1. Mundogamers
  2. Noticias
  3. PC

The War Z sigue metiéndose en líos

Hasta en el carnet de identidad
Por José Manuel Fernández "Spidey"

Recuerdo cómo hace ya bastantes años eso de colocarle a tu videojuego un nombre 'complicado' apenas significaba polémica. Remontándome a la década de los ochenta, en este sentido puedo poner el ejemplo de lo nuestro, los españolitos de a pie, que nos queríamos comer el mundo en esto del ocio electrónico pero que, como siempre, no teníamos el potencial económico para hacerlo. Ahí estaban en 1987 Menéndez y Delcán queriendo realizando su juego basado en la novela El nombre de la rosa y llevándose una negativa en cuanto a la adquisición de los derechos de la obra de Umberto Eco. Un detalle que otrora sería significativo, pero que para este dúo no significó otra cosa que el buscarle otro nombre (La Abadía del Crimen) sin que por ello el proyecto cambiara su orientación.

 

Tres cuartos de lo mismo ocurría con otros títulos como El Misterio del Nilo (también en 1987), del que Zigurat, por no poder pagar los derechos de la película La joya del Nilo, hiciera un pequeño malabarismo con el título y siguieron con el juego adelante. Ellos mismos, bajo una premisa similar, tantearon peligrosamente eso de pisar los juzgados a la hora de crear un clon basado en Asteroids y llamarlo, atención, Afteroids. Igualmente, pusieron a la venta un magnífico juego de rallys bajo el título de Paris-Dakar, sin que se les pasara por la cabeza el hecho de que se trataba de un nombre registrado, una licencia que, precisamente, sus propietarios protegen sobremanera. Y claro, en una era donde internet brillaba por su ausencia, salieron ilesos de todos estos casos.

 

portadas

Tres hermosotes casos del descaro español con esto de las marcas registradas

 

Ninguno de estos videojuegos llegarían lejos a día de hoy en términos legales, donde a la mínima los abogados de las marcas interesadas estarían lanzando desde el minuto uno pleitos que harían encogerse al mismísimo Perry Mason. Algo así le ha pasado a los desarrolladores de The War Z, que parecen sufrir de mal de ojo después de su reciente metedura de pata y consiguiente polémica en Steam. Y es que, después de que todos pensáramos lo similar de su título -entre otras cosas- con el del mod DayZ y, sobre todo, con la novela World War Z (Guerra Mundial Z), ahora pueden verse empujados a que tengan que cambiar de nombre.

 

Y es que se ha llegado al punto de que la Oficina de Patentes de los EEUU ha suspendido de manera provisional el registro de The War Z. Sergey Titov, productor del juego, lo niega de manera rotunda, pero este hecho se puede comprobar en la página oficial del USPTO, dentro de lo que es el historial de la marca, donde queda claro que la oficina remitió una misiva en la que, después de un chequeo periódico el pasado 15 de noviembre, se informaba de la suspensión del registro. Parece evidente que con el advenimiento de la película basada en la novela de Brooks el asunto de la patente se torna aún más riguroso, máxime por el tema de que la licencia del film de cara a la realización de un videojuego no es moco de pavo.

 

War Z S09

 

En definitiva, The War Z lleva camino de arrastrar más infame polémica que la discografía de Milli Vanilli. A ver si tanta torcedura termina enderezando un desarrollo que por concepto y realización resulta bastante prometedor.


<< Anterior Siguiente >>