Ubisoft respeta al PETA. No quiere problemas con las protectoras
La industria está alcanzando cotas vertiginosas en el terreno de lo absurdo. A las peleas de patio de recreo entre prensa, compañías, bloggers, públicos y gente que lo es todo a la vez, ha sucedido una extraña carta arcoiris de besitos y fantasía firmada por 900 compañías con tiempo libre. Mientras, varios 'elementos' se quejan de que la gente les llama feos en sus redes sociales.
Eso explica por qué Alex Hutchinson -director creativo de Far Cry 4 y uno de los pocos que no han perdido la cordura en el mundillo- haya hablado con el portal de ArabicGamers acerca de la presencia animal en el Tibet belicoso de FC4. El director creativo espera no tener problemas con las asociaciones protectoras animales, pero ha preferido curarse en salud y mandarle un mensaje al PETA: 'Estos es un videojuego, no un documental'.
En defensa de los peluchitos.
Desde sus inicios, la saga Far Cry ha usado la vida animal como un excelente telón de fondo en el que ambientar sus vacaciones a golpe de gatillo. Sin embargo, no sería hasta su tercera entrega numerada que no incidirían en las posibilidades que las bestezuelas podían aportar al juego. En Far Cry 3, Jason Brody era un simple pijo con ínfulas que debía evolucionar de turista intragable a cazador de cabezas junglero. Una de las etapas de esta evolución a 'el fantasma que camina' -su perro es un lobo- consistía en cazar a determinados animales con los que construir necesarios elementos y, de paso, despertar el instinto asesino del sanguinario cazador que Brody llevaba dentro.
Por su parte, Far Cry 4 viene plagado de todo tipo de animales y se nos anima a interactuar con ellos para arrasar poblados enemigos, obetener sus pieles o, simplemente, dedicarnos al noble arte de la caza. Alex Hutchinson lo tiene claro, y dijo lo siguiente al medio ArabicGamers: 'Espero que PETA sea consciente de que FC4 es un videojuego y no un documental. Creo que en ese punto estamos cubiertos (...) Sí, a veces deberemos cazar animales para evolucionar, pero son muy pocas las ocasiones en que el juego te obliga a cazar y matar a un animal. Lo veo más como una cuestión de libertad del jugador: hasta donde quieres llegar o a qué animales respetarás'.
En palabras del propio Hutchinson, el juego, por ejemplo, no nos premiará por matar elefantes. Es algo que al propio equipo de desarrollo les pareció 'equivocado'. Una vez más dependerá del jugador decidir si quiere gastar balas en ver caer al noble animal o simplemente pasar a su alrededor sin cabrearlos demasiado.
Nada es verdad, todo esta permitido.
Por último, el director creativo de Far Cry 4 incidió en que, a fin de cuentas, estamos hablando de un videojuego, haciendo suyo el viejo cásico de Hollywood, 'ningún animal sufrió daño alguno durante el rodaje de esta película'. Hay que saber diferenciar entre realidad y ficción, eso está claro, y tal y como Hutchinson confesó, hacemos cosas imperdonables en los videojuegos que jamás nos atreveríamos ni querríamos hacer en la vida real.
¿Servirá esto para que los adictos, perdón, adeptos a PETA no le den la brasa al juego cuando se haga 'famoso'? Pues seguramente no, pero al menos Hutchinson ha allanado el camino para las respuestas a los más que posibles futuros ataques ecologistas a la caza del animal digital. Y es que todos los sabemos, los juegos nos comen el tarro y nos pudren el cerebro: Nada como jugar a cazar elefantes en el Tibet como para coger el primer avión que salga e irnos a matar bichos a rincones recónditos del planeta.
Es triste, pero cuando algo funciona, ponerlo a parir ayuda a conseguir adeptos, y si no que nos lo digan a la prensa especializada. Es posible que las protectoras se pongan de uñas con FC4 en defensa de los animales monos, grandes y achuchables, al igual que los de Moms Against Gamers -tema del que hablaremos en breve y que parece una expansión de Plant vs. Zombies- dan el coñazo cada vez que un shooter sale en los medios. Ley de vida, supongo, pero sería bonito que tanto esfuerzo y tanta pamplina se dedicara a algo que realmente mereciera la pena en vez de a salvar animales digitales que, si no salieran en el juego, jamás habrían llegado a existir.
¡Nos leemos!
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