El término ?secuela? lo inventaron los críticos cinematográficos para describir, con jocosidad, las segundas partes innecesarias que lastran una obra original. Cómo no, la maquinaria de Hollywood lejos de escuchar sus denuncias, han abusado tanto de explotar franquicias que si estas no tienen en previsión una o varias secuelas ya son incuestionablemente tildadas de fracaso, ya que todo proyecto continuable necesita por imposición un estiramiento extra para ser considerado ?grande? o ?pesado?.
Así nos va. La obligación de generar y generar ahoga lo que en su momento fueron originales conceptos y explota innecesariamente buenas ideas sencillas.
Nos temíamos lo peor con esta secuela la cual una vez explorada en profundidad, se ha ganado el título de continuación con mayúsculas.
Bioshock 2 a mucha honra, explora y reinventa el punto de vista del original consiguiendo lo único loable a lo que puede aspirar una segunda parte, explorar puntos desconocidos de la obra primigenia.
La nueva pesadilla en Rapture presenta nuevas incógnitas y personajes. No seremos un alma manipulada como en el primer Bioshock, sino el primer (y por lo tanto, defectuoso) primer Big Daddy, que debido a ciertas reconfiguraciones tiene libre albedrío para tomar sus decisiones.
El argumento de Bioshock 2 incide en las decisiones morales que el jugador puede tomar en un videojuego pero se recrea, aún más si cabe, en el marco: 10 años más en Rapture han servido para corromperla de forma más profunda y degenerar a sus habitantes convirtiéndolos en criaturas peligrosas y visiblemente deformadas. No vamos a desvelar más detalles del argumento, no queremos chafar la experiencia de esta secuela, pero sí
os adelantamos que la franquicia ha optado por nuevas e interesantes vías argumentales que dejan las intenciones trasgresoras del Bioshock original en pañales.
La carcasa de
Bioshock (pasillos de sublime arquitectura, la deconstrucción coherente de su sociedad, espectaculares paisajes marinos y juegos de luces...) es intocable y en una maniobra sensata,
2K Marin ha optado por potenciar su componente jugable. Se trata de un shooter más estratégico y calculado, más difícil (resulta paradójico comprobar cómo ser un Big Daddy no es precisamente contar con infinitos ases en la manga) y se demuestra en un multijugador brillante que consigue reunir lo mejor del modo historia (personajes, ambientación y carisma general) con una
mecánica basada en los valores básicos del rol (diseñar nuestras propias habilidades y herramientas de interactuación, en esta caso con los omnipresentes plásmidos).
Los enfrentamientos contra las Big Sisters con nerviosos y ágiles. Son impredecibles y veloces. Los Splicers no suponen mayor problema en solitario, pero en grupo, especialmente cuando van en busca y captura de una pequeña, son feroces, sin mencionar a los mutados en formas ?brutoides?, que recordarán a los populares Tank de
Left 4 Dead. Las armas de fuego (evolucionables, como en el original) son más protagonistas aunque resultan demoledoras en combinación con los plásmidos,
interactuando con el entorno de forma más natural y menos puntual que en el primer Bioshock.
No obstante, hay que ser cautos.
Bioshock 2 puede pecar de ser excesivamente conservador, de evitar el riesgo, por el miedo lógico a destrozar el mito y enfadar a los fans.
En nuestro avance quedamos poco conformes con esa mezcla de escenarios libres y desarrollo lineal: está a medio camino de algo que podría ser un gran juego de exploración y un genial desarrollo guionizado. Aunque esta fusión no es una catástrofe (es una maniobra de distracción para dar sensación de libertad) apostar de forma ciega por uno de estos dos esquemas potenciaría o el desarrollo jugable o el impacto narrativo. De duración escasa (pese a sus 4 finales, remediado no obstante con su destacado multijugador) y cierta reiteración (a fin de cuentas, incide en el efecto de choque que vivimos con en el primero en ese inolvidable encuentro con Andrew Ryan)
el multijugador, su guión y mejoras respecto al original cumplen con su cometido original: contentar al fan de Bioshock.
Bioshock 2 sale irrefutablemente victorioso.
Se trata de una gran continuación, que expande, mejora y profundiza en aspectos a los que el original no pudo llegar. En Mundogamers somos muy severos con las secuelas innecesarias, muy castigadores con el efecto rodillo que emplea la industria a la hora de explotar y mermar la creatividad y recursos en nuevos conceptos (caramba, parece que cine y videojuegos sí que tienen más de un paralelismo... conocido como industria).
En 2K han demostrado una vez más ser muy talentosos, han centrado todos los esfuerzos imaginables en dar un homenaje a los jugadores que han aupado el original como un clásico por méritos propios y esta segunda entrega, de una forma u de otra, puede haber sentado un interesante precedente de refinamiento y respeto.
Nunca se logrará el impacto del primer Bioshock, pero ojalá todas las ?secuelas? sean como esta.
NOTA FINAL: 8,5
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