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Analisis Hole in the Wall X360

Martes 30 de Agosto de 2011 por Víctor Junquera
La mecánica de situarse al borde de una piscina para enfrentarse a un muro de cartón-piedra con un agujero por el que entrar en una posición en concreta embutido en un traje de spandex es algo bastante conocido para quien guste de ver vídeos en YouTube del show original japonés, que más tarde llegó a la televisión americana y que años atrás llegó a España como ?El Muro Infernal?, y qué demonios, ver a gente dándose buenas hostias siempre hace gracia, pero, ¿qué pasa si se le quita el factor riesgo al asunto?

Pues pasa que sale Hole in the Wall para Kinect, que mantiene la base del juego, pero sin la gracia y las consecuencias, sin la emoción de la victoria ni el chapuzón de la derrota, sólo siluetas en una pantalla y una sombra que a duras penas ha de encajar como medianamente pueda en la silueta, y claro, Kinect no es perfecto y para tener una puntuación medio decente, sobrarán hasta los pantalones.

Pero si ya es triste jugar sin la emoción de una recompensa o un castigo, más triste aún es jugar solo. ¿Os imagináis, por ejemplo, jugar a un Twister digital en solitario? ¿Sin contacto, sin esfuerzo físico? Pues igual de triste es Hole in the Wall como experiencia para un jugador. Nada, nada que ver con Fruit Ninja Kinect, pero al mismo precio. De todos modos, poco cambia siendo dos o siendo cuatro en equipos de dos a menos que la imaginación brote y haya normas externas ajenas al juego, que la mayor dificultad que impondrá serán pruebas como invertir la detección a izquierda y derecha u oscurecer la pantalla para que nos cueste más ver la silueta en el muro.

Añadimos también la pega de que Hole in the Wall es uno de esos juegos que requiere, no sólo una tele, una consola y un Kinect, sino un loft de 40 metros cuadrados sin muebles de por medio, porque es necesaria la detección de todo el cuerpo, moverse de izquierda a derecha, adelante y atrás, agacharse, estirar piernas, etc. para no perder y poder seguir desbloqueando rondas de retos. Una vez más, nada que ver con Fruit Ninja Kinect.

Sin riesgo ni recompensa, la única motivación para seguir jugando es seguir desbloqueando diferentes paneles, que por conjuntos temáticos van representando pintorescas escenas de todo el mundo donde nosotros tenemos que hacer las veces de, por ejemplo, la Torre Eiffel, que curiosamente nos hace adoptar la misma posición que, por ejemplo, el Empire State. ¿De verdad sólo hay una forma de representar torres?

Y podríamos extender esto durante horas hablando de la detección irregular del juego, por no hablar de los menús, de su navegación lenta, de su irritante música,... Pero antes de concluir queda hablar de su variedad de modos de juego, que va desde el concurso a la supervivencia. El primero, modo principal, propone una serie de retos concretos a superar. El segundo, propone una serie de retos sin límite, hasta que pierdas. Y ya.

Con todo esto, ¿en qué queda entonces Hole in the Wall? En poco más que una pérdida de tiempo, en un complemento para la diversión externa si se aplica correctamente (mucho más caro que el Twister, insisto), o en, por qué no decirlo, una de las peores opciones que puedes tener en cuenta para sacarle partido a ese sensor que coge polvo junto a tu televisión.

NOTA FINAL: 2
2

/ 10


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