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Escenarios con lógica y esa sensación de estar jugando muchos juegos en uno

Por qué sigo enamorado de Dragon Age Inquisition
Por Rafa del Río

Voy a confesar una cosa: me encantan las novelas ríos. El concepto de multiutud de historias que confluyen en un mismo punto y se enlazan a la vez que dan una increíble variedad a lo narrado mediante el uso de varios puntos de vista le da una riqueza a la obra que, al menos en mi opinión, trasciende lo contado. Un sistema que pierde al lector en multitud de historias que hacen que termine pensando que a pesar de ese nexo común está disfrutando una experiencia mucho más completa y variada que la simple lectura de una saga literaria

 

Sentando paralelismos con el mundo del cine, es una de las cosas que me maravilló de la vieja trilogía de Star Wars, el cómo Lucas se las ingenieba para contar una gran multitud de historias y condensar en unos minutos de metraje una gran cantidad de eventos y situaciones, todo ello a un ritmo endiablado que no por ello hacía pensar al espectador que se estaba perdiendo algo. Una forma de hacer cine que me recuerda a Guardianes de la Galaxia, a Regreso al Futuro o a la trilogía de Indiana Jones -La Calavera de Cristal no sucedió nunca-, y que pese a entrar en lo que despectivamente algunos denominan 'cine de palomitas', no deja de resultarme tremendamente atractivo. 

 

 

¿Videojuegos de Palomitas o Videojuegos Río?

Algo parecido me sucede con Dragon Age Inquisition, que tiene esa variedad y esa forma de contar las cosas que, a pesar de contar siempre con un mismo personaje, ofrece una multitud brutal de experiencias que hacen que percibas el producto como si fuera una mezcla de pulp y fantasía de capa y espada con un poco de fantasía histórica de esa que tanto le gusta a George requeteMartin

 

Es posible que sea una mera apreciación personal, pero me resulta de agradecer la forma que tiene Dragon Age Inquisition de retorcer su historia y modificar su narrativa según actuemos y según vayamos modificando el mundo que nos rodea, y todo ello sin olvidar conectar las piezas que nosotros mismos ayudamos a pulir para que el resultado sea aceptable y no rechine demasiado en su conjunto.

 

 

¿Sigue siendo el mismo juego?

A veces, especialmente cuando el cambio entre experiencias es brusco, cuenta aceptar que seguimos jugando al mismo juego al que estábamos jugando hace apenas unas horas. Dragon Age Inquisition te invita a un baile de gala en el Palacio de Invierno de la emperatriz Celenne, y durante el baile debes conquistar a la corte con tus buenas maneras, investigar una intriga de asesinatos, poner una balanza qué aspirante al trono de emperador te merece mantener y, mientras tanto, cumplir con el protocolo para no despertar las sospechas de los intrigantes.

 

Y así, mientras conversas con los presentes, bailas con Josephine, haces gala de buenas maneras y buscas coleccionables, el juego se viste de un glamour y una inteligencia en sus tramas 100% Bioware en los buenos tiempos que te acompañan hata que culmina tu misión y tu presencia en palacio deja de ser requerida. 

 

Pocas horas después, abandonada tu ropa de gala junto a la cama de Dorian, Josephine o quizá Toro de Hierro, vuelves a vestir esa armadura que te escuece en las axilas, y envuelto en el olor a metal engrasado y a la lluvia de la costa mides tus pasos junto al rompeolas mientras das caza a un temible dragón. Todo se vuelve muy Dragon's Dogma y el subterfugio y la labia mercantil ceden su importancia a la fuerza bruta y las batallas bien planificadas. 

 

 

Escenarios con lógica

Hay una cosa que no me gusta de Inquisition, y es ese tiempo congelado que ha extinguido el ciclo día/noche para dejar la iluminación correcta y el clima deseado en cada uno de sus parajes. Dejando esto a un lado, sí que me gusta, y mucho, la forma en la que han decidido plasmar los escenarios con los que cuenta el juego.

 

Cada rincón del mapa de DAI tiene su propia fauna y flora, sus propios enemigos, su propio dragon y sus propios recursos minerales. Puede que no se trate más que de un conjunto de mundos típicos del género de la fantasía, pero están bien trazados, esconden sorpresas como cuevas y mansiones ocultas por los árboles impresionantes o las formaciones rocosas, y tienen ese punto de belleza que a veces te hace soñar con hacerte una casita de esas prefabricadas en la zona y dedicarte a la caza, la pesca y el cultivo de hierba

 

Desde una ciénaga azotada por la tormenta plagada de zombies hasta un bosque centenario que como Lothlorien nos embarga con su belleza. Desde una ciudad bellísima hasta un desierto arrasado, un páramo asolado por la guerra, un palacio inmenso y lujoso, un castillo de roca en las alturas, la costa con sus drakkar vikingos amarrados... Y un pueblo inundado, un páramo olvidado, un bosque que parece sacado de una postal de canadá...

 

los escenarios de Dragon Age apoyan esa sensación de estar jugando varios juegos, y esto es fantástico a la hora de enfrentarte a un título que promete más de cien horas. Puedes, como siempre, limitarte a ir de A a B y hacerte el juego en poco tiempo, pero joer, ya os lo decía el otro día: Gran parte de la diversión está en el camino. 

 

¡Nos leemos!


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