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Analisis Crysis PS1

Lunes 17 de Octubre de 2011 por Víctor Junquera
El mundo del jugador de PC es fascinante, visto desde fuera y apreciado desde el prisma correcto, desde el de la tolerancia, no desde el fanatismo del jugador de consola que ?no necesita actualizar su torre cada mes para estar a la última?. Pero incluso desde la tolerancia, que en 2007 un juego hiciese que tus ojos saliesen de sus cuencas por un apartado técnico nunca visto antes, ese todopoderoso Crysis del que se decía que sólo ordenadores de la NASA podían hacelo correr al máximo, dolía al orgullo consolero cuando por aquel entonces lo máximo a lo que aspirar era Halo 3. Cómo pasa el tiempo, ¿verdad?

Hoy los usuarios de consola pueden disfrutar también de este Crysis, como si de un lanzamiento a precio reducido se tratase, teniendo en cuenta que su segunda parte fue lanzada como un título multiplataforma, aunque también con limitaciones técnicas en consola, pero con un mapeado de botones en el mando digno del mejor shooter.

Y esto es, básicamente, Crysis en Xbox 360 y PlayStation 3, cuatro años más tarde, sólo en formato descargable y a un precio considerablemente más alto del que el juego (y su expansión) tiene en Steam actualmente, pero no podemos quitarle mérito, porque aún a día de hoy, y sin acercarse a ese espectacular máximo de PC, sigue dejando mucho mejor sabor de boca que la mayoría de shooters de la actualidad, y no sólo a lo visual nos referimos.

Somos Nomad, un miembro del Equipo Delta que cumple órdenes en una misión de espionaje y rescate en una isla paradisíaca en mares orientales, una isla peligrosamente llena de militares coreanos hostiles y, a medida que vayamos avanzando, de alienígenas con aviesas intenciones, que despiertan a raíz de unas excavaciones de alto secreto, y como ya sabéis, este Equipo Delta cuenta con los llamados Nanotrajes, dispositivos que cubren todo su cuerpo para hacerles más poderosos en cuatro variantes posibles: Más rápidos, más fuertes, más duros y prácticamente invisibles. Son las máquinas de guerra definitivas, pero no son invulnerables.



Hasta aquí, nada nuevo. Los usuarios de consola que ya hayan jugado a Crysis 2 sabrán por dónde van los tiros, y quienes descubran la saga ahora, verán que no reinventa la rueda precisamente. Pero por lo que sorprendió Crysis en su día, y por lo que nos sigue pareciendo un imprescindible del género, sea en la plataforma que sea, fue por dejarnos libres en una vasta jungla en mitad de un paraíso tropical, por hacernos ver que no todo en los shooters son pasillos, caminos prefijados y acciones encriptadas hasta en la sopa. Crysis, cuatro años más tarde, sigue siendo un soplo de aire fresco para un género encasillado. El contra de esta versión viene porque su apartado técnico no es mejorable, como sí lo era en PC, y aunque no se haya quedado nada desactualizado, ya no es esa bomba gráfica que paraliza el cuello de la impresión. Aún así, Nomad puede interactuar con todo lo que esté a su alcance en el escenario, puede talar a disparos toda palmera que se precie y puede utilizar cualquier objeto del entorno para acabar con sus enemigos, protegerse o esconderse, e incluso a día de hoy, es algo difícil de ver, tanto como la variedad que se nos otorga a la hora de resolver entuertos que, si bien en el 90% de los casos habrá que poner orden mediante el gatillo, dependerá de nosotros, no sólo el tipo de arma que usar, sino si ir de frente y con blindaje, por detrás con camuflaje, evitar zonas de riesgo, acabar con todos los enemigos...

Hablando sólo del aspecto gráfico y en comparación con el original de PC, la diferencia más notable viene en la fluidez. Esta versión de consola abusa de un efecto blur que pretende disimular un framerate no muy estable, y el resultado es que, por cada movimiento brusco, como el paso de un avión, una explosión o la simple caída de un tronco, vemos una animación suave, pero suavizada por una estela que hace borrosa la imagen. Un efecto que, en su justa medida no sería molesto, pero del que se ha abusado hasta el punto en que, como decíamos, ver pasar un avión en vuelo rasante es ver una mancha gris surcando el cielo, y eso contando con que lo veamos tras oírlo, porque uno de los bugs más recurrentes tienen que ver con el sonido y la discordancia de efectos o la superposición de dos melodías, sin olvidarnos de mencionar algún cuelgue ocasional, aunque dos en una docena de horas de juego no suene como una mala proporción, sabemos que son fallitos que no deberían tener cabida.

Concluimos, aunque no lo parezca, con una opinión muy positiva sobre este regreso de Crysis. Aunque deberíamos instaros a conseguir un PC adecuado para jugar, y en este pack Crysis y Warhead serían casi un regalo, toca hablar de unos ajustados 20 euros para esta versión de consola, que si bien no nos muestra todo lo que sabemos que el CryEngine de sí, deja buen sabor de boca por mostrarse como una alternativa en forma de ciencia-ficción de acción libre contra tanto realismo pasillero que abunda, recalcando que en el salto de PC a consola, el tema del control ya no es una molestia.

NOTA FINAL: 8
9

/ 10


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