Avance Dark Souls PS1
Dicen las últimas noticias sobre Dark Souls que, para evitar que ciertos usuarios jueguen a Dark Souls antes de su lanzamiento, From Software ha mandando fantasmas negros en las partidas de estos listillos, con un nivel 99 imposible de vencer. Lo cierto es que no hace falta, Dark Souls es tan duro de roer que no avanzarán mucho antes de su lanzamiento. Pero, ¿ha cambiado lo suficiente como para no tratarse del hermano mayor de Demon's? No lo sabremos hasta que no hayamos jugado aún más en profundidad, para el análisis del mismo. De momento lo que sí sabemos es que ahora no vamos de nuevas, después de haber caído en las mil y una trampa de Demon's Souls, y seguimos palmando como la primera vez.
El mayor cambio de Dark Souls es que parece haberse alejado del Nexo, aquel lugar de unión entre almas que era la puerta para adentrarse en cada uno de sus mundos, como un Mario entrando en los cuadros Super Mario 64. Ahora cuando morimos, aparecemos en el último enlace de ese mundo y de nuevo tenemos la oportunidad de recuperar nuestra alma perdida que sirve tanto para subir nuestra experiencia como para comprar nuevo armamento y armaduras.
En cuanto a nuevos movimientos de ataque, únicamente hemos podido percibir tres en lo que llevamos de aventura. Pulsando el ataque normal junto al stick izquierdo hacia adelante, daremos una patada que de momento no nos ha resultado demasiado efectiva en el combate intenso, mientras que con el ataque fuerte daremos un salto hacia adelante para realizar una embestida, que en ocasiones también resulta dejarnos demasiado vendidos. Por último, podremos aprovechar las alturas y dejarnos caer mientras atacamos para realizar un ataque desde arriba que sí producirá daños más efectivos en nuestros enemigos.
Puede que, visto así, Dark Souls no haya cambiado mucho, pero si lo miramos como juego a la antigua usanza que es, lo único que no ha variado es su estilo. Todo lo demás, los nuevos niveles con un realismo arquitectónico que huye de pasillos y demás moderneces, todos los enemigos nuevos (en un juego que guarda similitudes con Castlevania es de agradecer), al igual que armas y armaduras y una ambientación distinta hacen que, sin duda, haya ganas de poder acceder a la versión final para ver hasta qué punto esa jugabilidad aún más dura y difícil que nos han prometido empieza a dejarse notar. De momento, seguimos cayendo en trampas imposibles de prever, en movimientos de enemigos que aún no habíamos aprendido, y todo lo demás, ya que estamos jugando irremediablemente en su modo offline, donde no podemos servirnos de la experiencia ajena de otros jugadores.
Como un simulador de fútbol, las modificaciones de Dark Souls no son tan visuales como ocultas en su código binario y muy complicadas de explicar. Se notan en el comportamiento de los enemigos, que ahora parecen sabérselas todas y además te persiguen sin cesar y sin dudar, por lo que es más difícil separarlos para acabar con ellos uno a uno. Pero lo que está claro es que todos y cada uno de estos cambios siguen siendo afines con la filosofía del juego. Lo notamos porque cada uno de los fallos que hemos cometido es nuestro e imposible de echar la culpa a la máquina. Así es Dark Souls, ni más ni menos, frío como el hielo y apelante al jugador más orgulloso, ese que no se rinde por mucho que le pisoteen. Lo peor de todo esto es que, encima, tenemos que dar gracias porque sigan existiendo juegos así.
Ficha técnica
Plataforma: Xbox 360, PS3
Salida: 7 de octubre
Desarrolladora: From Software
Productora: Namco Bandai
Género: RPG
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