1. Mundogamers
  2. Noticias
  3. PS4

El parkour de Mirror's Edge sigue siendo una delicia

Welkin Road hace que recuerde a Faith
Por Álex Pareja

En muchas ocasiones no somos plenamente conscientes de todos los pequeños detalles que hacen que un videojuego sea satisfactorio de jugar. Seguro que muchos de vosotros tenéis ciertos títulos a los que os gusta, simplemente, jugar por jugar, sin ningún objetivo claro en mente más allá de disfrutar de su propuesta. En muchas de estas ocasiones el control ideado por el estudio de desarrollo es el gran culpable de este hecho, ya que propiciar una experiencia agradable y satisfactoria en el movimiento de nuestro personaje es fundamental. 

 

También es cierto que nos solemos dar cuenta de estas características positivas cuando nos enfrentamos a otros títulos que son peores en esos mismos apartados, echando de menos las sensaciones provocadas. Por ejemplo, se puede jugar perfectamente a un título que se mueva a 30 fps, pero si llevas mucho tiempo disfrutando de otro a 60 fps, vas a notar de forma bastante notable la diferencia. Lo mismo ocurre con el simple movimiento del personaje protagonista, fundamental en ciertos géneros.

 

Algo así me ha ocurrido recientemente después de ocuparme del análisis de Welkin Road, un título independiente que utiliza el parkour como reclamo principal de su peculiar propuesta. Este juego ha hecho que recuerde a Mirror's Edge a pesar de que no se parecen en nada más allá de la perspectiva en primera persona y la manera de enfrentarse a diferentes retos de los escenarios. Pero claro, no hay ni punto de comparación entre la sensación que me provoca el control de uno y la satisfacción inmediata que siento cuando me pongo a los mandos de Faith

 

Pude jugar un poco a Mirror's Edge Catalyst y la sensación en este sentido sigue siendo igual de buena

 

Un simple salto sirve para saber cuál de los dos es mejor, ya que Faith se siente totalmente viva, mientras que en Welkin Road no hay una sensación real de peso ni los movimientos parecen tan auténticos. Este juego me ha hecho dar buena cuenta de lo bien diseñado que está el control de Mirror's Edge, que aunque pueda resultar bastante exigente en según qué casos, es perfecto para lo que quiere transmitir al jugador. De hecho, muchas de las acciones que hacemos en el juego se repiten en el otro ejemplo indie, sin existir ningún tipo de color entre ambas. 

 

La sensación de fluidez que provoca Mirror's Edge es fantástica y la percepción tan placentera producida por el juego simplemente cuando consigues enlazar algunos movimientos es increíble. Ponerse a jugar a este título, con la única intención de volver a disfrutar de los movimientos de Faith, es una auténtica delicia. Por eso cada vez tengo más ganas de Mirror's Edge Catalyst, ya que aunque todavía tengo muchas dudas por ver si la evolución que ha sufrido su planteamiento funciona, tengo una certeza absoluta: controlar a Faith por los escenarios va a ser un auténtico gustazo, aunque la sensación que produce el simple movimiento pase en ocasiones demasiado inadvertido en los videojuegos. 


<< Anterior Siguiente >>