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Analisis Nubla ,PS4

Paredes vestidas de arte. 
Jueves 26 de Noviembre de 2015 por Álex Pareja

Se nota cuando un juego está hecho con cariño, dedicación y pasión. Se nota cuando sus propios creadores te enseñan su juego y se palpan los nervios y la emoción. A todos nos conquistó Unravel en el pasado E3 de Los Angeles por su curiosa presentación, en la que su propio creador era un manojo de nervios teniendo la constancia absoluta de que estaba presentando su pequeña creación al mundo al completo. Y entiendo que el grupo de estudiantes que ha creado Nubla sientan la misma emoción, presión y nervios al saber que su juego va a ser valorado como lo que es: un proyecto por el que PlayStation España ha apostado fuertemente, que no es decir poco. 

 

Es cierto que para analizar, criticar o valorar a Nubla se deberían dejar atrás ciertos factores externos para poder centrarnos en la obra en sí, en lo que nos quiere transmitir y en lo que se siente cuando recorremos su mundo. Pero es imposible no pensar en las circunstancias de esta obra, quiénes lo han creado y con qué propósito para dar un valor todavía mayor al que el propio producto tiene, que tampoco es poco. Y es muy agradable encontrarse con este tipo de experiencias en una industria que pocas veces trata de unir ciertas vertientes artísticas que poco o nada tienen que ver a priori

 

 

Nubla nace en el Museo Thyssen de Madrid, pero también crece y vive dentro de esas paredes una vez que nos adentramos en su mundo. Con un apartado artístico excepcional, el título de Gammera Nest trata de acercanos el arte a través del videojuego. La sinergia es clara y la intención de hacer convivir a diferentes vertientes a la vez es palpable: videojuego, pintura, literatura y música se van dando de la mano mientras nosotros avanzamos por sus espectaculares escenarios, que van mejorando a lo largo del título. 

 

 

En esencia, Nubla es un sencillo juego de puzles que no pretende saturar al jugador de información, datos, objetos y puzles demasiado complejos. Es fácil avanzar y también es fácil sentirse atraído por su mundo y por lo que pretende transmitir a los jugadores. Creo que mi experiencia con el juego sería muy similar a la que hubiese tenido visitando un museo: disfurtando de cada paso, tratando de introducirme en los bellos trazos con los que los autores han imbuido su obra. Nubla tiene muchos trazos, unos están bien y otros menos, pero consigue alcanzar su propósito de una manera clara y excepcional. 

 

 

Claro que tiene muchos problemas técnicos y varias carencias jugables a todos los niveles. Por supuesto que no es el mejor videojuego que podemos encontrar en PS4. Pero tampoco lo pretende, y ahí es donde precisamente no podemos dejar de lado lo que el estudio y el proyecto en general ha querido transmitir con Nubla. Me imagino perfectamente a unos padres jugando en el salón con sus hijos pequeños a este título, tratando de transmitir la pasión por el arte a todos los niveles en un medio mucho más accesible hoy en día para los infantes. Y es mucho decir que un título con estas ambiciones tan concretas consiga cumplir la mayoría de ellas, sobre todo la de tratar de transmitir la pasión por el arte a través de todos nuestros sentidos. 

 

 

Nubla no es un videojuego al uso y tampoco deberíamos entenderlo como tal. Hay muchos otras obras que a lo largo de estos últimos años han sabido transmitir también muchas otras emociones y que también han sabido aplicar la narrativa de muy diversas maneras. Yo diría que este proyecto español puede ser disfrutado enormemente por un tipo de público concreto, que busca maravillarse con lo que puede encontrar también si sale a la calle y se dirige al museo más cercano. Nubla debería estar presente en los colegios, de igual forma que antes he comentado que también podría estar presente en el salón de una casa, con niños que cuentan con una sensibilidad pero que hay que saber potenciar y canalizar de la mejor manera. Perdemos demasiado el tiempo con nuestros pequeños dejando de lado la enseñanza de la sensibilidad y el buen gusto ante las obras artísticas que otras personas nos han legado. Nubla puede ser un gran punto de partida. 

 

 

Me siento orgulloso de que un grupo de estudiantes haya conseguido transmitir lo que querían con Nubla y desde esta casa mandamos todo nuestro apoyo a este tipo de proyectos. Hay muchos aspectos que mejorar, sobre todo en el que concierne a los aspectos del propio videojuego en sí. La sensibilidad, el buen gusto y el arte están ahí, falta que en la segunda parte (que ya está en desarrollo) se pulan algo más las mecánicas propias del arte al que pertenece el videojuego.

 

Como dijo el escritor George Bernard Shaw el siglo pasado, "Los espejos se emplean para verse la cara; el arte para verse el alma.". Los espejos presentes en esta obra nos demuestran que a pesar de sus fallos, Nubla es un juego con alma

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