Seré sincero: este nuevo juego de lucha libre mixta (todo vale), desarrollado por el singular estudio Kung Fu Factory, tenía ciertos puntos de indudable interés. Así nos pareció cuando en su día visitamos las oficinas de Digital Bros para echar un vistazo a su primera beta. Ideas como presentar historias reales de sus luchadores, ambientar los combates en lugares clandestinos y sin reglas u ofrecer la cara más verosímil y sangrienta de este mundillo.
Pero a la hora de la verdad no ha sido del todo así.
Lejos está mi intención de descalificar un juego porque sí, pero a decir verdad
Supremacy MMA es más un conjunto de promesas rotas que un juego de lucha capaz de calar hondo en nuestros destructivos paladares ansiosos de sangre. Las historias están ahí, sí, con luchadores reales que tuvieron que encarrilar sus vidas a base de golpes; experiencias dramáticas donde la violencia parecía la única vía de escape. Pero,
¿De qué sirven estas historias si a la hora de la verdad no tienen nada que ver con el juego? Es decir, antes de cada pelea nos encontramos con una narración estilo cómic y estática en la que nos cuentan tal o cual película, vale, pero en el momento de saltar al rin, toda posible coherencia o relación con ellas desaparece. Y queda lo que Supremacy MMA es realmente:
un juego de lucha libre entretenido, pero altamente mejorable. Entretenido, porque difícil sería encontrar un exponente de este género que no tenga su aquél.
El juego transmite acertadamente la decadencia moral que vende, con personajes que parecen sacados del patio de una cárcel y locales donde hace tiempo que no se ve la luz del sol. Además, la violencia prometida también está presente. Es cierto que visualmente no impresiona -sobre todo por su pobreza gráfica-, pero sí se aprecian constantemente las heridas que infligimos al rival. Al cuarto golpe que le asestemos en un sitio determinado, veremos los cortes y moratones que le he hemos ocasionado.
Pero poco más. En líneas generales nos encontramos con un título que presentas los modos estándar dentro del género (incluidos los combates online de turno) y
un control algo tosco y simple para los tiempos que corren. En total hay en Supremacy MMA catorce personajes diferentes, cada uno con su supuesto estilo de lucha, pero en la práctica las diferencias entre ellos son solamente superficiales, estéticas, lo que hace que no exista mucha diferencia entre manejar uno u otro (e incluso mujeres u hombres). Esto, sumado a la baja precisión del control, genera que las luchas sean más impredecibles que estimulantes.
Con esto no quiero dar a entender que el juego no sea medianamente entretenido, sobre todo si te llama más o menos su género y esa estética propia de El Club de la Lucha, pero es indudable que Sumpremacy MMA hace aguas por todas partes.
Ni su narrativa es profunda o pasa de anecdótica, ni su jugabilidad lo suficientemente adictiva como para compararse con los pesos pesados de la lucha. Podría haber dado bastante más de sí.
NOTA FINAL: 5
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