The Witcher 3. RPGs que pisan otros RPGs

El RPG tiene un problema, y lo digo siendo un fan loco del género, mi favorito; pero lo dicho: como género presenta un fallo en la ambientación de sus juegos y en cómo relaciona las misiones secundarias con ella. No digo que lo hagan, en general, mal. El error se encuentra en lo muchísimo que se parecen un RPG y otro antes de jugarlos, en esa primera impresión con la que nos empapamos antes de tirarnos de cabeza al título que sea.

 

El problema de que varios videojuegos de un mismo género se parezcan es uno muy común, tanto, que no es realmente un problema. Los shooters se parecen, las aventuras se parecen entre sí y hasta los juegos de puzzles; pero claro, estos videojuegos no duran doscientas horas cada uno; sí, puedes tirarte todo ese tiempo metido en el online, pero esos ya son los vicios de cada uno. Me pasó con Bloodborne tras jugar unas doscientas cincuenta horas a Dark Souls II. Lo estoy disfrutando con todo mi amor, pero la recepción de Bloodborne no fue, ni de lejos, tan maravillosa como la de el segundo de los Dark Souls, porque aunque sí, sea distinto, en su superficie el aspecto es muy similar. Ahora me está pasando esto con The Witcher 3 por culpa de un Dragon Age Inquisition, al que no le da la gana de terminarse.

 

 

Me gusta Dragon Age Inquisition, pero todavía no he podido darle matarile. El videojuego sigue en mi pensamiento y se aparece como un flash cada vez que me quiero comprar un RPG nuevo: Mou, tío, que aún tienes un RPG por acabarte, y entonces aparece la marca que tengo en el calendario, con un rotulador rojo, señalando que ahí está el lanzamiento de The Witcher 3. Y vuelvo a escuchar esa voz. Con ella en la cabeza empiezo a ver los parecidos que tienen ambos juegos: ambientación medieval, espadas, caballos; lo dicho: parecidos absolutamente superficiales, pero que inevitablemente le echan a uno un poquito para atrás, pidiéndome paciencia y bajándome el hype; algo bueno para mi cartera pero…

 

Por supuesto que tengo ganas de The Witcher 3, faltaría más, y lo gozaré; pero sí que noto que cuando se repiten ambientaciones y estructuras de juego similares me apetece menos disfrutar del título, y lo sé porque tengo más ganas de jugar al Mad Max de Avalanche y con su desierto que con la fantasía medieval de The Witcher 3, y sé que es solo por una primera impresión infundada.

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