PSP cambió por siempre la concepción jugable del software de fútbol portátil. Mientras que en la década de los 90 y principios del nuevo siglo los títulos futbolísticos tenían que ser humildes obras que nada tenían que ver con los títulos mayores de mismo nombre.
FIFA en Game Boy nunca pudo ser el FIFA de Mega Drive; Winning Eleven de GBA nunca pudo ser el Winning Eleven de PS2. ¿Qué quiero decir? La primera portátil de Sony puso sobre la mesa la posibilidad de traer una versión cercana a la original a los bolsillos de los usuarios de todo el mundo, pudiendo gozar de un PES 6 en dicha máquina maravilloso que no se arrugaba ante el de la consola mayor. Es por eso que la llegada de FIFA a Vita invitaba al optimismo a muchos seguidores de la creación de Electronic Arts, pero a la hora de la verdad y por decisiones que no alcanzo a comprender, la cosa se ha quedado, por varios motivos, en agua de borrajas.
Lo primero que salta a la vista es que no estamos ante una conversión portable de FIFA 12: lo que EA Sports nos ha traído es un port de FIFA 11, con todos los defectos y mermas que ello conlleva (que no son muchos, más allá de que no estamos ante la novedad).
Evidentemente, las plantillas, equipaciones y campos están actualizados, pero ninguna de las novedades vistas en la edición 12 se encuentra aquí, lo que a muchos, por desgracia, nos ha decepcionado en muchos sentidos. El modo manager, por ejemplo, no es el mismo, y aunque creo que nunca podríamos haber imaginado el tener un FIFA 11 en nuestra bolsa para ser jugando cuando deseemos, EA tampoco se ha cortado a la hora de vendernos el producto a precio de novedad, de ahí que piense que tenemos motivos para quejarnos.
También nos extraña que FIFA tenga tantos problemas a nivel de aguantar el tipo ante los 22 jugadores en pantalla: la fluidez se resiente y
pocos esperábamos que sucediese ante un hardware tan potente como el de Vita. Viendo las cosas que está moviendo la máquina, resulta peculiar y discutible pensar que FIFA no pueda ser lanzado con la majestuosidad que se le supone desde un principio. ¿Soluciones? Cambiar la cámara, pero me apuesto el brazo a que en el próximo juego funcionará a la perfección, y si me equivoco yo mismo le llevo el machete a Peter Moore para que haga los honores.
El título ha incorporado a Manolo Lama y Paco González a sus comentarios, y sobre el tema presente no tengo mucho más que decir que lo que ya perpetré hace unos meses en el análisis de FIFA 12 y en otros medios en el de FIFA 11:
el banco de sonidos necesita, urgentemente, una revolución, puesto que la escucha en cascos deja claro, incluso, las diferencias de sonido entre comentarios de un año y otro, por lo que quizás valdría la pena hacer un pensamiento ya e invertir en nuevos sonidos y comentarios, bajo mi punto de vista, ya les ha salido bastante barato en los últimos años.
Permitidme un inciso: parece que la experiencia no haya sido positiva para un servidor y no quiero causar una idea equivocada en mi reseña.
Seamos sinceros, jugar a FIFA Football en el bar con un colega no tiene precio; estar en ese mismo bar con Wi-Fi esperando a tu gente mientras disfrutas de una partida on-line es un sueño, pero eso no quita que tengamos motivos para pensar que FIFA Football es más notable que excelente. Materia hay, y estoy absolutamente convencido que el próximo año cantará otro gallo y me tendré que comer, gustoso, mis palabras.
Conclusión: ¿te gustó FIFA 11? ¿Tienes compañía para disfrutarlo en Vita? ¿Le vas a sacar rendimiento a los 50 euros que vale? Entonces no lo dudes, puesto que no creo que haya existido un juego de fútbol portátil más brutal que FIFA Football.
Mi decepción radica en lo que es FIFA 12 y lo que podría haber sido (y no es) FIFA Football, así que espero, sinceramente, haberme explicado y que hayáis entendido qué estoy reprochando a EA deseando que en el próximo lo borden y podamos catalogar su excelencia como merece. Ojalá sea así.
NOTA FINAL: 7
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