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Call of Duty, Destiny, DLCs y la maldición del mercado actual

¿Tanto ha cambiado la cosa?
Por Rafa del Río

Esta ha sido una semana interesante en lo que respecta a prácticas de mercado turbias, por no decir directamente muy feas.

 

Por un lado, Keiji Inafune, que vuelve a retrasar su -ya nominado al premio Half Life 3- regreso de Mega Man en forma de heredero espiritual bajo el nombre de Mighty No.9. El juego de Inafune, tras recaudar cuatro veces más de lo esperado, dar a luz una serie de animación, irse al cajón de los 'paluego' por culpa de un nuevo proyecto en Kickstarter, dos retrasos y una beta que fue una chufa, vuelve a retrasarse con el dinero de la financiación y las reservas en el bolsillo de Inafune porque 'todas las plataformas están dando problemas de conexión' y 'el motor gráfrico que usa ya no recibe soporte de sus creadores'. Es decir, el juego usa tecnología obsoleta y aquí el público ajo y agua. 

 

El otro gran cachondo de la semana ha sido Destiny, el juego que prometió DLCs gratuitos y los cobró, que puso precio de oro a sus expansiones y que tras sacarle 140 pavos a los incautos bajó de forma vertiginosa a todo por 40 euros haciendo coincidir la oferta con la intrusión de elementos en venta con dinero real. Lo divertido de Destiny es que, tras prometer que no habría pagos en el juego e introducirlos, prometer que no venderían 'material sensible' y vender chispas de luz, un rumor apuntó a que venderían próximamente paquetes de munición pesada, información que ha sido desmentida por Bungie, pero que no dudo que en breve, cuando superen el escollo de la rivalidad con The Division, se hará realidad. 

 

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¿Recordáis cuando Destiny prometía esto?

 

El mercado a veces apesta

Esto es una realidad como un templo, pero el que a veces el mercado apeste no quita para que, en ocasiones, las quejas vayan mucho más allá de lo coherente y lo proporcionado. Entiendo el enfado del comprador de Destiny que, tras haber invertido 140 pavos en su juego, ve cómo a la semana siguiente un usuario lo compra TODO por sólo 40 euros. Entiendo el enfado de quien haya invertido en Mighty No.9 y vea cómo Keiji Inafune se pega la vida loca inventando nuevos juegos, hablando de animaciones y centrándose en todo menos en sacar un maldito plataformas 2D que, seguramente, un grupo de cuatro profesionales con experiencia media podrí haber lanzado al mercado en un par de meses. Y entiendo el cabreo, en fin, cuando las cosas tienen sentido. 

 

Pero a su lado hay cosas que, entre nosotros, claman al cielo. Por un lado, el odio exacervado al DLC que, como el ser humano, no es bueno ni malo, sino que depende en gran medida de su naturaleza individual. ¿Son malos los DLCs de Witcher 3? En absoluto ¿Fue una cagada por parte de CD Projekt RED decir que no iban a sacar DLCs de pago y luego sacarlos? Un poco sí. ¿Es malo que un DLC te venga con ropa y skins? Pues no, allá cada uno si quiere comprarlo ¿Es bueno que un DLC ponga en posición de ventaja a los jugadores de un juego multijugador online? Pues no, Bobby Kotick, eso es MUY malo, y lo mismo te digo a tí, Guillemot

 

Lo mismo pasa con los Pases de Temporada, que así de primeras son una forma de negocio descaradamente poco sutil, pero que cuando recaen sobre juegos que te interesan, pues oye, a lo mejor no deja de ser una forma interesante de ahorrar dinero. Personalmente no soy amigo de hacer apuestas y comprar a ciegas contenidos que a saber cuándo vendrán, pero aquí entra en juego la confianza en el título y la compañía. Por poner un ejemplo, el primer pase de temporada que he comprado ha sido el de Fallout 4 a ciegas, y este fin de semana compré el pase de temporada de Assassin's Creed Syndicate porque me salía más barato que el DLC de Jack el Destripador, por separado y tengo ganas de jugarlo. 

