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Sobre el adiós a los videojuegos de los fundadores de BioWare...

... y por qué debería preocuparnos
Por Carlos Ramírez

Anoche llegué a casa a las 21.00, me preparé algo de cenar, vi un poco el Real Madrid y me metí en Facebook, donde me enteré de la noticia del día relacionada con los videojuegos: Ray Muzyka y Greg Zeschuk, fundadores de BioWare, se retiran del negocio indefinidamente. El comunicado, como a todos, me cogió con la guardia baja, sobre todo considerando que un día antes nos habíamos enterado del desarrollo de la tercera parte de Dragon Age, que como sabéis lleva BioWare junto a Electronic Arts. La decisión, según el post de Muzyka en el blog de la compañía, fue tomada el pasado mes de abril.

Desde el punto de vista del fan es sin duda una noticia triste, aunque la marcha no va a afectar al plan de lanzamientos de la empresa. Aaryn Flynn, director de BioWare Edmonton y Montreal, dejó claro que el desarrollo de Dragon Age 3: Inquisition seguía adelante, con reuniones regulares con fans de la saga para escuchar sus peticiones. Mass Effect 3 prolongará su vida con contenido multijugador adicional y nuevas misiones para el modo historia. Además, el productor ejecutivo Casey Hudson se encuentra ya dando forma a ideas sobre nuevas IP que aprovecharán al máximo la tecnología next-gen. El plan de negocios parece sólido, otra cuestión es si a nivel creativo la calidad de los productos de BioWare se resentirá.

 

Dragon Age 2

Dragon Age II

 

Sin embargo, me preocupa que no se preste la atención necesaria a las palabras vertidas por Muzyka y Zeschuk sobre las razones de su abandono. Desde luego, no podemos obviar que BioWare es una compañía fundada en 1995 por tres emprendedores procedentes del campo de la medicina, nada menos. El tercero de ellos, Augustine Yip, abandonó la empresa durante la época de Baldur’s Gate para continuar con su carrera médica, dejando a los otros dos al frente de uno de los buques insignia del RPG occidental en las últimas décadas. Tu capacidad de superación e innovación puede verse seriamente cuestionada si durante casi veinte años prácticamente cada juego que has lanzado ha trascendido como éxito comercial y por parte de la crítica. En otras palabras, te invade la sensación de que ya lo has dado todo en los videojuegos y, de repente, un día te despiertas y decides que no tienes nada más que aportar.

No sé ustedes, pero yo no me conformo con este razonamiento, aun siendo completamente natural y humano. Verán, por un lado Muzyka explica lo que les acabo de contar y suena creíble. Pero por otro lado, confiesa que la vida le llama por el camino de la labor social, un tipo de espíritu emprendedor motivado por el impacto positivo en la ciudadanía y en la naturaleza. “Para mí”, admite, “verme involucrado en la inversión en empresas sociales proviene del simple deseo de ayudar al mundo a ser un lugar mejor”. Asimismo, asegura que pasará más tiempo aprendiendo sobre el trabajo necesario para defender los derechos humanos y la libertad civil alrededor del mundo.
¿Qué les puedo decir? Me alegro muchísimo de que haya un buen samaritano más en el planeta. Lo que me alarma (y me alarma que a la gente no le alarme) es que para cumplir esos propósitos Muzyka deba optar por salirse de la industria del entretenimiento, en concreto del videojuego. Comprendo que a nivel narrativo, tecnológico, jugable, el videojuego haya dejado de llamar la atención de Muzyka, pero ¿qué hay de los valores sociales? ¿Por qué nos quedamos tan tranquilos leyendo esta noticia y no nos ofusca que una persona tan valiosa, con tantísima experiencia, se vea obligada a hacer las maletas porque en la industria donde lleva veinte años trabajando no hay cabida para sus sueños? ¿Acaso no se puede ayudar a hacer del mundo un lugar mejor a través del videojuego?


balance planet1

Con menos del 10 % financiado, el proyecto de Chris Crawford Balance of the Planet no ha pasado la barrera de Kickstarter. ¿Algo no funciona con este tipo de juegos?

 

No mucho mejor es el caso de Zeshuk, que manifiesta abiertamente haber alcanzado un punto en el que no siente pasión por los juegos ni por el desafío creativo. Toma ya. Deja la puerta abierta, eso sí, a un posible regreso a los juegos, pero después de probar suerte nada menos que como artesano cervecero. ¿No debería esto hacernos reflexionar? Por supuesto, es muy probable que esté meando fuera del tiesto y sencillamente la carrera de estos dos hombres haya llegado a su fin por razones naturales. Al fin y al cabo, solo hay que echar un vistazo alrededor para comprobar el excepcional estado de salud creativo de la industria y quedarse más tranquilo respecto al futuro, ¿no?

¿No?


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