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Super Castlevania IV por primera vez

Elucubraciones de un neófito
Por Alejandro Pascual

Lo reconozco, soy de esos que no ha jugado a ningún Castlevania antes de Symphony of the Night (el horror...), pero lo cierto es que si dejaste atrás esa época es difícil acostumbrarse a la jugabilidad clásica de la saga, la que dejó de ser clásica, la de atravesar escenarios mientras matas de prácticamente un golpe. Llegar ahora a Super Castlevania IV, con motivo del lanzamiento del título en Wii U, es una patada en la espinilla. Peor, porque es una patada legal. Es acostumbrarse a una mecánica casi olvidada, en las que las reglas se aprenden a base de morir.

 

Saltar a una escalera y que el personaje no se apoye: muerto. Subir en el escenario y que la parte inferior de la pantalla signifique la muerte. ¿No enganchar bien un salto después de balancearte? Muerte. Que un enemigo te toque y te empuje al abismo: muerte. La Wii U, como 3DS, son cómodas porque te permiten crear un punto de restauración. Lo estoy usando sólo y exclusivamente para no tener que andar con los Passwords y eso hace que los puntos de control lleguen a acabar con la paciencia de un neófito como yo. Aunque es bonito recordar épocas en las que te matabas a voluntad para volver a tener todas las vidas de rigor, me sigue sorprendiendo que algunos miembros de esta redacción se hayan pasado el juego con un crédito. Hay que tenerlos cuadrados. Por este tipo de cosas, sonrío cuando alguien me dice que Dark Souls es difícil.

 

 

La versión lanzada en Wii U puede tener ventajas, si quieres escapar con los puntos de restauración (aunque tu conciencia no te perdone) o jugar en el mando de la consola en off-tv. Tiene algunos beneficios como poder controlar con stick este látigo de ocho direcciones, más cómodo que con la cruceta. Aunque el original de SNES tenía algunas ralentizaciones, parece que esta versión de Wii U puede llegar a dar más problemas con la emulación. Si bien por ejemplo los golems bajaban los frames que da gusto, hay momentos inhumanos como la sección del túnel en modo 7, donde matar a un esqueleto hace muy difícil seguir adelante.

 

 

Aún no he podido vencer a Super Castlevania IV y probablemente nunca estaré a la altura de mis compañeros, que debe ser un espectáculo verles manejar a Simon Belmont hasta el final del juego con las vidas iniciales. Quizá para su época no era el juego más difícil, de hecho, llegar a algunos jefes con toda la vida supone prácticamente vencerlos dejando que te golpée las veces que quiera y aprovechando la invulnerabilidad. Pero es más que recomendable volver a 1991 de vez en cuando y a la etapa de Castlevania pre-Symphony of the Night. Funciona como recordatorio de dónde venimos y por qué estamos aquí. Te hace recordar que la música es importante porque el juego es consciente de que vas a repetir esa fase innumerables veces. Aunque las animaciones algunas veces no son las mejores, hacer un salto golpeando hacia abajo es algo precioso. Quizá, como el propio Simon haciendo moonwalking en la escalera, es el momento de que yo haga lo mismo con los primeros juegos de la serie.

 

Mejor sprite: atacar hacia abajo mientras saltas.

 

 

Mejor enemigo: el esqueleto de la pared que se lo baila todo.

 

 

Ralentización más molona: el golem que se multiplica.

 

 

Muerte más dolorosa: por medusa voladora tres veces y al segmento anterior.

 

 

Imagen más épica: introducción.


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