Star Ocean 5: Integrity and Faithlessness, el futuro de lo medieval
Star Ocean 5: Integrity and Faithlessness está intentando algo muy difícil, algo en lo que se ve demuestra en cada trailer y en cada gameplay que saca: juntar el pasado y el futuro del JRPG desde una perspectiva clásica. Seguimos teniendo menús, personajes típicos, historias épicas, parties y tantos otros elementos que llevamos viendo desde los años 80, pero ahora todo nuestro equipo nos acompaña y lo vemos, el mundo es uno abierto y que quiere parecer vivo y los menús de selección de misiones se integran en el propio mundo de juego.
Esto no solo lo pretende Star Ocean 5: Integrity and Faithlessness, también Final Fantasy XV, por ejemplo. Estos esfuerzos por ser moderno pero también clásico no solo se demuestra en el núcleo jugable, también en el aspecto más formal y superficial. A algunos sé que os horroriza, pero esa mezcla y fusión de lo medieval con lo futurista es la bandera de estas intenciones. Por supuesto, esta combinación es casi tan vieja como el propio JRPG pero en ambos títulos se muestra más bella que nunca y más evidente. Lo viejo se funde con lo nuevo como una apuesta de otra cosa.
El medievo sigue invitándonos a caminar a pie y a usar espadas, a la separación en clases de la sociedad, a los grupos de guerrilleros de fortuna que exploran cuevas, cavernas y nuevos territorios, a las monturas y a los duelos. El corte futurista sugiere cosas nuevas: naves espaciales, razas alienígenas, tecnología e incluso una explicación a la magia, también teletransportes, nuevos diseños de ciudades y, sobre todo, nuevos aires, nuevas ideas, pero controladas por esas ideas medievales tan necesarias y que nunca acaban de irse.
Me fascina cómo se forman sinergias entre ambas ambientaciones, ya no solo en proyectos tan tremendamente ambicioso como Final Fantasy XV, también en otros más controlados como Star Ocean 5: Integrity and Faithlessness. En ambos se mezclan de maneras distintas ambas influencias. El reino Trei´Kur de Star Ocean sigue siendo profundamente de edad media, sigue agarrado a ella, usando el futuro para pincelar un videojuego más ágil y creíble. Final Fantasy XV hace lo contrario, es un videojuego contemporáneo que usa la fantasía medieval solo para que el jugador siga reconociendo los orígenes de la saga, pero esos coches, esas arquitecturas y esa tecnología anuncian que Final Fantasy hace mucho que dejó de necesitar los castillos y los chocobos, o al menos demuestra que puede funcionar sin ellos.
Analizar cómo se crea un mundo en la tensión entre el pasado y el presente es fundamental, porque es a través de ella cómo nos llegarán las siguientes producciones de juegos rol japonés exitosas, y lo que es más interesante: el futuro del propio género.
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