniac Games, 2016). Este juego exclusivo de Oculus Rift nos acerca al horror cósmico desde una perspectiva nueva: la realidad virtual. Inspirado directamente por Las montañas de la locura, encarnamos a Victor Howard, que emprende un desesperado viaje por las montañas del Antártico en busca de su novia desaparecida. En este periplo seremos testigos de como todo un mundo de horribles criaturas se abre a nosotros desde las profundidades de la tierra mientras Victor lucha por distinguir lo que es real de lo que parece una pesadilla.

 

The sinking city

Concept art de The sinking city

 

Finalmente, dos títulos prometedores que están por venir y que podríamos encajar perfectamente en la etiqueta de lovecraftiano son Call of Cthulhu: The Official Videogame y The Sinking City. El primero, del estudio Cyanide (con salida prevista para finales de 2017) es una aventura de terror en primera persona inspirada en los Mitos de Cthulhu en la que somos Edward Pierce, un investigador (como veis esto de investigar es una constante en los juegos lovecraftianos) que acude a Darkwater Island (Boston) durante los años veinte para resolver la muerte de una famosa artista y su familia.

 

Por otro lado, The Sinking City (Frogwares, con fecha de salida aún por determinar), nos trae otra historia más basada en los Mitos de Cthulhu de la que todavía no sabemos mucho, sólo que se sitúa en Oakmont (Massachusetts), una ciudad que durante los años veinte sufre unas extrañas inundaciones que serán la causa de innumerables y terroríficos sucesos que se escapan a la razón.

 

Viendo semejante recorrido de videojuegos lovecraftianos (y teniendo en cuenta que me he dejado bastantes en el tintero para que este artículo no fuera interminable) no me cabe duda de que el horror cósmico, las indestructibles criaturas de otros mundos y el lento viaje hacia la locura seguirán siendo temas centrales en muchos títulos que aún están por venir. Porque como bien decía el señor Lovecraft: «el más antiguo y más intenso de los miedos es el miedo a lo desconocido».


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