?Si no miras las cosas desde una amplia perspectiva será difícil que llegues a ser un experto en la estrategia? Así reza una de las frases más célebres del gran guerrero Samurái Miyamoto Musashi (1584-1645), y define fielmente la experiencia de juego de Anno 2070. Tras pasar por un tedioso y obligado registro online en la web de Ubisoft, ¿y si no tuviera Internet en mi ordenador no podría jugar o qué?, accedemos al menú principal dónde comienza a envolvernos una estética futurista: el elemento más novedoso y atractivo de la nueva entrega de una saga que jamás se había adentrado más allá del siglo XVIII.
Ante nosotros se abre un mundo en un contexto futuro y realista en el cuál, las materias primas y las zonas fértiles escasean, el calentamiento global ha provocado la desaparición de grandes masas de tierra debido al aumento del nivel del mar y, el equilibrio entre sostenibilidad y productividad es más crítico que nunca. Destacan dos facciones de población con las que jugar, que se enfrentan de manera diametralmente opuesta a la explotación de recursos: La corporación Global Trust cuyos peones son los Tycoon, abogan por una rápida expansión en detrimento del medio ambiente y desarrollan ciudades industriales con una estética cercana a Blade Runner. La Iniciativa Edén, encarnada en los Ecos, apuestan por una explotación sostenible pero más lenta que los anteriores, dando lugar a ciudades más verdes y ecológicas. ¡Ojo! Porque por primera vez la elección de una u otra facción tendrá repercusiones en tu bonita isla.
Nos agrada ver que, el hecho de apadrinar un tema como el equilibrio medioambiental, ha tenido un impacto positivo en cuanto a gráfica, en comparación con anteriores ediciones de Anno. No podía ser de otra manera, puesto que los niveles de polución derivados de la gestión pueden provocar daños visibles en tu isla, como cielos grisáceos por los humos de la industria o mareas negras por escapes de petróleo. Asimismo, es un placer tener la oportunidad de observar ?desde las alturas? a los delfines, ballenas, paisajes y demás fauna y flora que puebla tu isla, gracias a un zoom muy útil con el que además puedes investigar el mundo submarino.
Ya introducidos, se nos permite elegir entre varios modos de juego. El interesante modo campaña organizado en misiones hace las veces de tutorial. Aunque en un principio puede resultar frustrante e inaccesible, pasadas unas horas de juego acabamos familiarizándonos con los menús de construcción de cada facción y dónde veíamos al comienzo una traba vemos al final practicidad y reto. En estos menús encontramos submenús, que recogen todos los elementos de construcción necesarios para alcanzar un objetivo. Así, cuando sabemos que necesitamos, por ejemplo, ?módulos de construcción? accedemos cómodamente al submenú para localizar el edificio de extracción de materias primas, las fábricas que se abastecen con éstas y de las que sale el producto, evitándonos un mareo innecesario. Gracias. El modo juego continuo alardea de ser infinito y garantizar horas de diversión extendiendo territorio gracias a la opción de misiones diarias, donde encontramos un reto distinto que alcanzar cada día. Para ayudarnos en nuestra colonización contamos con una tercera facción, los científicos, que pueden prestarte servicios tecnológicos necesarios para avanzar en cuanto a medicina, investigación y exploración de los fondos marinos. Una atractiva opción la de adentrarte en las profundidades del mar cuando los recursos naturales escasean en la superficie.
Es palpable la apuesta por mejorar el modo de juego online. Se nos ofrece una experiencia multijugador de forma cooperativa o competitiva con hasta 8 jugadores. Pero no se queda en lo básico, observamos una transparente intención de crear comunidad online apoyándose en una red social que cuenta con correo y chat, simulando una especie de gobierno mundial, dónde podemos votar leyes a través del senado que alterarán nuestro juego.
En cuanto a la evolución de la saga, es acertada la ambientación y la apuesta por innovar en cuanto a la temática, enriqueciendo así la experiencia de juego, pero no encontramos una suficiente mejora en el contexto bélico y diplomático, continuando con los estándares establecidos en anteriores entregas, dónde estos dos aspectos se mostraban débiles. No se muestra tan acusada la falta de evolución en el plano del comercio, herramienta básica a la hora de alcanzar objetivos de tipo monetario y de bienestar ciudadano. Teniendo en cuenta que nuestra isla no es el ?Edén? y que en ella no se pueden dar todos los tipos de cultivos necesarios para satisfacer las necesidades de nuestra población, tendremos que dedicar suficiente atención a la creación y mantenimiento de rutas comerciales que pueden salvarnos de catástrofes como el abandono de la isla por parte de la población y la subsiguiente parálisis de nuestra economía. Además nos acompaña una acertada banda sonora que canaliza la ambientación futurista, pero que en ocasiones puede resultar repetitiva y monótona.
Cabe destacar el problema, que no se daba en anteriores juegos de la saga, de la traducción del juego al castellano. En la caratula se especifica ?juego y manual totalmente en castellano? y al jugar no nos encontramos con ningún tipo de doblaje. Es más, la traducción se limita a un subtitulado muy escueto que resume los diálogos en vez de transcribirlos literalmente, lo cual como mínimo dificulta la comprensión de misiones y provoca la pérdida de implicación del jugador en la historia. Salvando ésta involución en la saga, ésta se mantiene tan potente como siempre y continúa atrapándonos en un inmenso reto estratégico.
Tal vez por eso la frase del guerrero Samurái Miyamoto Musashi cobre sentido al referirnos al Anno 2070 como un buen juego con amplias miras que ha pasado por alto ciertos detalles en detrimento suyo. Pero, sin embargo, nos propone retos que provocan una insaciable necesidad de jugar y una adicción que alcanza cotas de World of WarCraft y eso, es lo que hace en definitiva de un juego, un buen juego.