 

Como digo, los DLCs pueden ser buenos y malos, no se trata de 'comprar un juego a trozos' ni de que nos estén estafando porque tendrían que haber puesto todo en el juego original, sino de unos añadidos que pueden interesaros o no y que siempre son bienvenidos a los compradores de los juegos en edición GotY. Por supuesto la cosa cambia cuando suponen ventajas para el juego online, pero no siempre es así. En este sentido, no deja de hacerme gracia el odio a un DLC como los de Witcher 3, que trae horas de nuevas historias, búsquedas, personajes y escenarios, y que luego nadie diga nada de los amiibos, esas figurillas que desbloquean un traje y poco más y desaparecen de las tiendas tal cual llegan

 

Acceso anticipado y retrocompatibilidad

Otra coa que me llama mucho la atención es el tema de la retrocompatibilidad y el acceso anticipado. Ayer Álex decía que ambos elementos son básico en las plataformas actuales, y la mayoría aplaudirá con la cabeza y cerrará el puño como el calvo de los Blighers al unirse a los Rooks diciendo 'sí, joder, queremos retrocompatibilidad y acceso anticipado'. Y oye, me parece genial. Sin embargo, ambos elementos están dando problemas que son, una vez más, una demostración de lo mal que funciona el mercado en algunos casos. 

 

Por un lado tenemos una retrocompatibilidad que no está funcionando como debería y que no acaba de emular del todo bien los juegos del pasado. Una retrocompatibilidad que viene en idiomas de fuera a pesar de tener tu juego en castellano y que ha prometido juegos que siguen sin llegar. 

 

Por otro lado tenemos un acceso anticipado en el que la misma gente que lo exige protesta porque el juego no funciona bien -anticipado, ¿qué parte de 'prototipo' no has entendido?- que en ocasiones deja vendido al comprador dejando de actualizarse y desapareciendo del mercado a pesar de haber cobrado por una utópica versión final del juego, y que en su llegada a Xbox One Game Previews con ARK ya está dando problemas. 

 

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¿Y al final fue esto?

 

¿La cosa es poner pegas?

No quiero dar la imagen de redactor acomodado en la situación actual, aunque muchos queráis verme así. Ya he explicado al principio que el mercado apesta en ocasiones y que hay que intentar ponerle las pilas a las compañías criticando y, en nuestro caso, delatando todo lo que no funciona bien en la industria. Sin embargo, de ahí al poner pegas por ponerlas va un mundo. 

 

Un mundo en el que parece que los remaster están mal vistos y que quiere negar al nuevo jugador la posibilidad de jugar viejos títulos con aspecto actual. Un mundo en el que las ediciones juego del año están mal vistas porque total el juego ya salió y lo que hacéis es vender lo mismo dos veces -tirando por el suelo al comprador de edición Juego del Año que espera a que estén todos los contenidos para hacerse con el juego-. Un mundo que exige cosas que no necesita para luego criticar su ejecución y la falta de necesidad de las mismas, y un mundo, en fin, que no reconocería su pasado ni aunque éste le mordiera la nalga izquierda. 

 

El mercado de los videojuegos debe mejorar, y lleva con esa obligación desde el principio de los tiempos. Los DLCs duelen, pero también dolía tener que echar una monda en los rcreativos cada vez que querías picarte a un strifa con los amigos. La no retrocompatibilidad duele, pero eso es algo que lleva doliendo desde el principio, y que muy pocas máquinas han sabido aliviar. Oh, sí, Nintendo intenta que sus máquinas sean retrocompatibles, sí... ¿Os habéis dado cuenta de lo poco que bajan de precio los títulos de Nintendo?

Oh, Vaya...

 

A lo que voy es a que hay que ayudar a cambiar al mercado, pero para hacerlo tenemos que opinar, que criticar y que esgrimir nuestros argumentos con inteligencia y alejándonos de los extremismos, los topicazos y las patochadas. Mientras nos limitemos a seguir la corriente y a soltar las frasecitas de turno de 'nos venden juegos rotos', 'son lo mismo con texturas diferentes' y demás idioteces aprendidas de los youtubers más patéticos de la red, esto no irá a ningún sitio y lo único que conseguiremos es que las compañías se rían de nuestros tristes intentos de revolución.

 

¡Nos leemos! 


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