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Analisis Dead or Alive: Paradise PSP

Viernes 23 de Abril de 2010 por Mario Fernández
Dead or Alive Paradise es, a la vez, un agradable simulador vacacional, un objeto de coleccionismo y un caramelo para voyeuristas: Una isla virtual donde relajarse del propio mundo de los videojuegos para observar lo que acontece y dejar que el tiempo pase. Lo cierto es que, sin emitir juicios sobre el rol y la condición de la mujer, pensar en PSP para lanzar Dead or Alive Paradise es una decisión mucho más consciente que editar Dead or Alive Xtreme Beach Volleyball en una plataforma de nueva generación. Y no me refiero a la búsqueda de la belleza gráfica como tal, la cual puede conseguirse mejor gracias la alta definición de Xbox 360 (o PS3) sino al concepto de juego en sí.

El compendio de minijuegos, coleccionismo, fotografías y partidos de volleyball ya se quedaba escaso en Xbox 360 (aunque en el fondo era más profundo de lo que podía parecer en un primer momento) pero aquí sencillamente funciona y convierte a Dead or Alive Paradise en un buen producto para una portátil, con unos puntos de guardado diseñados con inteligencia para que podamos interrumpir la partida sin mayor problema.

Se mantienen todas las pautas que ya pudimos encontrar en Dead or Alive Xtreme Beach Volleyball; escogemos a una de las chicas y llegamos a la isla tras una introducción reciclada de la versión Xbox 360. Como novedad, Lisa convierte en un tutorial el tour inicial en el que nos enseña los distintos parajes de la isla, para enseñarnos a comprar, sacar fotos y navegar por los menús. Lisa también será nuestra primera compañera para jugar al volleyball, este deporte es la esencia del Dead or Alive Paradise ya que se trata de la mayor fuente de ingresos. El dinero lo gastamos en tiendas de regalos, en comprar bañadores y bikinis y bronceadores con los que mejorar el moreno de nuestra chica. Hacer amigas, ganar partidos, coleccionar bañadores, broncearse, gastar dinero en el casino y coleccionar objetos? Esos son los objetivos principales de Dead or Alive Paradise.

Pero independientemente de su aspecto naif, Dead or Alive Paradise (al igual que DOA X) esconde uno de los mejores simuladores de volleyball que existen en el mercado, junto a Beach Spikers de Sega. Y lo mejor de todo es que el control y el ritmo de juego se adaptan excelentemente a los botones de PSP sin perder ni un ápice de precisión.

No obstante el juego flaquea en otros aspectos como en la evidente pérdida de belleza de los escenarios (que rebaja la posibilidad contemplativa), la extraña y exagerada física pectoral de las muñecas-luchadoras de Itagaki y sus cada vez más evidentes desproporciones (me refiero a los pies y manos gigantes). Por otro lado, la música no está licenciada como en DOAX que incluía canciones de BWitched, Gloria Estefan o Christina Aguilera? Desgraciadamente se ha sustituido por unas melodías planas que parecen más apropiadas para ambientar un ascensor que para acompañar un videojuego. En cualquier caso se ofrece la opción de crear nuestra propia banda sonora usando canciones en mp3 que tengamos guardadas en la memoria de la consola.

El elenco de mujeres-muñeca lo conocemos de sobra: Kasumi, Tina, Hitomi, Helena, Leifang, Christie, Lisa, Kokoro, Ayane, con la presencia de Rio, la croupier del casino nocturno, que nos animará a jugar y se pondrá muy feliz cuando subamos la apuesta (eso es todo lo que hace en su existencia). Los comentarios pronunciados por voces inocentes están llenos de doble sentido, los bikinis rozan la desnudez y las posturas el mal gusto. Las horquídeas, flor que tradicionalmente simboliza el genital femenino, están muy presentes en todo el juego y las situaciones buscan un erotismo simplón y lleno de clichés que termina por resultar gracioso en vez de estimulante. Pero es precisamente esa capacidad de no tomarse en serio a sí mismo, lo que aleja de la polémica a Dead or Alive Paradise ya que en el fondo, es un producto tan peligroso como una revista Playboy e igual de relajante... Además para eso existen las calificaciones por edades. El problema real de Dead or Alive Paradise es que se trata de un producto difícil de entender y demasiado parecido (sino igual) a los anteriores, que está diseñado para un tipo de jugador muy poco común en nuestro país.
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