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Analisis Starhawk ,PS3

La importancia de dar ganas de jugar.
Miercoles 20 de Abril de 2016 por Víctor Junquera

El panorama online de exclusivas de PlayStation 3 no tiene nada que envidiar a ninguna plataforma, claro que la comunidad está bastante más dividida que por ejemplo en 360, donde la gente juega a Halo o Gears, hablando sólo de exclusivas, claro. Aquí entre Uncharted, Killzone, Resistance, la sempiterna SOCOM, Warhawk o MAG, hay variedad para rato, por no hablar de los grandes locos que se dedican día sí, día también a hacer misiones para inFAMOUS 2 o niveles y juegos sin parar en la comunidad LittleBigPlanet. La diversidad abunda, y hay que decir que Starhawk no llega para ser un nuevo pilar, sino para sustituir a uno de los más antiguos, Warhawk, con un planteamiento renovado y una estética diferente, pero mismo espíritu.

 

Para empezar, decir que aquel Warhawk que muchos recordarán no por jugarlo sino por la bochornosa primera demostración del Sixaxis en el E3, es mucho más que una nave haciendo eses sin control. Warhawk ha sido y es un juego exclusivamente multijugador online directo y sólido, con una gran comunidad, y Starhawk pretende ir mucho más allá. ¿Lo consigue? Como resumen inicial podríamos decir que si, Starhawk no sólo es diferente a Warhawk, sino que es más, pero tanto hablando de shooters como hablando de multijugador online, echamos en falta algo más actual.

 

Nos narran la historia a través de secuencias animadas un tanto feas

 

El tema principal de este western espacial que pretende simular una fiebre del oro con un nuevo tipo de energía que convierte en abominaciones a los más expuestos a ella, es una novedad en la saga, y es que nos ofrece una campaña para un jugador que hace las veces de tutorial entretenido y extenso para el verdadero grueso de Starhawk, que es el multijugador online. En la campaña, en la que controlamos a Emmett Graves, un mercenario afectado a medias por la energía de fisura, contratado para proteger las zonas de extracción de los Outcasts.

 

Manejar pájaros mecánicos esta vez es una delicia y no una tortura

 

La campaña no nos va a contar nada novedoso ni nos va a sorprender con giros de guión locos ni momentos épicos. Sencillamente, como decíamos, es la versión extensa y con historia del tutorial, que dura poco más de seis horas y en el que se nos introduce el nuevo concepto de edificar mientras luchamos, y donde nos podemos hacer fácilmente con el control de los distintos vehículos sin meternos directamente a una partida en la que no nos dejen ni movernos. A medida que acabamos con hordas de enemigos, recaudamos energía, energía que nos sirve para encargar edificaciones que podemos “plantar” entre horda y horda gracias a un satélite que nos las envía al momento. Murallas, torretas, búnkers, arsenales, garajes y mucho más, que podemos encargar en un momento para darle la vuelta a la situación.

 

Pero por mucha novedad que sea, tenemos que olvidarnos ya de la campaña, tan rápido como nos la pasamos, y vamos al punto fuerte del Starhawk que no es otra cosa que el multijugador online, una evolución de lo ya visto en Warhawk, una versión equilibrada y ampliada de lo visto en Warhawk. Duelos de hasta 32 jugadores, por equipos, en una variedad de modos un tanto escasa que va desde el clásico Deathmatch al Rey de la Colina, pasando por Captura la Bandera, y ahí se queda todo. Aunque echamos en falta variedad, no nos preocupa viendo que en Lightbox están dispuestos a ampliar el juego vía DLC totalmente gratuito. Seguramente llegarán más modos, pero por el momento nos conformamos con un duelo a muerte estratégico en el que no sólo gana el que consiga antes el transformer volador.

 

Podemos pedir una cápsula sobre enemigos y puede que nos llevemos a alguno por delante

 

Porque sí, los Hawks esta vez son un espectáculo válido tanto para aire como para tierra, con misiles guiados y una potente ametralladora, pero que pueden caer tan fácilmente como un par de cohetes bien dirigidos gracias a un cómodo localizador que ayuda a equilibrar la balanza. Aquí no ganará el más fuerte, sino el del equipo más compenetrado. Sí, ya sabemos que se dice lo mismo de todos los online, pero esta vez, con el componente de la construcción y teniendo en cuenta que cada equipo tiene un máximo y que no todo el mundo está especializado en lo mismo, hay que administrar bien los recursos. Si no se te da bien disparar, siempre puedes optar por transportar tropas con vehículos o dedicarte a infiltrarte y construir bases más cerca de los enemigos, algo posible gracias a grandes mapas y un sistema de combate ágil, sin coberturas que estancan a los equipos en ciertas posiciones.

 

Además de amplios, los mapas pueden llegar a ser muy verticales, algo bueno y malo, ya que cualquiera puede hacerse con un jetpack y un láser y acabar con todo desde una torre de difícil acceso, todo esto contando con que no sólo llenar el campo de torretas o murallas hace ganar una partida. El juego puede variar mucho dependiendo de nuestro equipo, y sí que es verdad que aunque echamos en falta esa variedad de modos y situaciones, hacernos con todos los puntos fuertes y débiles de cada uno de los mapas lleva tiempo, un tiempo entretenido si sabemos adaptarnos a una mecánica de juego un tanto desfasada.

 

Volar no es la solución a todo. Cuidado con los misiles...

 

¿Convence entonces Starhawk? Perfectamente puede agradar a quienes siguen jugando a Warhawk, más aún viendo que la comunidad no se fragmentará por culpa de los DLC de pago. La campaña individual es un buen pretexto para aprender a jugar y a hacerse con la mecánica de construir en mitad de la refriega, pero no es el punto fuerte precisamente, es sosa y poco inspirada. Sobre el online, cerramos diciendo que aunque no tiene la variedad ni las mecánicas de los shooters modernos, esto es malo y bueno a la vez. Pule una mecánica antigua que no tendría por qué haber desaparecido, genera un juego directo y más estratégico, y eso hace que se diferencie en mucho de otros títulos.

8

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