¿Una nueva generación de consolas implica videojuegos más caros?
¿Una nueva generación implica desarrollos de videojuegos más caros? ¿Títulos más largos, más bonitos, con más músculo técnico? ¿Más animaciones y mejor recreados significa pagar más por ello? El futuro juego de NBA de 2K costará 5€ más, señalando que este sobrecoste es debido a su profunda rejugabilidad y sus valores de producción. Y la industria avisa: esta puede ser la tónica dominante de PS5 y Series X.
La notica, publicada por WCCFTech y recogida en Vandal, no coge a nadie de nuevas. Y no me refiero a que no nos sorprenda que uno de los productos más agresivos con sus micropagos suba su precio; sino a que el precio de los videojuegos vaya a subir. Este tema está muy relacionado con las declaraciones de Shawn Layden sobre la duración de los videojuegos y sus costes de desarrollo, pidiendo que los AAA durarán unas 12 horas y no 120, ¿el motivo? Pues que los tiempos de desarrollo de tres, cinco o diez años con un equipo cada vez más grande encarecerá el producto. Parece que estamos destinados a una nueva normalidad del videojuego que no es sostenible. ¿Y alguien ha hablado del crunch?
Que haya sido NBA 2K21 el primero en salir a la palestra para avisarnos de que nos vayamos a encontrar juegos de 74,99€ en las estanterías tiene su guasa, casi tanta como si lo hiciera FIFA 21. Podemos creer que la avaricia tiene el motivo, pero también que el sistema de micropagos tampoco llega para satisfacer los costes de desarrollo y mantenimiento que se nos avecinan.; también que exista otro problema: con la mayor aparición de videojuegos F2P, títulos gratis y videojuegos regalados o comprados a través de suscripción, ¿quién sigue comprando juegos?
Yo compro y sé que tú también, ¿pero cuántas veces habéis escuchado a gente no tan metida en el mundillo que solo quiere jugar gratis porque puede? Suma todas estas realidades y añádele que la gente entiende que lo que paga lo quiere amortizar en horas de juego, ¿y cuál es el resultado? Que los videojuegos nos van a salir caros.
Pero, ¿estamos dispuestos a aceptar una realidad en la un videojuego tenga un coste más cercano a los 100 euros que a los 50? ¿Es que nadie se ha dado cuenta de estamos en el arranque de una de las mayores crisis económicas de la historia?
La solución no es sencilla. Ahora mismo está instaurada la cultura de que o bien el juego es gratis o, si es de pago, tiene que ser eterno y con un músculo técnico enorme. Lo que nos conduce de lleno a esta realidad.
Pero hay un rayo de esperanza, uno que ya hemos visto en esta generación: las producciones AA breves, que abaratan sus costes y tiempos de desarrollo para adecuarse a un nicho de mercado concreto, menos abundante, menos lucrativo pero que también está ahí. Esos juegos de entre seis y ocho horas que nos apasionan; ¿el problema? Pues que estos videojuegos también suban de precio y acaben ocupando el lugar de los AAA de ahora.
Toca cruzar los dedos a ver en cómo queda todo esto. Por lo pronto, hay que empezar a dejar de exigir juegos eternos, no centrarse solo en lo técnico y aprender a apreciar los videojuegos por algo más que su duración. Fácil decirlo, difícil hacerlo. Y, por otra parte, habría que analizar si lo de regalar tantos juegos no nos va a salir caro a la larga.
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