Si tuviera que elegir el juego de Wii del que más noticias he publicado en los últimos meses, ése sería Xenoblade Chronicles. Eso demuestra las grandes expectativas creadas en torno a él. Pues bien, Nintendo finalmente nos ha invitado a acudir a su Showroom madrileño para poder echarle el vistazo definitivo. ¿Está el RPG a la altura de lo esperado?
He de empezar este análisis, en honor a la verdad, diciendo que últimamente ando un poco hastiado de los juegos de rol japoneses. Es más, pienso que
últimamente los juegos japoneses en general están perdiendo peligrosamente el interés. O la industria nipona reacciona y despierta, o su crisis actual podría volverse terminal, Dios no lo quiera. Pero no nos pongamos pesimistas por ahora. Lo dicho: los juegos de rol japoneses no me entusiasman a estas alturas. En la mayoría de los casos, visto uno vistos todos. Pero, aún así,
he de reconocer que Xenoblade me ha convencido. Aquí es donde podría encontrarse una gran contradicción, por lo que intentaré aclarar el asunto. ¿Ofrece lo nuevo de Monolith alguna novedad en el género? No, ni por asomo. El juego sigue a rajatabla todos los tópicos. Entonces, ¿por qué me ha gustado? Porque
Xenoblade Chornicles es un título honesto, que en ningún momento se las da de lo que no es. Es un RPG japonés que ni innova ni lo pretende. Es decir, que
los autores de Xenosaga tuvieron un objetivo muy claro desde el principio: crear el mejor juego de rol clásico de Wii. Y lo han cumplido. Es un más de lo mismo en toda regla, sí, pero tampoco intenta lo contrario. Y está cuidado hasta el más mínimo detalle.
Xenoblade Chronicles parte de una historia épica, un enfrentamiento ancestral entre dos titanes, uno biológico y otro mecánico, que serán la base de todo. Generaciones después, sus cuerpos (supuestamente inertes tras un enfrentamiento) han servido de recipiente para que prospere la civilización, con sus guerras de turno incluidas. Y lo único que puede salvar a la raza humana de sus enemigos mecánicos es Monado, una misteriosa espada con poderes especiales. No profundizaremos más en el guión para que tú lo descubras al jugar, pero sí es cierto que la historia es compleja y, aún cargada de tópicos y personajes mil veces vistos en otros juegos, engancha. Además
las infinitas secuencias cinemáticas están tratadas de forma muy cuidada. De hecho todo en el título está a un gran nivel, y ese es ni más ni menos su secreto. Si uno quiere, hasta a una consola como Wii se le puede sacar un gran provecho. No es que Xenoblade sorprenda a estas alturas, pero sí es
un juego bonito, visualmente atractivo, que entra por los ojos. Los diseños de los personajes y escenarios, las enormes distancias, las animaciones? enseguida todo hace que te olvides de las pobres texturas.
Por lo demás, Xenoblade es, como decíamos, un RPG japonés en toda regla.
A la profunda historia hay que sumar momentos de exploración (potenciados por los escenarios más grandes que posiblemente se hayan visto en Wii), misiones, principales y secundarias, y combates. Nada nuevo para cualquier seguidor del género. Con respecto a esto último,
los combates, los desarrolladores han decidido realizarlos en tiempo real, al más puro estilo Final Fantasy XII. Aunque nuestro protagonista ataca de manera automática, en todo momento se puede controlar sus movimientos y elegir entre un amplio abanico de técnicas especiales, que van desde curar hasta golpear de muchas maneras distintas. Y también se puede sumar esfuerzos con los otros compañeros de grupo. En definitiva, una fórmula bastante dinámica.
Por lo demás, tanto destacable la banda sonora como las muchas opciones de personalización de los protagonistas, el excepcional aspecto de las ciudades y de los enemigos, un ciclo día-noche a lo Zelda y bastantes giros de guión no hacen sino demostrar el esmero con el que se ha tratado el título.
Vale, si no te gustan los juegos de rol de corte japonés, no vas a encontrar en Xenoblade Chronicles motivos para cambiar de opinión, pero Monolith ha cumplido su palabra. Prometieron hacer el juego más bonito, largo y profundo de Wii -al menos dentro de su género fantástico- y lo han logrado.
Su nuevo trabajo es, por derecho propio, uno de los grandes lanzamientos del verano. Ahora bien, se trata de lo mismo de siempre, una vez más. O lo tomas o lo dejas.
NOTA FINAL: 8
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