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The Hong Kong Massacre, un Hotline Miami descafeinado pero bonito

Y un homenaje a John Woo
Por Julián Plaza

Hotline Miami ha tenido que sufrir la existencia de muchos intentos de mejorar su fórmula. Todos, en gran medida, fallidos. Hasta su segunda parte ha sentido el peso de las comparaciones y ha terminado perdiendo. Este shooter cenital lo hizo muy bien a los mandos, bordó su diseño y supo envolverlo todo de una historia con algo que decir, logrando un equilibrio envidiable entre sus tres grandes partes, algo que no es fácil de reproducir.


The Hong Kong Massacre parecía llegar para volver a intentarlo, proponiendo un gran apartado visual como reclamo e incorporando elementos curiosos como el tiempo bala. Poco se sabía, sin embargo, de su diseño, su trama y de la estructura de su campaña, lo que llevaba a soñar con un planteamiento abierto que fuese todo un homenaje al cine de acción. Con él en mis manos no digo que no lo sea, pero me esperaba más.

 

THKM


La obra de VRESKI (nombre en honor a los villanos de la primera Jungla de Cristal) no quiere ser más que un arcade por pantallas donde lucirse, donde limpiar el escenario de mafiosos intentando buscar la mejor puntuación. Cada nivel dura apenas cinco minutos, sin contar obviamente los muchos intentos que harás hasta conseguirlo. Porque si algo tiene THKM es que es difícil, pero no tan inteligente como Hotline Miami.


A su favor están la inmediata rejugabilidad de cada pantalla, los retos para conseguir la máxima puntuación (no cambies de arma, gasta X balas, etc.), el rollo fardón que ofrece la suma  del tiempo bala y las piruetas y, por último, la mejora del armamento. Es un juego divertido, pero se echa en falta una distribución de los enemigos más bien pensada, una composición del escenario más encarada al uso de una un otra arma y, en definitiva, más ganas de hacer pensar al jugador. Aquí sirve cualquier estrategia, y el arsenal solo importa en la medida en la que quieras definir tu propio estilo.

 

THKM


Llegar a él buscando un homenaje al cine de John Woo o a la acción de Gareth Evans es un acierto. Venir esperando un Shmup frenético, lo es medias: los tiroteos funcionan y divierten gracias a la incorporación del tiempo bala, sí, pero las pantallas fallan en plantear un buen diseño. En definitiva, The Honk Kong Massacre termina transmitiendo la poca ambición de un estudio de dos hermanos que ha preferido lanzar antes un título solvente que un nuevo referente en la fórmula Hotline Miami. Lo triste es que la materia prima para conseguirlo estaba ahí.


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