Tres indies para 2013

Una de las ventajas de Kickstarter para el desarrollo indie es que donde antes existía un páramo en lo relativo a la publicidad de los juegos ahora se puede construir el hype desde antes de su desarrollo. Os traemos tres ejemplos que casan bien con esta filosofía y que nos permiten seguir la pista a proyectos que te otra manera se verían condenados al ostracismo o a la mini-reseña de la web indie de turno hasta su salida comercial.

 

Legends of Eisenwald. Llego a él gracias a una reseña en Videoshock y me parece una de esas joyitas que pueden quedar para el recuerdo de cara al año que viene. Ahora que la estrategia por turnos va a volver a pegar fuerte gracias al último XCOM, un pequeño equipo de desarrolladores salta a la palestra con un juego de temática medial-fantástica con un acabado gráfico digno de producciones mayores.

 

Su llegada no puede haberse coordinado mejor con otro fenómeno: el de Juego de Tronos. En Legends of Eisenwald nos topamos con un mundo medieval en el que, sí, hay magia y criaturas fantásticas, pero según sus creadores "no habrá conjuros ni bolas de fuego". Los personajes fantásticos tendrán motivaciones humanas y no estarán presentes para cumplir algún tipo de profecía de tiempos inmemoriales y el título promete mucha, mucha profundidad.

 

 

Maia. Reconozco que el god game no es un género que me vuelva loco. Me interesa lo justo y he jugado a algunos clásicos pero hay algo en este Maia que me merece digno de mención. Despojado de la maquinaria publicitaria del Godus de Molyneux, y con una décima parte del espacio que se le ha dedicado en los medios, el título ha llamado la atención de varios medios. Por algo será.

Desconozco si es por su look, que me recuerda a clásicos de la ciencia-ficción como Alien, o un planteamiento minimalista y alejado de grandilocuencias, pero Maia me tiene cautivado. En ocasiones, y este proyecto lo demuestra, no hace falta tener en mente el juego definitivo sobre un género (te lo decimos a ti, Molyneux) sino una idea que pueda refrescar el paisaje. Maia podría ser esa idea.

 

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